martes, 7 de agosto de 2012

La periodista Lydia Cacho, defensora de los derechos humanos,ha sido amenazada de muerte.


 *Lydia Cacho* estaba en su casa trabajando el 29 de julio cuando su  transductor de mano, utilizado únicamente para emergencias, se encendió  solo. Ella respondió, pensando que podría ser un colega del trabajo, y oyó  una voz de hombre que la llamaba por su nombre y le decía: “Ya te lo  dijimos, pinche puta, no te metas con nosotros, se ve que no aprendiste con  la vueltecita que te dieron. La que te va a tocar va ser en pedacitos, así  te vamos a mandar a casa, en pedacitos, pendeja”. Lydia Cacho ha denunciado  formalmente esta amenaza ante la Procuraduría General de la República.
 Lydia Cacho empezó a recibir amenazas y a sufrir acoso tras publicar en  2005 un libro en el que sacaba a la luz una red de pornografía infantil  que, al parecer, actuaba con el conocimiento y la protección de políticos y  empresarios de los estados de Quintana Roo y Puebla. A consecuencia de las  denuncias por difamación presentadas contra ella y de los irregulares  procedimientos judiciales, en diciembre de 2006 fue detenida y sometida a  amenazas y acoso. Después de eso, se publicaron en los medios de  comunicación conversaciones telefónicas intervenidas en las que se  implicaba en su detención y acoso a ex altos cargos gubernamentales del  estado de Puebla. Desde entonces, Lydia Cacho ha seguido recibiendo  amenazas, en ocasiones como represalia por su trabajo como periodista y  defensora de los derechos humanos en un albergue para mujeres en Cancún.
 En 2009, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos pidió al gobierno  mexicano que adoptara medidas cautelares para Lydia Cacho. En 2010, Lydia  Cacho publicó otro libro, en el que, una vez más, sacaba a la luz la trata  de mujeres y niñas y revelaba los nombres de individuos presuntamente
 vinculados a estas redes delictivas.

 INFORMACIÓN COMPLEMENTARIA
 Los periodistas de México corren un grave peligro de ser agredidos o  asesinados a causa de su trabajo. Según la Comisión Nacional de los  Derechos Humanos, al menos 70 periodistas han sido asesinados desde el año  2000, y sigue sin conocerse el paradero de otros 13 periodistas  secuestrados. Quienes investigan o denuncian la delincuencia y la  corrupción están especialmente expuestos a ataques o intimidación. En la  gran mayoría de los casos, los responsables no comparecen ante la justicia,
 lo que crea un clima de impunidad.
 AI llama a sus miembros a que escriban inmediatamente, en español, en
 inglés o en su propio idioma:
 - Expresando preocupación porque Lydia Cacho fue amenazada de muerte el  29 de julio, e instando a las autoridades a garantizar su seguridad;
 -  Instando a las autoridades a proporcionar a Lydia Cacho medidas  efectivas de protección, de acuerdo con los deseos de la propia afectada, y  conforme a lo ordenado por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos;
-   Pidiéndoles que ordenen una investigación inmediata, exhaustiva e  imparcial sobre las amenazas de muerte y que lleven a los responsables ante  la justicia.

 ENVIAR LLAMAMIENTOS, ANTES DEL 12 DE SEPTIEMBRE DE 2012, A:
 Dr. Alejandro Poiré Romero -  Secretario de Gobernación
 Secretaría de Gobernación
 Bucareli 99, 1er. piso, Col. Juárez
 Delegación Cuauhtémoc

 México D.F., C.P.06600, México
 Fax: +52 55 5093 3414
 Correo-e.:
secretario@segob.gob.mx

 Tratamiento: Sr. Secretario

 Marisela Morales Ibáñez -  Procuradora General de la República
 Paseo de la Reforma 211-213
 Col. Cuauhtémoc, México D.F., C.P. 06500, México
 Fax:
+52 55 5346 0908 (insistan, y digan: "fax")
 Correo-e.:
ofproc@pgr.gob.mx
 Tratamiento: Sra. Procuradora General

