sábado, 24 de enero de 2009

....Y VICTIMARIAS


VICTIMAS Y VICTIMARIAS Las mujeres en el ejército de los Estados Unidos. Segunda de dos partes.

Por Rocío Duque

La guerra es la pornografía de la violencia. Tiene su obscura belleza, llena de lo monstruoso y lo grotesco” (Chris Hedges, What it really means when America goes to War)

(En las fotos: Condoleeza Rice, interpelada por una miembra de Code Pink durante su comparecencia ante el Congreso sobre las políticas de tortura. Lynndie England en Abu Ghraib, publicada por Salon.com)

Mónica Brown, 18 años, soladada rasa y adscrita como personal médico auxiliar en Afganistán , ha sido la segunda mujer en la historia de los Estados Unidos en ganar la Estrella de Plata, una de las más altas condecoraciones en el ejército. (Woman Gains Silver Star -- And Removal From Combat)

El vice presidente Dick Chayne en persona le impuso la medalla por haber arriesgado repetidamente su vida al salvar a dos de sus compañeros heridos durante una emboscada de los Talibanes.

Unos días después de la ceremonia, Mónica fue removida de su puesto en la provincia de Paktika.

La razón? Está prohibido que las mujeres en las fuerzas armadas participen en acciones combate y, evidentemente, ella había estado en zona de acción durante un patrullaje de reconocimiento.

Esto levantó una vieja polémica en las Fuerzas Armadas y, por supuesto, entre las diversas tendencias del movimiento por los derechos de las mujeres. Más aún, hizo público uno de los secretos peor guardados en el Pentágono: el uso de mujeres en combate a pesar de la expresa prohibición de ello en los reglamentos del Departamento de Defensa.

Aunque en muchos países las mujeres han sido y son admitidas en las fuerzas armadas, en la mayoría sólo como personal auxiliar y médico. Los únicos en permitir mujeres en combate son Nueva Zelanda, Canadá, Dinamarca, Finlandia, Francia, Alemania, Noruega, Israel y Suiza. El Reino Unido limita su participación a la artillería.

En los Estados Unidos, la participación de las mujeres se remonta a los tiempos de la guerra de independencia aunque, teóricamente, no en posiciones de combate.

Un extraordinario documental, Lioness, hecho por mujeres, revela la situación de las combatientes en la guerra de Irak, quienes regresan a casa quebradas o endurecidas por la realidad brutal de la invasión:

A pesar de la política del Departamento de Defensa de prohibir mujeres en combate directo, los altos mandos de la milicia de los Estados Unidos han usado mujeres como parte escencial de sus operaciones en tierra en Irak desde el 2003. Las soldadas, que acompañan a las tropas masculinas en patrullajes y búsquedas casa por casa son conocidas como Team Lioness (equipo Leonesas) y han probado ser invaluables. “, se señala en su página de internet.

La polémica es acerca del derecho y acceso al trabajo, la participación social y, sin duda, la igualdad de oportunidades y el empoderamiento.

Algunos de los argumentos en contra de la participación de mujeres en combate son expuestos en la página de la capitana Barb . Una entusiasta de la guerra y de las mujeres en ella, la capitana Barb desmenuza, analiza y brillantemente argumenta en contra de los mitos y falacias al respecto.

Resume su postura así:

La realidad es que no hay absolutamente ninguna inteligente, lógica o sensible razón para que las mujeres no tengan participación en combate, con el tipo de guerra tecnológica que abunda hoy día.

Hay estúpidas razones políticas, patriarcales, religiosas y misóginas que excluyen a las mujeres , pero todas ellas pertenecen al Museo Natural de la Idiotez, al lado de los cinturones de castidad, las leyendas urbanas, la homofobia, fanáticos religiosos, senadores seniles, predicadores proselitistas y machismo militar..”

(Ay! Y luego dicen que el feminismo pertenece a la izquierda!)

A pesar de su brillante diatriba, de las toneladas de información y del indudable lenguaje feminista, el sitio de Barb está lleno de la mística romántica que adorna la guerra con virtudes de patriotismo, servicio y heroismo. Y ciertamente pierde el punto no sólo de lo que realmente hace la gente en la guerra , sino de lo que la guerra hace con y de la gente.

En abril del 2004 los rumores sobre los abusos y torturas que las fuerzas invasoras en Irak cometían contra los prisioneros de guerra dejaron de serlo. La incontroversial evidencia de ello, en videos y fotografías, fue presentada por primera vez al mundo por el programa australiano de televisión Dateline y por el sitio de Internet estadounidense Salon.com .
El nombre del lugar del horror se hizo famoso: la prisión de Abu Ghraib.

De acuerdo al Comando de Investigación Criminal del Ejército el DVD recibido con toda la información contenía: 1 325 imágenes y 93 archivos de video de abusos y tortura a prisioneros; 660 imágenes de pornografía de adultos; 546 imágenes de detenidos muertos; 29 imágenes de soldados simulando actos sexuales; 20 imágenes de soldados con suásticas dibujadas en la frente; 37 imágenes de guardias con perros entrenados aterrorizando a detenidos y 125 imágenes de “actos cuestionables”, según el críptico y puritano lenguaje de los militares.

Las fotos junto con los artículos de Salon.com están disponibles en la liga:

Alguien señaló que unas de las cosas más perturbadoras de Abu Ghraib no es sólo la brutalidad misma de las imágenes sino el hecho de que éstas fueron tomadas y que fueron tomadas con el propósito de divertirse. No fueron hechas para documentar ningún informe (por supuesto que no!) sino para enviarlas a amigos y familiares, como trofeo de guerra. Eran los mismos perpetradores quienes aparecían sonriendo y bromeando junto a los prisioneros desnudos y aterrorizados.

Y entre los horrores de hombres encapuchados y sometidos a toda clase de humillaciones y abusos, el rostro de una joven mujer destacaba, sonriendo a la cámara mientras señalaba divertida los genitales de un prisionero, o jalaba a otro con la cadena como a un perro, o simplemente fumaba un cigarrillo mientras sus compañeros se divertían “quebrando” prisioneros: Lynndie England es el rostro de Abu Ghraib.

Lynndie, nació en 1982 en un pueblo de Kentuchy y se crió en West Virginia, en una familia de clase trabajadora. A los 20 años tuvo un fugaz matrimonio y se enroló en el ejército como reservista, una opción económica para quienes desean escapar de trabajos mal pagados, duros y agotadores (esos se los dejan a l@s indocumentad@s) .

En Irak conoció a Charles Graner , quien trabajaba como guardia en Abu Ghraib. De acuerdo a la revista Mother Jones:

...conocido como el líder de la pandilla de abuso, Graner golpeaba a los detenidos y los forzaba a posar desnudos, a mansturbarse y simular fellatio [sexo oral] . Las fotografías muestran también a Garner posando con el cadáver de un detenido que murió durante uno de los interrogatorios de la CIA en Abu Ghraib”

No fue Irak, el único lugar donde Graner cometió abusos. Como guardia de prisiones en los Estados Unidos era conocido por su brutalidad y fue repetidamente reportado y suspendido en varias ocasiones. Entre ellas, una de las que reporta en la página de Wikiepedia sobre él:

...en mayo de 1996 se mudó a la correccional de Greene, una prisión de máxima seguridad...Casi el 98 % de los internos eran negros...y más del 95% de los guardias eran blancos. Los guardias en la prisión fueron acusados de golpear y asaltar sexualmente a prisioneros, hacer búsquedas en cavidades corporales a la vista de otros prisioneros. Hubo también reportes de abuso racial. Incluyendo reportes de guardias que escribieron KKK [las siglas del Ku Kux Klan] con la sangre de los prisioneros golpeados. En 1998 dos guardias fueron despedidos y otros 20 suspendidos, degradados o castigados por abuso a prisioneros”.

Sus primera esposa, Sataci Dean, había pedido repetidamente una orden de protección contra él:

Me aventó fuera de la cama jalandome por el cabello, me arrastró con todo y cobijas por el pasillo y trató de arrojarme escaleras abajo” narró ella al juez. Un amigo de Dean cuenta que más tarde Garner le llamó para decirle : “..si no fuera mi esposa, ella estaría muerta”

Nada de eso le importó al ejército de los Estados Unidos para reclutar y mandar como guardia a este energúmeno a Irak...o más bien, quizás por eso lo mandó.

