viernes, 20 de marzo de 2009

Declaración: Fracción de Trabajo Feminista del PRT

Foto: Alicia Mendoza

BIENVENIDAS AL XI ENCUENTRO FEMINISTA: UNA OPORTUNIDAD PARA EL BALANCE.(*)

Compañeras:

La realización en México del XI Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe representa una oportunidad para detenernos un momento y avanzar en los diálogos y debates que hagan un balance de la evolución del feminismo, sus problemas, la crítica y autocrítica necesarias frente a esa evolución, pero también para clarificar y contribuir a construir colectivamente estrategias políticas actualizadas para el feminismo, para la lucha en contra de la opresión capitalista y patriarcal.

Convocadas por esta marea que impulsa al Encuentro expresamos algunas ideas y elementos desde la militancia feminista antipatriarcal y al mismo tiempo desde la militancia en la izquierda socialista y revolucionaria del anticapitalismo, para contribuir a las necesarias reflexiones.

La crisis capitalista está generando una radicalización de diversos sectores sociales, en forma relevante de trabajadores que se movilizan, y en estos movimientos la presencia de mujeres en muchos casos es mayoritaria. El feminismo no puede estar ausente de las luchas que se están desarrollando. Es urgente superar el desfase, aislamiento y marginación de la propuesta feminista. Es necesario relanzar y recuperar la vocación popular y de izquierda que caracterizó al feminismo al inicio de la “tercera ola” pero que en los últimos 20 años perdió la brújula, debilitando su autonomía como movimiento y viviendo un proceso de institucionalización que le cortó sus raíces populares y generalmente le convirtió en funcional al sistema.

La década de los noventa introdujo muchos cambios para las mujeres, y un impacto para la organización política independiente y autónoma del feminismo. La coincidencia en el tiempo de la caída del Muro de Berlín y la hegemonía del pensamiento y la política neoliberales afectaron profundamente no solamente a la izquierda socialista sino también al feminismo. Aunque en realidad el desfondamiento de la Unión Soviética y su entorno, eran resultado de un abandono de la perspectiva socialista y revolucionaria desde la época de Stalin, el fracaso y derrumbe del régimen burocrático fue identificado como un fracaso del socialismo, que dejó en la orfandad y la ausencia de un paradigma emancipatorio a buena parte de la generación intersiglos.

Para el feminismo significó en muchos casos y sectores un alejamiento de la perspectiva socialista de transformación social más general y por tanto de un programa limitado a “lo posible”, a lo inmediato, a la conquista de cambios necesarios y posibles de las políticas públicas en el marco del Estado actual. Por el otro lado, la hegemonía del pensamiento y la política neoliberal fortaleció y encuadró la perspectiva antes dicha, con el discurso relativo al necesario “adelgazamiento del Estado” que en la práctica ha implicado el abandono de las responsabilidades sociales del Estado.

En ese abandono de las responsabilidades sociales podrían encuadrarse sin embargo, prácticas asistencialistas y de “corresponsabilidad” que institucionalizaba a cuadros y sectores del feminismo que debilitaban el desarrollo y la lucha social autónomas del movimiento de mujeres en su reclamo y programa por un mundo nuevo. Este proceso no ha ocurrido sin resistencias, sin debates y diferenciaciones que incluso nos han polarizado pero que más que atacarnos e insultarnos mutuamente habría que debatir abiertamente pero respetuosamente para entender lo ocurrido y tratar de corregir el rumbo. Reencontrar la brújula.

Desde fines de los años ochenta, diversas feministas han analizado la fragmentación del movimiento feminista y el impacto de las conferencias desarrolladas por la ONU en las nuevas conceptualizaciones, estrategias y prácticas. La paradoja entre conquistas para las mujeres y la cooptación e institucionalización del discurso y la práctica feminista por parte del mismo sistema. Pensamos que esto ha ocurrido como parte del abandono, por sectores mayoritarios del feminismo, de la perspectiva de transformación social más general, socialista y revolucionaria, que como en cualquier otro caso mientras no pone en cuestión al sistema capitalista, éste cosifica, convierte en mercancía, tus símbolos, tus demandas aisladas reduciéndote a lo inmediato, a lo posible, a políticas públicas con perspectiva de género dentro de este Estado patriarcal y capitalista y abandonar la perspectiva de poner fin a la opresión de las mujeres, pieza clave de definición del feminismo. Ha significado abandonar la utopía del feminismo por el realismo de lo posible en las políticas públicas

Sectores críticos del feminismo se han expresado sistemáticamente señalando las implicaciones de la fragmentación, la institucionalización, o el deslavamiento del discurso feminista y la pérdida de la autonomía. Muchas de estas críticas y análisis han sido acertados han señalado problemas reales. El feminismo de la izquierda socialista comparte estas críticas y consideramos el punto clave del deslavamiento del feminismo la pérdida de autonomía del movimiento. Pero tampoco es que somos anti-política.

Asumimos el feminismo como un movimiento político y la pensamos también como una lucha contra el poder capitalista y patriarcal; cambiar el mundo implica la lucha por otro poder por un mundo socialista, democrático e incluyente que se opone a toda forma de explotación y de opresión. Por eso es una concepción socialista, pero también feminista y ecologista. Por lo que hoy la reflexión de los contenidos del discurso feminista están también en la mesa del debate.