 Arturo Ávila Salazar -  Comunicación y Proyectos Tecnológicos
 Amnistía Internacional México
 Celular:  (55) 5180.9918 | Teléfono:  
+52 (55) 5687.6010 ext. 106
 
http://www.amnistia.org.mx
 "Trabajamos para proteger los derechos humanos en el mundo

Sanjuana Martínez exige se indague “corrupción” de la juez


 Luz María Guerrero ordenó arresto “ilegal” de la reportera
Por Guadalupe Cruz Jaimes

México, DF, 31 jul 12 (CIMAC).- La semana pasada Sanjuana Martínez ratificó la denuncia en contra
de la juez Luz María Guerrero ante el Consejo de la Judicatura de Nuevo León, para que reciba una
sanción por las violaciones a sus Derechos Humanos (DH) cometidas durante el “arresto ilegal” y el “acoso judicial” que sufrió la periodista.
Martínez, colaboradora de varios medios de comunicación, declaró a Cimacnoticias que Guerrero también debe ser investigada por su “historial de corrupción” en otros casos que ameritan su destitución como jueza del Juzgado Décimo Quinto de Juicio Familiar Oral del Primer Distrito Judicial del estado.
El pasado 5 de julio, la periodista mexicana fue detenida de manera “ilegal y desproporcionada”
por una falta administrativa derivada de dos procesos civiles sobre su divorcio del fiscal del Tribunal Supremo en España Carlos Castresana.
La comunicadora recordó que ese día fue detenida por cinco policías estatales con armas largas,
quienes sin mostrarle la orden de arresto entraron a su casa violando las cerraduras “como si fuera una narcotraficante”.
Sanjuana fue consignada a la estación de la policía ministerial Alamey en Monterrey, donde permaneció arrestada 24 de las 36 horas que le ordenó Luz María Guerrero. Ella logró salir antes porque un Tribunal Federal le otorgó un amparo, ya que no pudo salir bajo fianza porque la juez lo impidió.
La regiomontana indicó que el operativo se debió a una venganza de Guerrero derivada de su labor
periodística, ya que en 2008 publicó en el diario La Jornada un reportaje en el que la juez estuvo
involucrada en la detención de la entonces directora de Alternativas Pacíficas, María del Mar Álvarez, y en el secuestro de dos menores de ese albergue para víctimas de violencia.
Un día antes de su detención, Martínez denunció ante el Consejo de la Judicatura la corrupción e
irregularidades cometidas por la juez, y solicitó que ella ya no estuviera a cargo de juicio por divorcio. El Consejo emitió una resolución favorable a Sanjuana e impidió a Luz María Guerrero seguir al frente de su caso.
No obstante, con la separación de la juez de los procesos civiles que enfrenta la periodista no se
reparan las violaciones a sus DH ni el daño psicológico que padecieron sus hijos, al presenciar su detención. Por eso el jueves pasado Sanjuana ratificó ante la Judicatura la denuncia contra Guerrero.
En esta ocasión se busca que se indaguen los casos anteriores atendidos por la juez en los que ha sido acusada de corrupción y de proteger a agresores de mujeres. “Pedimos que se indaguen sus cuentas bancarias porque un operativo policiaco de esa naturaleza no se explica más que a través de la  corrupción”, mencionó.
Cabe recordar que en junio pasado Sanjuana  Martínez interpuso una demanda de violencia
familiar en contra de su ex esposo Carlos Castresana por violencia familiar, en la Agencia
del  Ministerio Público número 7 de Violencia Familiar, en Monterrey.
En el sitio
<
http://www.change.org/>www.change.org de España, integrantes de la sociedad civil demandan que los “maltratadores estén fuera de las instituciones” y señalan a Castresana como uno de ellos.
En la página web sostienen que Carlos Castresana “está acusado por violencia familiar en México,
con una orden de restricción (similar a nuestra orden de alejamiento) que incumple sistemáticamente, demostrando un desapego absoluto por el cumplimiento de la justicia incompatible con su cargo”.