Allá Lynndie tuvo una apasionada relación con Garner. En una interesante entrevista de Tara McKelvey , en la revista Mariclair (A Soldier's Tale ) , ella habla sobre ésta y el sórdido triángulo “amoroso” que Garner estableció con ella y otra de las implicadas en Abu Ghraib (Megan Ambhul) y más. En el mismo artículo, se entrevista al abogado de Lynndie:

De cualquier cosa que hicieran [sexualmente], él tomaba una fotografía” , dice Hardy, su abogado, “Le pregunté a Lynndie por qué se lo permitía. Ella dijo: 'tipos como estos. Yo sólo quería hacerlo feliz' . Para él , ella sólo fue una cosa con que jugar”

Tres mujeres han sido señaladas como responsables de la tortura a prisioneros en Abu Ghraib: Lynndie England, Sabrina Harman y Megan Ambhul. Dos de ellas han sido llevadas a juicio. Los cargos incluyeron: abuso sexual, físico y psicológico de prisioneros de guerra. Los militares se han cuidado de no usar nunca la palabra tortura.

En el caso de Lynndie los posibles 16 años de prisión que podría haber enfrentado se redujeron a tres y un descargo... honorable! a cambio de haber cooperado con la investigación.

Sabrina, acusada de los mismos cargos, sólo recibió 18 meses, eso sí, con descargo “no honorable” y Megan que se declaró culpable de maltrato a prisioneros antes de enfrentar juicio...nada. Sólo un descargo no honorable y a pagar dos semanas de su sueldo como multa. Sabrina es ahora esposa de Garner...( en mi opinión, con eso tiene ) Aunque para su fortuna, él ahora purga 10 años de cárcel.

Lynndie tiene un bebé de Garner.

De todos los implicados en las torturas y por lo menos un asesinato en Abu Ghraib entre julio de 2003 y febrero de 2004, unos 34 de acuerdo a reportes del Pentágono, en 44 casos , sólo 9 han sido acusados y llevados a juicio. Todos ellos soldados de bajo rango.

Nadie, absolutamente nadie en la parte superior del escalafón ha recibido poco más que una reprimenda. Y entre ellos, varias mujeres. Y estamos hablando de verdaderas “peces gordas”:

Mayor Generala Barbara Fast: Jefe de Inteligencia en Irak. Ella fue la encargada de organizar la “arquitectura de inteligencia” y fue parte del equipo que decidió establecer el Centro de Detención e Interrogatorios ( Joint Interrogation and Detention Center).

Brigadier Generala Janis Karpinski: Comandante de la Brigada 800 de la Policía Militar, a cargo de la supervisión de todos los centros de detención en Irak. Después de que las fotos y los videos fueron hechos públicos, fue degradada a coronela y recibió una carta de “reprimienda”. Ha declarado reiteradamente que ella sólo ha sido un chivo expiatorio.

Capitana Carolyn Wood, del 519 MI Batallón de la Inteligencia Militar. Oficial a cargo de interrogatorios y control en Abu Ghraib. Durante la investigación ha surgido que ella determinó la instalación de areas de aislamiento , conocidas como Hard Sites, los que, de acuerdo al mismo informe, dieron paso a los peores abusos. Wood tambié produjo un manual de reglas de interrogatorio ("Interrogation Rules of Engagement") , entre las cuales el desnudar a los prisioneros está permitido. No ha sufrido mas que una “calificación desfavorable” (???)

Quién dice que la milicia trata mal a las mujeres?

(Un exaustiva relacion y diagrama de cargos y responsabilidades sobre Abu Ghraib, en http://www.motherjones.com/news/feature/2008/03/abu-ghraib-chain-of-command.html )

Hoy es evidente que la tortura y el abuso de prisioneros no son meros accidentes o acciones perversas de mentes desequilibradas (aunque quienes las ejecuten las tengan) sino una política perfectamente asumida y planeada; una técnica diseñada , enseñada y promovida en los centros del ejército. Eso lo sabemos perfectamente en Latinoamérica. Y en realidad Abu Ghraib no es sino una muestra más de lo que por años el gobierno estadounidense ha promovido y ejecutado alrededor del mundo. Aún más, como explica Naomi Campbell en
The Shock Doctrine , las brutales medidas económicas del neoliberalismo no habrían podido imponerse en el mundo sin el auxilio del terror político, que tiene como una de sus armas principales la tortura. Pero, hay que admitirlo, es con Abu Ghraib que la cara femenina de ésta aparece no como la de una víctima sino de la victimaria.
Quizás nuestro empoderamiento viene acompañado necesariamente de todos las prerrogativas y riesgos del poder mismo.

Sin embargo el poder no es neutro, cito nuevamente a Rosen:

La "guerra contra el terror" ha sido acompañada de muchas dudosas expresiones de masculinidad. Se abre con "temor y sorpresa" pulverizando a un adversario debilitado. Crece con un patético presidente desfilando en un portaviones en un vuelo "Air Force" que afirma "misión cumplida". La pesadilla llega a su punto culminante con las cámaras de tortura de Abu Ghraib, erotizadas con correas y collares de perro aplicados sobre los cuellos de iraquíes desnudos acompañados de hombres y mujeres del ejército de EEUU que, vestidos fetichísticamente, practican castigos sadomasoquistas mientras sonríen a la cámara.

La cultura estadounidense es terriblemente patriarcal y militarista. Glorifica la guerra, prometiendo a hombres jóvenes (y a un creciente número de mujeres) un sendero hacia la autorrealización individual a través de la lucha patriótica. La confusa premisa es que gloria, honor, sacrificio y heroísmo (en sí mismos) pueden ser realizados a través de la barbarie militar. Y estos valores están inexorablemente ligados a los genitales masculinos, a la verga. ..Bajo la tiranía de la particular versión patriarcal americana, es casi imposible proponer una visión alternativa de masculinidad (menos de feminidad). Mientras muchos pueden debatir el significado de "masculinidad" en términos de virtudes tradicionales como "coraje", "fuerza", "honor", "sacrificio", tales términos no tienen nada que ver con los genitales masculinos o la potencia sexual. Superar esta contradicción sólo se dará con el fin del patriarcado. “

( Una cuestión de atributos masculinos: el coste oculto de la guerra por David Rosen )

La estructura de poder que ha permitido Abu Ghraib, Guantámano y los no sabemos cuántos hoyos negros de la “inteligencia” estadounidense y sus aliados, debería ser llevada a juicio. Hombres y mujeres por igual y, ciertamente junto a Bush, Chaney, Rumsfield y su pandilla salvaje, las compañias mercenarias que suplen torturadores y mercenarios (como Blackwater, CACI y Titan) y todos sus ejércitos de la noche Y ,sin duda, otra mujer: Condoleeza Rice, a cargo del Departamento de Estado y quien al ser interpelada en el Congreso por un senador sobre si ella consideraba tortura el simulacro de ahogar a un prisionero durante un interrogatorio (waterboarding, mejor conocido en latinoamérica como “pocito” o “submarino”) ella contestó:

Senador , la determinación de qué técnicas de interrogatorio son consistentes con nuestras obligaciones internacionales y la ley estadounidense la hace el Departamento de Justicia, no quiero comentar sobre ninguna forma específica de de interrogatorio”

Y, al final, quizás el problema no son las mujeres en la guerra o no, sino la guerra misma. Pero sin ninguna realista expectativa de que ésta desaparezca pronto de la faz de la tierra, probablemente la pregunta sea: Cuáles son los límites y la dirección de nuestro empoderamiento?

México. 2009, Año Electoral: ¿Y las mujeres qué?

Palabra de Antígona

Por Sara Lovera*

La incursión de las mujeres en la toma de decisiones y en las áreas parlamentarias, le han dado aire nuevo a muchos temas, a muchos asuntos de carácter social, a muchas iniciativas y programas que de otro modo no existirían. Ello independientemente de quién juzgue, qué mujeres y cómo estén actuando en el círculo del poder económico macro.

Hoy no falta casi ni un segundo para que los partidos políticos desaten una intensa actividad preelectoral. Esta semana ya se discuten listas, aliados, alianzas entre partidos y desde luego casi nadie piensa, todavía, en los programas.