Es necesario analizar y hacer el balance de cuál ha sido la trayectoria del feminismo; caracterizar qué es hoy el feminismo. Solo si hacemos claridad de cuáles son los enfoques y los temas en discusión podremos avanzar en la configuración de una nueva perspectiva y de estrategias construidas desde la visión de la autonomía. Hay que volver a poner en la mesa de las discusiones, acuerdos y talleres el análisis de Qué es la autonomía.

La evolución del feminismo y de sectores del feminismo y sus estrategias, de los últimos 20 años, está estrechamente ligada a los cambios en el contexto político y en la evolución del pensamiento político de las feministas.

Se convirtió en hegemónico el pensamiento que ubica el aspecto central de la lucha feminista en avanzar en conquistas a través de reformas en la legislación, y en el desarrollo de políticas públicas. Esto deriva en un énfasis en la orientación hacia una práctica con un marcado enfoque hacia el ámbito institucional y jurídico. Lógica que permea a un sector hegemónico del feminismo.

No hay que perder la memoria de nuestras luchas; todas las reformas que se han realizado en los últimos años son resultado de la lucha del movimiento feminista y amplio de mujeres. Son conquistas ganadas a pulso. NO tenemos por qué dar gracias a los gobiernos pues esa es SU responsabilidad y parte de la lucha histórica que hemos dado ha sido precisamente para que el Estado tomara en cuenta a las mujeres.

También esto ha traído cambios en la relación con el Estado y con ello una pérdida de la autonomía real de la organización de las mujeres; pues la práctica está viciada con la concepción corporativista hacia las organizaciones sociales. Diversas iniciativas impulsadas por sectores de feministas quedan subsumidas en estas prácticas simbióticas con el gobierno.

Es necesario, si queremos avanzar en el fortalecimiento de la propuesta critica feminista, señalar que la evolución de distintas corrientes de la izquierda hacia una concepción reformista que se va consolidando y creando una nueva forma de hacer política marcada por las viejas practicas de la cultura priísta, y el fortalecimiento de una visión pragmática de la política.

Esta evolución y práctica del feminismo ha ido en paralelo a la evolución de la izquierda. No es por casualidad si se recuerda la cercana relación e influencia de la izquierda con el feminismo en sus orígenes. La llegada de partidos de izquierda a la administración de gobiernos en el marco del Estado capitalista, a la elaboración de políticas de “gobernabilidad democrática” que no de ruptura democrática con el Estado capitalista, de “corresponsabilidad” y por tanto de una obsesión electoralista, de obtener más votos y cargos de elección popular a costa de lo que sea (alianzas, el programa, el partido, las candidaturas, las fuentes de financiamiento, todo subordinado a la obtención de votos y cargos de elección popular) para convertir en objetivo la “alternancia en el gobierno” y ya no un programa de transformación radical de la sociedad, ha convertido también a esa izquierda en una izquierda institucionalizada, que es parte funcional del sistema. También desde la década de los 90s, con el derrumbe de la Unión Soviética y la imposición del neoliberalismo, esa concepción y práctica de la izquierda institucionalizada, se hizo hegemónica y colocó en posición minoritaria y marginal a la izquierda socialista y revolucionaria. Es hasta ahora con la crisis del neoliberalismo, que los límites y crisis de la izquierda institucionalizada empiezan también a hacerse evidentes.

El fenómeno anterior no es privativo de México sino un fenómeno que se ha expresado en otros países de América Latina y el mundo. Nosotras, como militantes del PRT (Partido Revolucionario de las y los Trabajadores) reivindicamos una perspectiva socialista y revolucionaria pero también feminista, anticapitalista y antipatriarcal, democrática y antiburocrática, ecosocialista e internacionalista; como ha quedado aprobado en nuestro programa tanto a nivel nacional por los congresos del PRT, como a nivel mundial por los congresos de la IV Internacional. Nuestra contribución al debate es también como parte de las reflexiones realizadas por la IV Internacional que aprobó desde 1979 la incorporación del feminismo a su programa, así como después la perspectiva de lucha del movimiento LGTB.

Hoy está en debate qué es el feminismo y cuáles son sus referencias, hay un proceso histórico que da cuenta de cómo se ha ido perdiendo la autonomía; y por otro lado cómo las políticas y estrategias en muchas casos son marcadas por instancias internacionales; las “agendas” que se asumen e impulsan por lo general son parte también de las políticas internacionales que dictan las conferencias de la ONU. Por todo lo anterior nos pronunciamos:

♀ Por la revitalización de una corriente crítica, feminista, autónoma anticapitalista, socialista y antipatriarcal.

♀ Por el reconocimiento y el diálogo entre las diferentes expresiones y corrientes políticas e ideológicas del feminismo de izquierda.

♀ Por el reconocimiento de que las feministas estamos ubicadas en distintas corrientes políticas de la izquierda, en distintos movimientos de resistencia, sociales, sindicales, ambientales y otros.

♀ Diseñar estrategias para la autoorganización de las mujeres con una perspectiva que recupere la autonomía para la lucha y la resistencia en contra del capitalismo y el patriarcado.

♀ Por la unidad en la acción para enfrentar la ofensiva de la derecha y del pensamiento conservador con base en acuerdos claros y formas democráticas de trabajo.

♀ Por un alto a la violencia estructural en contra de las mujeres, de la militarización del país y de la persecución, hostigamiento y abusos en contra de mujeres luchadoras de diversos movimientos sociales y de resistencia.

México, D. F. marzo de 2009.

Fracción de Trabajo Feminista del PRT

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