Durante el periodo legislativo que terminará en agosto próximo se consiguió una modificación al COFIPE que elevó de 30 a 40 por ciento el número de candidaturas y probables escaños para un sexo distinto y, como siempre, el hilo se rompe por lo más delgado, quiere decir que un mínimo de 40 por ciento serán lugares para las mujeres de todos los partidos.

A las mujeres progresistas del país les preocupa la actitud que ante ello tome la izquierda, ahora así, izquierda sin adjetivos, en virtud del caos del Partido de la Revolución Democrática, el priismo cada día más acendrado del Partido Socialdemócrata y el machismo, viejo e impenetrable, del Partido del Trabajo y de Convergencia.

Y preocupa porque hay zonas de la izquierda que inopinadamente, sólo piensan en los hombres, nos siguen mirando a las mujeres como adicionales, víctimas, mártires o fieras enemigas. Lo cierto es que nuevamente tienen ante sí la oportunidad de hacer democracia y no por paternalistas, sino por una clara realidad que nos beneficiaría a todos.

La presencia de un polo feminista de izquierda en las elecciones de 2009, independientemente del programa legislativo, será fundamental para discutir en la plaza pública asuntos centrales de la democracia: el laicismo, los fundamentalismos, la economía familiar, el desempleo, la violencia contra las mujeres y también contra los hombres, los presupuestos para el desarrollo social y las libertades fundamentales, tanto como la promoción y protección de los derechos humanos.

Y no lo digo de oquis. La presencia creciente, aunque lenta, de las mujeres en los espacios de poder, ha permitido discutir y acordar cuestiones tan trascendentes como la distribución del ingreso, en programas de sostenimiento de las familias; los proyectos productivos y la vida y desarrollo de los niños que vienen cada año a este mundo.

Sin la perspectiva femenina, que dijo a tiempo el horror de lo que se venía en Ciudad Juárez, donde nada se arregla, pero sí se conoce cómo debería arreglarse, el trabajo de las feministas ha sido fundamental.

Y qué más. Al frente de la defensa del petróleo, en las calles y los pueblos, en las zonas habitacionales, en los frentes del trabajo, las mujeres llamadas Adelitas, le dieron una gran cobertura a esta lucha, ganada a medias y perdida a medias. Igual que en los años 30, las mujeres estuvieron, con sentido común e histórico bien al frente.

Prácticamente ningún partido político tiene un programa para detener a la derecha y al ultra conservadurismo en ésta época. Solamente las mujeres organizadas, en distintos frentes lo tienen claro. Ni un sólo día han dejado de reaccionar a los avances de la derecha, cuyo tema central esta semana es la discusión de los obispos en torno a lo que ellos admiten y consideran un tipo de familia.

Qué hubiera sido si se les deja actuar libremente. Nada es más tremendo que imaginar un crecimiento sin orden ni control, de la población. Las mujeres de este país usan anticonceptivos hace 35 años, de otro modo los problemas del país serían mucho más graves. Casi nadie toma nota de esta realidad, apuntalada desde hace esos 35 años por los grupos feministas del país, las organizaciones populares de mujeres trabajando hombro con hombro con montones de mujeres feministas que se fueron de sus pequeños grupos a lo que se llamó, feminismo popular.

Y en materia legislativa, son las mujeres diputadas, del centro a la izquierda, quienes han denunciado y legislado sobre la trata de personas, sobre el divorcio, la maternidad libre y el aborto; sobre los presupuestos democráticos y sobre la violencia.

Habrá quienes dentro de la izquierda esa flexible, amplia, diversa, de muchos signos, que no ha pensado en que sin las mujeres progresistas, sus programas, por lento que avancen, se hubieran hecho agua, sin las militantes de los movimientos, que hace rato han dejado a un lado la idea de complementar la lucha para adherirse a ella por sus propios intereses y eso, eso le hace muy bien al camino de la democracia que lo seguimos sintiendo tan lejos.

Dónde hubieran quedado los derechos humanos, sin la lucha de las mujeres, sin Rosario Ibarra, sin las hermanas, esposas, amigas y madres de las víctimas de la guerra sucia.

Estas son las cosas en las que habría que horadar en los próximos meses. Llevar a la plaza pública a mujeres progresistas y comprometidas, igual al parlamentos que a las planillas municipales y a los gobiernos estatales. Bastaría con cumplir con el Estado de Derecho. Veremos.

*Periodista mexicana. Cumplió 40 años de vida profesional en 2008. Corresponsal de Semlac en México, integrante del Consejo del Instituto de las Mujeres del Distrito Federal y todos los lunes conduce Mujeres en Movimiento y forma parte de la Mesa Periodistas del Canal 21, el Canal de la Ciudad de México en TV por Internet. Nominada a 1000 mujeres por el Nobel de la Paz. saralovera@yahoo.com.mx



domingo, 18 de enero de 2009

PROGRAMA DEL ENCUENTRO

El XI Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe tendrá como tema central los fundamentalismos.

El Comité Impulsor ha elegido el tema de los fundamentalismos porque hay una sensación compartida de que estamos en un momento en el que existe una presión por elegir un punto de vista extremo sin dar espacio a la reflexión. Esta polarización no respeta la otredad.

Hay que diferenciar entre las ideas fundamentalistas que se imponen a través del poder sobre las otras, de las ideas radicales que atraviesan procesos críticos de transformación y buscan la construcción de alternativas.

Entendemos que el fundamentalismo se caracteriza principalmente por la defensa de una sola verdad y su imposición sobre otras formas de pensamiento, por lo que atraviesa distintos campos de la vida. Los desafíos de la realidad social actual han develado cómo dichos intentos de imposiciones fundamentalistas han contribuido a la crisis mundial que hoy enfrentamos, al mismo tiempo que al deterioro de paradigmas que les habían sustentado.

Sabemos que las posturas fundamentalistas aumentan las situaciones de vulnerabilidad en las que vivimos las mujeres. El ejercicio del poder establecido por estas posturas incide directamente en la vitalización del sistema patriarcal. Las ideas fundamentalistas afectan la toma de decisiones sobre nuestro cuerpo, nuestra sexualidad y nuestra vida, al mismo tiempo que debilitan y fragmentan las estructuras sociales que alimentan los movimientos emancipatorios.

Cuestionar la estructura social general e intentar analizar el impacto global que el fundamentalismo impone en nuestra realidad es un desafío imposible de cumplir en cuatro días de trabajo. Por lo que nos centraremos en el fundamentalismo en las áreas de la economía, la política y la cultura.

El conocimiento que se genera a partir de las distintas escuelas de pensamiento y de las artes es reconocido como igualmente importante para el desarrollo del encuentro. Los contenidos serán definidos con compañeras que pertenecen a la academia, el activismo y el arte en términos equitativos.

Propuesta metodológica

  1. Diálogos

Se desarrollarán diálogos a través de una entrevista aun grupo plural de feministas. Los diálogos convocan a todas las participantes durante las mañanas con una combinación entre ejes e identidades. Los diálogos abordaran las siguientes dimensiones:

    1. Las realidades latinoamericanas ante los fundamentalismos hoy

Se analizará el entorno político, económico y cultural de Latinoamerica para conocer las diferentes realidades presentes en la región en la actualidad.

    1. Expresiones feministas frente a los fundamentalismos

Se buscará identificar propuestas alternativas destacadas que se han implementado desde los feminismos de la región como respuesta al embate de los fundamentalismos.

    1. Perspectivas feministas más allá de los fundamentalismos

A partir de la identificación de los principales desafíos que enfrentan los feminismos se buscará la construcción de alternativas colectivas que fortalezcan al movimiento feminista de la región.

    1. Propuestas y estrategias feministas

En la plenaria del último día se darán a conocer los resultados de los grupos de discusión a través de las relatoras.

Chiapas: El dolor de la injusticia y la muerte

Palabra de Antígona *

Por Sara Lovera

San Cristóbal de las Casas está en la ruta maya del turismo internacional. Sus negocios y sus calles están atestados de extranjeros que se llenan los ojos de paisaje. Un fin de semana para ver la más limpia de las lunas en el cielo y las montañas que nos llevan a los Altos siempre serán opción para tomar aire, olvidarse del ruido aturdidor de la ciudad de México.

El viernes pasado llegué con el corazón henchido de sueños de paz y placer. Pero me encontré con una tragedia: la policía estatal persiguió un camión de indocumentados. Lo interceptó a las seis de la mañana, durante 20 minutos dispararon contra los ocupantes, hubo dos muertos, un hombre y una mujer cuya nacionalidad e identidad hasta este domingo era desconocida.

Resultaron ocho heridos, dos graves. Entre ellos dos mujeres, Miriam Estela Corado, de Guatemala, viuda de 29 años, con una bala en el brazo y otra en la pierna, y Lia Tian Hain, de nacionalidad China, también baleada, internada en el hospital regional de San Cristóbal.

Esto fue a unos cuántos kilómetros de la bella ciudad a donde me había propuesto descansar dos días. La tragedia fue en un paraje, sale de sobra decir que indígena, llamado Carmen Arcotete, a 37 kilómetros de San Cristóbal. Inmediatamente después de los disparos, llegaron los soldados y los policías a rodear el campo. Aquí no cesa el miedo, la intimidación, me dije. Es como si el tiempo estuviera detenido 15 años después, desde que todo cambió en Chiapas en 1994.

El abogado del Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas, Ricardo Lagunes, se pregunta con ironía ¿quién sabe por qué fue condecorado por el gobierno de Honduras, por su buen trato a los migrantes centroamericanos el gobernador Juan Sabines?

Los hechos que relato, que tiñeron de sangre mi fin de semana, incluyen la denuncia de Ricardo Lagunes: 15 de los 30 indocumentados que eran transportados en un camión de redilas, que se la juegan, que su sueño de llegar a Estados Unidos los expone, esos indocumentados, donde no faltan las mujeres, ahora sobrevivientes, ilesos, detenidos y maltratados, son obligados por las autoridades de la entidad, esa que dirige Sabines, a declarar que no fueron perseguidos ni baleados --como si se estuviera en un fin de semana de caza- sino que se enfrentaron con los policías.

No es posible que continúen semejantes prácticas, en esos gobiernos cobijados indebidamente por partidos políticos, como el PRD, dizque de izquierda. Entre la gente hay suspicacia sobre la posibilidad del negocio que hay con el tráfico de personas por estas tierras, donde se les trata, maltrata y persigue como si fueran delincuentes.

Ese mismo día, de uno de los tantos ataques a civiles que suceden en este país, muy lejos de San Cristóbal de las Casas, Felipe Calderón instruía a los embajadores y cónsules mexicanos para que le digan al mundo que en México todo está en paz, que los muertos --119 en la primera semana del año-- son entre delincuentes. Es más, Calderón cínicamente afirmó que todo está dentro de una estabilidad democrática.

De forma oficial, en Chiapas no existen operativos contra el narcotráfico, al menos en esta campaña calderonista y, sin embargo, todo indica que los campos militares siguen en pie -- 60 mil efectivos en 30 centros de concentración--, que por todos los caminos hay vigilancia. Policías y militares, en cosa de segundos, rodean los poblados por cualquier cosa. En los espacios liberados por los zapatistas operan bandas paramilitares, que aunque las calles del centro de San Cristóbal o el mercadillo sabatino de San Juan Chamula muestren las más vistosas y coloreadas oportunidades de adquirir artesanías, tras los altos pinos, la vegetación exuberante, el paisaje de las casitas de los montes, anidan hombres dedicados a sembrar la violencia, una que parece cotidiana.

Como bien nos relata La Otra Palabra, ese libro de ellas y la violencia en Chiapas, antes y después de la matanza impune de Acteal hace 11 años --que ahora Juan Sabines quiere conseguir carpetazo, perdón y olvido-- las mujeres siguen muriendo de parto, de desnutrición, de tristeza porque nada de lo que se invierte o se diga que se invierte realmente sucede. Como esa campaña de alfabetización que prometió Sabines y que ya se olvidó o las Ciudades Rurales que fueron una pantalla, porque no existen, además ya no tienen presupuesto.

A la pobreza y el abandono en estos pueblos indígenas, de hombres y mujeres que un día soñaron con la libertad, sólo se cuentan estas faltas, ahora compartidas con hermanos y hermanas centroamericanos, que llegan por Tapachula o por estos parajes, donde el viernes, fueron perseguidos y baleados sin ton ni son. El gobierno estatal, bien gracias, protege a sus policías. Esta es la normalidad democrática de la que habla Calderón. ¡Qué desgracia!

*(En la foto, Antigone por Frederic Leighton, 1882)

Al Encuentro Feminista de Lilith...

Lilith/Colectivo Feminista Socialista Rosa Chillante

Al encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe

Al movimiento feminista latinoamericano

Saludos Mujeres:

No es sino desde el entusiasmo que se extiende esta sonrisa amplia como símbolo de alegría y festejo. Ocasión privilegiada, evento masivo/explosivo, nada menos que el XI Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe en este terrón de tierra por esta ocasión, en este infinito conocido.

De pronto el feminismo se siente colectivo, se construye histórico, toma sentido y parece que existiera en nuestras pieles y que por tanto es real… de pronto el XI hace historia y se traza en las paredes de una realidad compleja y apresurada; XI episodios diferentes de una realidad que cambia como cambian las células de nuestra piel ahora; XI diferentes experiencias latinoamericanas del movimiento feminista.

Detrás van los esfuerzos, las condiciones de su expresión; delante vamos todas, un otro encuentro es motivo de festejo; este nuestro motivo, esta nuestra ocasión de estar y ser en el encuentro de todas y de nosotras mismas. Bienvenidas todas a esta ciudad que como todas, se lee y se vive y como ninguna, literalmente, será escenario de historia vivencial histórica.

Somos la única evidencia política de qué existe un sistema patriarcal; somos como feministas así, cada una con nombre propio y; somos como feminismo expresado políticamente. Definido y posicionado como movimiento político en la realidad terráquea. somos ente público, ojos y voz enfrentadas por una realidad de manera sistemática, estructural, intelectual1, histórica, material, simbólica, sexual, política… y demás dimensiones…

El encuentro será el edén seguro de esa soledad y de esta complicidad bajo piel… todo está listo, seremos todas y eso es real. El escenario vive cual si tuviera la premura de sobrevivir, corre y se agita cada “hora pico”, se mueve, dice, contempla, omite, trasciende, perpetua… la ciudad no deja de funcionar. Y sin embargo, durante y entre sus “horas pico” cuando todo el aparato se concentra en funcionar de manera particular, nostras le des construiremos y haremos posible otra realidad, una realidad donde su función se nombra, se denuncia, se transforma.

Las historias de transformación han sido borradas de la historia, para las venideras generaciones la historia está por ser escaneadas2…

El encuentro de un movimiento político que como otros denuncia una condición y que como ninguno se posiciona desde la negación de realidades, desde la omisión y el desconocimiento. El encuentro de una realidad que poco a poco, llega a su cita desde el aire, desde mar, desde tierra llegara una parte, otras desde espacios inimaginables estarán también presentes por ausentes y el tiempo tendrá una función diferente… está vez no pasara, está vez quedará en la memoria del XI y la historia del XII le convocará y trascenderá y seremos, nuevamente y hasta siempre historia y realidad.

Apresuremos al tiempo con la irreverencia del planteamiento, este será el encuentro de una historia colectiva presente que es y se reconoce como tal; este es nuestro tiempo y eso, sin duda es lo que parece necesitar esta realidad, tiempo propio.

Tiempo para pensar… tiempo para hacer

Materializar los conceptos, las ideas, las creencias, parece ser el fastidio mayor del orden establecido, y sin embargo el placer es necesidad y eso se pretende; materializar los conceptos, las ideas, las creencias… desaparecer el orden establecido y materializar al placer, nombrarlo para reconocerlo y volverlo a hacer y otra vez incansablemente hasta el finito del consiente.

Nunca más un mundo patriarcal, ese es nuestro futuro. De nuestro presente hemos de reflexionar, quizá como suele pasar con la conciencia, recurriendo a la historia, al dato, al punto donde certezas sostienen realidades.

Bienvenida sea la vivencialidad del encuentro, que su deseo se haga en piel y memoria

jueves, 8 de enero de 2009

VICTIMAS Y VICTIMARIAS

Las mujeres en el ejército de los Estados Unidos

VICTIMAS (primera de dos partes)
Por Rocío Duque

El cuerpo de La Venna Johnson*, (en la foto a la izquierda) soldada de infantería de primera clase , presentaba golpes, abrasiones, un ojo morado, la nariz rota, sus manos y sus genitales habían sido quemados, le faltaban varios dientes y el hoyo dejado por una bala se apreciaba en su cabeza. Iba a cumplir 20 años cuando su cuerpo fue encontrado en una barraca de la firma contratista Kellog , Brown & Root (KBR) en Balad, Irak, hace tres años.

La autoridad militar estadounidense dictaminó suicidio.

La familia, en absoluto estupor, luchó durante todo este tiempo para obtener los archivos forenses y llevar a cabo su propia investigación. El padre de La Veena, él mismo un veterano y un médico, encontró aun más incontrovertible evidencia cuando finalmente éstos fueron entregados a la familia. Las fotocopias del area genital de su hija habían sido alteradas, pero una vez restauradas, demostraban violación. Más aún, el orificio en la cabeza de LaVeena estaba en el lado izquierdo, cuando ella no era zurda. Las autoridades militares aseguraban que el arma usada había sido un poderosos M-16, lo cual no concuerda con la herida, ni en proporción ni en ángulo de tiro. De acuerdo a la estatura de La Veena , el ángulo de disparo y el poder del proyectil, un M-16 simplemente hubiera volado totalmente su cabeza, ;o que no sucedió.

Pero la familia Johnson no está sola en su desgracia, en dos sentido.

Por un lado, docenas de familias ya se organizan para averiguar la verdad sobre muertes sospechosas y casos de violación y abuso sexual a sus hijas en la milicia.

Por otro, cuentan con el apoyo de la coronela Ann Wright , una veterana opositora a la guerra en Irak y que ha seguido incansablemente los casos de muchas mujeres muertas en controversiales circunstancias mientas servían en las fuerzas armadas.

Wright, quien recibió una medalla al heroísmo por su papel en la evacuación de 2500 civiles durante la guerra civil en Sierra Leona, renunció al ejército el día anterior al inicio de la invasión. En su carta de renuncia ella mencionó no sólo su desacuerdo con ésa sino también con la política estadounidense en Palestina y las restricciones de las libertades individuales en Estados Unidos y se ha convertido en una figura central en el movimiento pacifista. Es también autora de muchos artículos sobre el tema y co -autora de Dissent, Voices of Conscience.Government. Insiders Speak Out Against the War in Iraq.

Sobre los casos de La Veena y otros, ella dice: “ Hemos encontrado a través de las investigaciones de otras muertes – tú sabes, hay 98 mujeres militares muertas en Irak, Kuwait y Bahrain. 40 de ellas han muerto en incidentes fuera de combate...19 de esas 40 , bajo sospechosas circunstancias. 13 de éstan han sido declaradas suicidios por los militares.”

Por su parte William Cole (As Army marks 30 years of female troops, many roles still denied to them) señala que en total unas 100 mujeres en la milicia han muerto en las guerras de Afganistán e Irak.

Wright menciona otro caso similar; Kamisha Block quien fue asesinada de 5 tiros en una barraca por un compañero de armas. A la familia se le dijo que ella había muerto por heridas en combate.

En otros casos no es asesinato sino violación: El pasado diciembre , una empleada de Halliburton/KBR , Jamie Leigh Jones, denunció que en 2005 fue violada tumultariamente por sus propias compañeros de trabajo, cuando estaba trabajando en Bagdag. Desde entonces , 38 mujeres se han comunicado con Jones para decirle que ellas también fueron víctimas de violación por compañeros de trabajo de Halliburton/KBR. Leigh dio a conocer esto a un comité del Congreso, y durante su comparecencia les dijo que muchas mujeres no pueden hablar sobre esto debido a los acuerdos y contratos que ellas firmaron con su empleador!
Algo todavía más espeluznante en la odisea de Jones: “De acuerdo a un exámen por doctores del ejército se mostró que ella había sido violada vaginal y analmente, pero de alguna manera el kit con los resultados desapareció después de haber sido entregado... a oficiales de seguridad de KBR! Después de haber reportado su violación a KBR, Jones dice que ' la compañía la puso bajo guardia en un contenedor con una cama y le advirtió que si salía de Irak para tratamiento médico ella perdería el trabajo" Después de por lo menos 24 horas en el contenedor sin agua y comida un guardia compasivo le permitió comunicarse con su familia en Texas"
( Más allá del bien y del mal por Rocío Duque)

Finalmente, en agosto, tras meses de lucha contra la poderosa burocracia militar y contratista, el caso de Jones fue aceptado por la corte y el juicio empazará pronto. Otras 12 empleadas de KBR han denunciado hasta ahora asaltos similares.

A su vez, Martha Mendoza de la Associated Press National escribió:
"
Más de 100 jóvenes mujeres que expresaron interés en unirse al ejército en el pasado año fueron abusadas sexualmente por sus reclutadores. Las mujeres fueron violadas en los sofás de de las oficinas de reclutamiento, asaltadas en carros gubernamentales y manoseadas en ruta a los exámenes de admisión. Una investigación de seis meses de Associated Press encontró que más de 80 militares reclutadores fueron disciplinados el año pasado por mala conducta sexual con potenciales reclutas. Los casos ocurrieron en todas las ramas militares y en todas la regiones del país.”

Por supuesto, no existe un record exacto de las mujeres atacadas sexualmente en las fuerzas armadas, de la misma forma que no lo existe de las mujeres atacadas en la vida civil. Sin embargo algunas cifras pueden ayudar a apreciar la dimensión del problema.

  • Las mujeres representan el 7.1 % de veteranos de guerra (1.7 millones)

  • Ellas son el 15% del personal de servicio en las fuerzas activas.

  • Son mujeres el 11% de los soladados en Irak y Afganistán

  • Màs de 191, 500 mujeres han servido en el Medio Oriente desde 2001.

  • Cerca de un tercio de las veteranas dicen haber sido asaltadas sexualmente o violadas durante su servicio en la milicia.

  • De ellas, entre un 71 % y un 90% aseguran que fueron atacadas por un superior.

  • El Pentágono reconoce que el 80% de las violaciones en la milicia nunca han sido reportadas.

A pesar de ser uno de los grupos de más rápido crecimiento en la milicia, las mujeres son aun un grupo minoritario.

Algunas de las entrevistadas por Helen Benedict ( The private war of women soldiers) relatan sus experiencia como unas de las 19 mujeres reclutas en una unidad de 160 soldados en Irak.

Mickaela Montoya, de la Guardia Nacional, dice que allá llevaba consigo siempre un cuchillo : “...el cuchillo no era para los iraquíes, sino para los tipos que estaban 'de mi lado”.

Casos de violación de afganos o iraquíes contra mujeres militares de las fuerzas de ocupación? Cero. Y ciertamente esto no se debe a que sean unos caballeros sino a que las mujeres, como parte de las fuerzas invasoras, están protegidas de los de “afuera”, pero no de los de “adentro”. Aún más, los papeles de dominio y sumisión en ese caso han sido alterados por la invasión, como veremos más adelante.

Ciertamente en el imaginario colectivo de un pueblo, la violación de “sus” mujeres aparece como la ultima humillación , una herramienta de la guerra total , una estrategia militar dirigida a quebrar al enemigo no sólo militar y fisícamente sino también emocional y psicológicamente.

La violación ha llegado a ser el rasgo definitorio de la guerra total en estos primeros años del siglo XXI”, señala David Rosen en su magnífico estudio La violación como un instrumento de guerra total en el siglo XXI” (versiones en español en : www.sinpermiso.info e inglés en: http://www.counterpunch.org, sin duda, una lectura obligatoria.).

Paradojicamente, las mujeres violadas por el “enemigo” son frecuentemente repudiadas por su propio pueblo.

Por otro lado, la imágen de la “dama en apuros” (la princesa secuestrada ), amenazada y abusada por “el otro” también tiene un poderoso atractivo “galante” que es explotado como parte de una propaganda que pinta al enemigo como un depredador sexual insaciable y lo identifica más con los animales que con los humanos (una razón más para no tener piedad!) .

Así, la administración Bush buscó su propia épica galante con la ficticia historia de Jessica Lynch, quien supuestamente había sido capturada por los iraquíes durante una emboscada y sometida a tortura y probablemnte a violación y eventualmente rescatada por los caballeros de la coalición en brillantes armaduras y montando caballos blancos . Jessica (atractiva, joven, rubia y de ojos azules) fue recibida como víctima y heroína de regreso a los Estados Unidos, con desfiles y toda la cosa

Pero la historia resultó un fiasco, tan falso como las armas de destrucción masiva. Ella tuvo sus 15 minutos de gloria y el periodista Rick Bragg , el premio Pulitzar por la biografía autorizada de Jessica ( I Am A Soldier Too: The Jessica Lynch Story) .

Y como para no volver a confiar nunca más en premios como el Pulitzer o el Nobel:

La biografía autrorizada, I Am A Soldier Too: The Jessica Lynch Story, por el ganador del premio Pulitzer, el periodista Rick Bragg asegura que Lynch había sido violada durante su cautiverio, basado en reportes médicos y su patrón de heridas. Sin embargo , Lynch, desde entonces ha declarado no recordar ningun asalto sexual y se ha opuesto reiteradamente a incluir cualquiera declaración de violación en el libro, pero Bragg no le hizo caso y le dijo que 'la gente necesita saber que esto le puede pasar a una mujer soldado'. Los doctores estadounidenses que la examinaron despues del rescate reportaron que ella había sido 'brutalmente violada y sodomizada por iraquíes durante las 3 o 4 horas después de la emboscada , cuando ella estaba inconciente”

Para crédito de Lynch, hay que decir que ella no sólo ha negado la historia de la violación sino que también se opuso a la instrumentalización de su imágen:

Sobre el uso de ella por el Pentágono dijo en entrevista con Diane Swayer que:

...ellos [los militares del Pentágono] me usaron para simbolizar toda esta cosa. Es incorrecto, Yo no sé por qué ellos filmaron mi rescate o por qué ellos dicen estas cosas” Tambié reportó haber sido tratada bien por sus captores .

Por cierto, en la emboscada en la que Lynch fue capturada también lo fue la afroamericana Shoshana Johnson, quien también rescatada, pero al parecer una negra supuestamente violada por el enemigo no es una imágen ni conmovedora ni nueva para el publico estadounidense, asi que sobre ella no hay mayor épica ni propaganda.,,ni biografía, ni Pulitzers...

Por supuesto, todo mundo en los Estados Unidos recuerda el ficticio martirologio de Jessica Lynch pero pocos, muy pocos el muy real de La Venna Johnson.

Por otra parte, la realidad brutal de la guerra y la percepción de que el “enemigo” no sólo està allà afuera , acechando en la obscuridad, sino en tu propia barraca ha tenido un efecto devastador en la salud mental de las reclutas. De regreso a casa, ellas deben recurrir a un sobre saturado sistema de salud ineficaz y diseñado para las necesidades masculinas. Al grado que las mujeres que son víctimas de violación en el ejército deben pagar por sus propias pruebas médicas de violación, ya que estas no son cubiertas por el seguro médico del ejército! (Raped in the Military? You May Have to Pay for Your Own Forensic Exam Kit por Penny Coleman ) .
Y, por cierto, por qué en primer lugar , las mujeres se enrolan en una institución en las que estas cosas pasan? La respuesta es ciertamente compleja y probablemente es similar a la de por qué las mujeres entraron en la fuerza de trabajo de las fábricas de explotación de los talleres de costura de finales del siglo XIX, donde también eran acosadas. Y abusadas .

Las respuestas van desde razones económicas hasta la de un patriotismo, difícil de entender quizás para nosotras pero perfectamente lógico desde otro punto de vista.

Pero hay más: el ejército estadounidense con sus rígidas estructuras organizativas y su prestigio de poder (estamos hablando de la máquina militar más poderosa del mundo) tiene un encanto difícil de resistir para jóvenes en busca de identidad, pertenencia y..claro... poder . No es extraño, pues, que los sectores de mayor crecimiento entre los reclutas sean mujeres y minorías étnicas.

Una historia más antes de terminar:

En el 2006, la coronela Janis Karpinski reportó que en el 2003 tres mujeres soldadas que servían en Irak murieron de deshidratación por haberse rehusado a beber líquidos durante la tarde, en días en que la temperatura podía subir hasta más de 40 grados. La razón de esto era que ellas temían tener que ir a las letrinas durante la noche, donde frecuente e impunemente, las mujeres eran acechadas y violadas por soladados hombres de sus propios batallones.

Paradojicamente Karpinski es una figura controversial en la milicia, no por su denuncia sobre la situación de las mujeres en el ejército, sino por haber sido la primera al mando en ese lugar del horror llamado Abu Ghraib. Y ciertamente no fue la única mujer en permitir y ejecutar la tortura, el asesinato y, sí, la humillación sexual de prisioneros varones...pero esa es otra historia para nuestra próxima entrega y de cómo las víctimas devinieron en victimarias...

* Hay una gran cantidad de artículos en Internet sobre el caso de La Vena Johnson así como sitios dedicados a exigir justicia para ella, entre ellos:

Pfc. LaVena Johnson (sitio oficial)

Justice for LaVena Johnson - The Petition Site

YouTube - rape in the u.s. military - it's a man's world

Democratic Underground - La Vena Johnson, Private First Class US ...



VIOLENCIA QUE NO CESA : Primer homicidio femenino en Ciudad Juárez

Palabra de Antígona (Columna semanal)

Por Sara Lovera*

La tarde del domingo 4 de enero se informó, por distintas agencias, del hallazgo de la primera víctima del feminicidio que azota a Ciudad Juárez desde 1993.

El homicidio de una joven de entre los 25 y 30 años, no identificada, habla de signos de tortura, de un cuerpo echado en un canal de irrigación en la zona norte de esa ciudad ubicada en Chihuahua, en la frontera con Estados Unidos de Norteamérica.

La policía lo halló en Valle de Juárez, en los alrededores de la funesta ciudad que ha cobrado casi la tercera parte de las más de cinco mil ejecuciones del año que murió el miércoles pasado.

No cabe duda que la violencia que va significando el perfil de este país no cesa. Arrasa contra todo el mundo, es incontenible, inexplicable, inaceptable, insufrible.

También se informó de otras tres víctimas femeninas en Jalisco, Sinaloa y Michoacán la madrugada del año nuevo. Víctimas civiles y por su condición, en reyertas entre hombres.

Al feminicidio, como fenómeno de la discriminación femenina en un país sin asidero ni democracia, en medio de la peor crisis económica mundial conmueve, me rebela contra lo que se quiere ver como un destino sin salida.

Las mujeres estamos en un verdadero peligro. Las autoridades reconocen el hallazgo de este domingo como el primer feminicidio mexicano de 2009.

La misma noticia se conoció en el segundo día de 2009 en la República Dominicana. Los datos estremecen. Ahí un individuo mató a tiros a su compañera sentimental, y trató de suicidarse. La noticia también indigna.

En Ciudad Juárez, donde toda justicia sigue pendiente, el cuerpo de la joven, fue tirado a un canal de aguas residuales con lesiones realizadas con arma blanca, en un paraje localizado a la altura del kilómetro 39 de la carretera Juárez-Porvenir, donde está el poblado El Millón.

Las incógnitas son las mismas para más de 400 mujeres asesinadas desde que en 1993 las empezó a contar, a partir de las notas periodísticas, doña Esther Chávez. La impunidad también parece la misma, los hallazgos nos han mostrado cómo la violencia como sinónimo de resolución de conflictos es un modo de vivir de las clases política, económica y de poder en México.

A tan aterradora noticia la precedió el saldo del día primero de enero de 2009. Con datos lacónicos de la prensa nos amaneció el nuevo año teñido de sangre y barbarie.

El resumen es sencillo y terrible: dos emboscadas de sicarios contra militares y un total de 18 ejecutados fue el saldo de las acciones del crimen organizado en las primeras horas de 2009.

El primero de enero, en Uruachic, Chihuahua, un grupo de narcotraficantes se enfrentó con miembros del Ejército, dejando un saldo de tres sicarios muertos e igual número de soldados heridos. Los militares fueron atacados cuando realizaban un recorrido para encontrar plantíos de mariguana.

Unos minutos antes, alrededor de las 2:40 de la madrugada del primer día del año, fue asesinado de cuatro disparos Luis Alejandro García.

Pasadas las cuatro de la madrugada, en la colonia Azteca apareció el cadáver de un hombre de aproximadamente 35 años de edad.

Antes, a las 00:20 horas falleció en el Hospital General de Ciudad Juárez José Rodolfo Esparza, de 18 años de edad. La víctima tenía heridas en el pecho como consecuencia de los balazos sufridos previamente.

Y en el occidente, en La Huerta, Jalisco, una riña entre las familias Madrigal y Virrueta acabó con la vida de cuatro personas en plena noche de año nuevo.

Murieron por balas de 0.45 milímetros: Leopoldo Madrigal Betancourt, de 46 años; María de Jesús Virrueta Baltazar, de 45; Macario Madrigal Virrueta, de 18, y Efraín Valencia Madrigal, de 23.

Y hacia el Pacífico, en Los Mochis, Sinaloa, Karla Chaparro, su hermano Ray Desel y el padre de ambos, Carlos Chaparro, murieron después de ser atacados esa misma noche.

En Oaxaca, fue asesinado a manos de la policía Manuel Cruz Cervantes, de 25 años de edad. El hombre fue perseguido por los gendarmes y, en un intento de fuga, fue baleado hasta quedar sin vida.

En Tijuana, Baja California, un par de hombres armados entraron a casa de Saúl Tamayo y emprendieron fuego contra él, provocando su muerte apenas 40 minutos después de iniciado 2009.

En Michoacán se registraron dos asesinatos. En el primero murió Yadira Hernández, de dos balazos; en el segundo, Rogelio Mendoza, quien falleció por disparos que se impactaron en su rostro.

En Torreón, Coahuila, durante cuatro horas se registró un tiroteo que orilló a los habitantes a resguardarse debajo de sus camas.

Los disparos iniciaron pasadas las 3:30 de la tarde del primero de enero y terminaron cerca de las siete de la noche.

La esperanza que nos envuelve todavía en la primera semana de enero, pensando en el recomienzo de un ciclo, nos deja atónitos, sin palabras, con la boca seca. Algo tendría que pasar para parar tanto infortunio.

*Periodista mexicana. Cumplió 40 años de vida profesional en 2008. Corresponsal de Semlac en México, integrante del Consejo del Instituto de las Mujeres del Distrito Federal y todos los lunes forma parte de la Mesa Periodistas del Canal 21, el Canal de la Ciudad de México en TV por Internet. Nominada a 1000 mujeres por el Nobel de la Paz 2005. Correo electrónico: saralovera@yahoo.com.mx

MATERNIDAD LÉSBICA: ¿PARA QUÉ?

Por Patricia Karina Vergara Sánchez

pakave@hotmail.com

Mi cuerpo es mío... para abortar... para parir. Era una frase de las Madres Lesbianas Feministas Autónomas en Argentina[1], que reivindicaban la maternidad lésbica como un ejercicio de apropiación del cuerpo y de los deseos lésbicos. Coincido: nuestro cuerpo, nuestra elección. Una maternidad ejercida no desde la inmanencia, no desde la obligación cultural, no desde la demanda biológica. Una maternidad deliberada, buscada y conseguida, ejercicio de libertad y amor hacia una misma, hacia la nueva o el nuevo ser convocada, como se convoca una maravilla.

Sin embargo, esta libertad idealizada líneas arriba, se torna una falacia cuando se mira en el entorno que el realizarla es mucho más que complejo. La posibilidad de la inseminación y otras formas de reproducción asistida son una fantasía para muchas. Como la mayoría de los aportes científicos a la humanidad, fue apropiada por la tiránica ley del mercado. Así, en América Latina, la lesbiana que tiene recursos, muchos recursos económicos, puede pagar y ejercer su derecho a la maternidad. Para las que no tenemos esos mismos recursos, se suma a la lista de libertades inalcanzables. La cuestión de clase, una vez más nos divide.

La legislación jurídica en contra de la discriminación y por el acceso a igualdad de oportunidades, que permitiría a lesbianas y mujeres solteras este servicio en forma pública y gratuita, es un clamor que apenas se levanta y que llevará muchas batallas hacer realidad.

Esta falta de acceso es una condena que pone en peligro a quienes buscan la maternidad lésbica pues si bien existen hombres donadores. Amigos, hermanos, conocidos, existe el riesgo de que posteriormente busquen imponer condiciones económicas, emocionales, físicas e incluso sexuales. Diversos tipos de chantajes a cambio del semen otorgado. La “caza” del semen que por desgracia todavía se practica, teniendo encuentros sexuales no protegidos, en busca de un embarazo, es una ruleta rusa que puede implicar Infecciones de Transmisión Sexual e incluso la muerte, y queda por discutir el sometimiento del ejercicio de la sexualidad como una capitulación en pro de la reproducción.

El poder de la ciencia al alcance de unas cuantas no es un accidente económico, es una realidad que implica responsabilidad. El hecho de que unas tengan acceso al privilegio y lo ejerzan sin antes exigir que la opción sea para todas las que lo deseen, es ya ser parte de la construcción opresora.

Aún más, hay mucho que trabajar en torno pues, incluso, las del privilegio económico llegan a ser maltratadas en los consultorios por especialistas que discriminan, que cuestionan, juzgan moralmente y llegan a negar el servicio.

Un segundo rango de la opresión por medio de la inseminación y otros métodos de reproducción asistida es la perpetuación de la discriminación racial. No más niños nuestros de grandes ojos negros y piel morena. Veo hoy, a lesbianas en mi país frecuentemente abriendo sus cuerpos al semen anglosajón. Lesbianas latinas pariendo niños rubios. Quien paga manda y ellas compran el que sus hijes han de responder a la idea de lo estético mediático impuesto.

He escuchado un comentario: “Ya sé que yo soy morena, pero quería que fuera como mi abuelo, que era alemán, para que fuera más aceptado

Otro: “Pues sí, compramos semen de un ruso, pero no es por el color de la piel, es sólo para que no sea tan bajito, sólo una ayuda a los genes”.

Pareciera que lo importante, desde algunas que hablan de la “diversidad” es ser lo más “iguales” al molde del poder.

Más allá de la forma en que engendramos a nuestros hijos, habría que preguntarse, también, esta maternidad para qué.

Qué tan distinta podría ser la nuestra a una maternidad heterosexual, si seremos constreñidas por la misma realidad que dicta sobre todas las mujeres que eligen ser madres y las que no eligen la maternidad, pero se someten a ella. Realidad de menor índice de acceso laboral y salarial a nuestro género, en donde existen guarderías insuficientes, falta de apoyos para madres heterosexuales o no, en pareja o no, en todas sus formas. Falta de redes de apoyo y lógica de competencia entre mujeres. Además, calles llenas de escaleras, hoyos e impedimentos para circular con embarazos avanzados, con niños o niñas en brazos o con carreolas, pasando por un entorno de inseguridad para los niños, acosos físicos, ideológicos y sexuales a nuestres adolescentes, horarios laborales inflexibles, hasta llegar a la injusta distribución de la riqueza que implica desigualdad y violencia en salud, educación y de calidad de vida para nosotras y para les nuestres.

Sumado a lo anterior, la maternidad lésbica se enfrenta a cuestionamientos, burlas, censura, atropellos, desprotección total a las madres por opción, agresiones, padres biológicos que pelean custodias, jueces que discriminan y señalan, vecinos, maestros de los hijos...hay innumerables casos, que es preciso no perder de vista, pues implican formas de violencia extras que se imponen a nuestra realidad.

En esta cuestión de lo visible, hoy existen lesbianas con innumerables blogs en el ciberespacio hablando de ese ejercicio de la maternidad, quienes cumplen una parte de esta función que puede mantener atenta la mirada. Aunque, por supuesto se trata de quienes tienen el acceso a las tecnologías de la información, de quienes, aún cuando se quejan de gastos y presiones económicas pueden publicar, tomadas con su cámara digital, fotografías de hermosas habitaciones decoradas en rosa y llenas de juguetes, la ropa de bebé en su espera de maternidad o el primer puchero, con muy escasa reflexión política. Sin embargo, hay otras formas de ser lesbianas y ser madres, que pasan a la inexistencia opacadas ¿negadas, desconocidas? por la lógica L World, como la de la mujer que es obrera y tiene salario mínimo, o la que trabaja en la recolección de la basura, o la que sólo tiene educación primaria, que parecieran maternidades no tan glamorosas, que no siempre tienen medios a su alcance para mostrarse, para encontrarse y por tanto no son nombradas.

Hay un común en las palabras de quienes sí son visibles. Madres lesbianas, las de los libros, las revistas y los blogs quienes cuentan de la dificultad para salir del closet con familias, de la educación de les niñes, de cómo conciliar con familias heterosexuales, de la pareja y el lugar en donde viven: la “aceptación social” como demanda principal.

¿Es así la maternidad lésbica? ha de tratarse de mamá y mamá, criando niñes y repitiendo el viejo y agotado modelo heterosexual, en busca de la aceptación social, de la normalización.

Esgrimir cifras en donde se expone que los hijos y las hijas de lesbianas pueden ser heterosexuales, según el estudio tal; que pueden ser eficientes en la escuela, que socializaran normalmente, que no serán tan diferentes:

¿Y qué, si no son heterosexuales; y qué, si son diferentes? ¿No es una trampa de hegemonización más?

Dar nietos, sobrinos, ahijados, Demostrar que no somos tan distintas, “familias como otras, familias modelo” Habría que preguntarse qué tanto responde este discurso a la mirada y aceptación de los otros. Cabría preguntarnos, en estas condiciones, ser madres, una y otra vez: por qué, para qué.

Hasta la propia palabra “familia” resultante del latín famulus: sirvientes, esclavos, patrimonio del amo, me causa conflictos. La familia, tal como la concibe el patriarcado, es indispensable como lugar de reproducción de las formas e ideologías en donde unos imponen sobre otras y éstas sobre los más pequeños; y se nos hace creer a todes que la imposición es la única forma posible de organización: en lo privado y en lo colectivo.

Así mismo, es el lugar en donde las mujeres con el trabajo doméstico no asalariado y las dobles jornadas, sostienen las economías del capitalismo; donde a los hombres se les ata en la venta de su fuerza de trabajo en el campo o en la ciudad; donde a les niñes se les prepara para ingresar a los mercados laborales.

Y entonces miro a mi alrededor a lesbianas valiosas afanadas en movimientos que buscan desesperadamente “derechos” que incluyan a nuestras “familias” en el discurso de la democracia neoliberal, que agotan sus energías y capacidades solicitando que nos reconozcan como parte del sistema opresor, olvidándose de cuestionar, justamente, el mismo sistema opresor.

Estos gastos de energía y trabajo, llevan a la consecución de un puesto político para alguien, a enfocarse en cumplir metas de instituciones gubernamentales con agendas que no siempre responden a nuestra realidad, o a logros civiles rasurados y Light, en el ejemplo de México, D.F., la Ley de Sociedad de Convivencia, que curiosamente, después de la batalla dada por participantes de las más diversas clases, sólo tiene sentido para quienes tienen privilegios económicos. ¿Es, de verdad el Estado neoliberal, ahora en nuestro país de extrema derecha, el interlocutor con quien tendríamos que negociar? Parece muy conveniente a este sistema tenernos ocupadas en luchas atomizadas, con estos logros a cuenta gotas.

Hace unos años las madres Lesbianas Feministas Autónomas de Argentina, escribían: “Hoy por hoy lo importante en todo caso sería tener bienes para dejar a nuestra compañera, antes que el derecho a herencia, tener trabajo para anotar a nuestra pareja en la obra social, poder darles una educación a nuestros/as hijos/as para preocuparnos cómo va a figurar nuestra pareja en la escuela.

Si bien los derechos civiles facilitarían algunas cosas, lo importante es el cambio cultural y social…”

Entonces, podemos comenzar a preguntarnos, qué tanto la maternidad lésbica se está acercando a significar formas de comercialización respecto a nuestros cuerpos, de consumo, de restricción de libertades, racismo, discriminación, reproducción y sujeción a roles, de clientelismo político en fin, muchos rostros de la misma opresión.

Yo no quiero ser madre lesbiana en este marco, ni dentro de los moldes de la maternidad impuesta. Ni siquiera ser madre buena, ni abnegada, ni hacer o dejar de hacer únicamente en el nombre y bienestar de les hijes. Sara García en las películas del cine mexicano de hace décadas ya lloró mucho la abnegación de las “cabecitas blancas”. No quiero una maternidad que signifique renuncias. De otra forma, de otro modo tendría que poder ser una maternidad lésbica.

¿Entonces, la maternidad lésbica puede ser gozosa, reivindicativa, deconstructora, propositiva, contestataria, incluso?

Y, si nos permitiéramos soñar e imagináramos, entonces, que otras técnicas, modos y construcciones pudieran haber, por ejemplo maternidades subversivas:

Recuperando la inseminación artesanal que practicaban lesbianas en los 60s y 70s, y algunas, por lo que sé, en Europa lo hacen todavía. Apelando a inseminaciones gratuitas o de bajo costo de organizaciones médicas solidarias. Llamando también a solidarios hombres de activismo y movimientos sociales que donaran, sin vínculo ni compromiso posterior, su semen para apoyar nuestro acceso a la libre maternidad.

Es decir, arrebatarle nuestra maternidad a la tiranía del mercado de la ciencia, al sistema de capitales que nos impiden decidir sobre nuestra posibilidad de concebir, de disponer sobre nuestros cuerpos.

Libertad lésbica para engendrar, tan importante como el acceso al aborto lo es para las heterosexuales.

Y, una vez teniendo la posibilidad real de ejercer la maternidad a nuestro alcance, sin la trampa de la fantasía del “algún día” condicionado por las legislaciones, lo económico y las presiones sociales, entonces: Poder decir: Sí, o poder decir: No a la maternidad. En un acto de decisión, de verdadera elección sobre nuestros cuerpos y sobre nuestras vidas.

Más allá del mero acto de concepción: Negarnos a establecer copias de las organización clásica heterosexual y jugar a la normalización “familiar” en donde se perpetúa y se prepara para insertar a nuestres hijes en la lógica de las jerarquías, la economía del consumo y la dominación de unes y otres.

Por ejemplo, preguntarnos si gestación y crianza tiene que estar obligatoriamente encadenadas. O, si pueden ser acuerdos distintos entre dos o varias mujeres. Por ejemplo, crear redes de apoyo, cuidados y compañía en donde madres gestantes y no gestantes, jóvenes, bebés, niñes y mayores construyésemos otras formas organizativas, colectivas. Responsabilizarnos hasta del agua y la tierra, en una visión comprometida de lo que hacemos y enseñamos. Hablar de empatía a les niñes que criamos, hacerles sentir, comprender y considerar las necesidades específicas de quien se encuentra a su lado, humane, animal o planta.

Cuando no somos, ni vivimos, ni producimos, ni actuamos, ni pensamos bajo los roles de hombres y mujeres al servicio de la forma de vida antisolidaria y neoliberal, amenazamos en los hechos el sistema de producción. Además, con el peligro secundario de que pudiese cundir el ejemplo y que hombres y mujeres en general comiencen a preguntarse sobre estos roles y plantear otras formas de organizarse, no más familias tradicionales; organizarnos para la atención de niños y enfermos; organizaciones comunales, educativas, de producción, de explotación de recursos naturales, incluso otras formas del trabajo. Formas, propuestas, colectivas, horizontales no impositivas.

Las herramientas existen: el feminismo, las propuestas libertarias, rebeldes, contestatarias, las posturas críticas en general. Hasta podemos soñar un mundo de justicia social, económica y política, de salud, de equidad, de derecho al placer y de amor.

Sobre todas la cosas, apostemos por revivir la cualidad revolucionaria lésbica de la disidencia. Si Disentimos de la heterosexualidad obligada, de la monogamia impuesta, de los roles de género asignados, disintamos entonces, si la elegimos, de la maternidad tradicional. La propuesta va entonces porque politicemos esta maternidad, apropiarla: Voluntaria y transgresora.

¿Le entramos a dialogar?



[1] MADRES LESBIANAS FEMINISTAS AUTONOMAS. La lesbiandad del ser. http://www.geocities.com/rima_web/madrelesb.html