CONTRA LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN
Sanjuana apuntó que “claramente” su detención y el “acoso judicial” se desprenden de la intención
de las autoridades locales de “reprimir a los periodistas y coartar su libertad de expresión”.
Para ello dijo que son capaces de “utilizar cualquier triquiñuela legal violando la ley para perpetrar ataques, ése fue un ataque a mi vida”.
En Nuevo León las agresiones contra periodistas son constantes, “trabajamos en condiciones de
indefensión, de intranquilidad, y el gobernador no ha hecho nada para salvaguardar nuestro trabajo”, acusó.
Añadió que el gobierno local, encabezado por el priista Rodrigo Medina, carece de voluntad  política para esclarecer los ataques y terminar con la impunidad en la que quedan los casos de violencia contra periodistas.
 MEDIDAS CAUTELARES
La comunicadora denunció que las autoridades tampoco tienen interés en brindar protección a
quienes ejercen un periodismo crítico y a sus familias. Por lo que en su caso es importante el
reciente acuerdo que aprobó la Cámara de Diputados para otorgarle medidas cautelares.
El pasado 24 de julio legisladores de la Primera Comisión Permanente aprobaron un dictamen para
solicitar a la Secretaría de Gobernación (Segob) medidas preventivas de protección en beneficio de
Sanjuana Martínez y de sus hijos. Sin embargo hasta ahora la Segob no se ha puesto en contacto con la periodista.
Mientras que la Comisión de DH del estado está integrando el expediente de la queja interpuesta
por Martínez el mismo día de su detención. “Ya solicitaron información a las autoridades para
que respondan por la violación a mis derechos y el daño psicológico ocasionado a mis hijos”,
informó, por lo que espera que la recomendación sea emitida en las siguientes semanas.

12/AGM/RMB

Foro Internacional G20, desde una mirada feminista


Sindicato de Telefonistas, 13 de Junio 2012
 Reunidas 200 mujeres representantes de 45 organizaciones civiles,  11 sindicatos ( STRM,  STUNAM, FAT, ATM, Sindicato Independencia de Aviación,  Movimiento Nuevo Sindicalismo del SNTE, Sindicato independiente de trabajadores del IEMS DF,  ASSA de México,  SME, STINCA, UNT y la organización de Jubilados Tranviarios, 2 organizaciones del Movimiento Urbano Popular: UPREZ y SOL e integrantes del Movimiento de Izquierda ante la Emergencia Nacional y mujeres  provenientes de: Ecuador, Guatemala Brasil, Perú, Nicaragua, Bolivia, El Salvador, México, India, Bélgica, España y Gran Bretaña  iniciamos  el día de hoy,   un encuentro alternativo a la reunión de ministros y gobiernos de 19 países y la Unión Europea el llamado Grupo de los 20 (G20).  
 Este es un momento decisivo para la lucha de los pueblos,  que se da en un contexto de crisis generalizada que nos agobia:  cambio climático,  derrumbes financieros, crisis alimentaria, energética, ecológica ,  que no son sino manifestaciones de la gran crisis del sistema capitalista y patriarcal  y  que van dejando heridas en toda la humanidad y en nuestra pachamama.
 Las mujeres vivimos el impacto de estas políticas, con desempleo,  pobreza,  exclusión,  discriminación,  explotación,  desigualdad,  violencia y feminicidios.
 Las políticas económicas y las decisiones financieras del grupo de los 20 están dirigidas a desmantelar las políticas de protección a los derechos de la población,  de las y los trabajadoras,  de las mujeres,  de los jóvenes y de las comunidades indígenas y rurales.
 Denunciamos que el modelo económico actual ha propiciado el fortalecimiento del crimen organizado y de la violencia institucional,  que ha afectado gravemente a las mujeres.
 Denunciamos que el actual modelo,  ha provocado también el abandono del campo, la vulnerabilidad del sector agroalimentario y la pérdida de la soberanía alimentaria.   Situación que ha provocado la migración no solo de hombres,  sino ahora de miles de mujeres que dejan sus comunidades en búsqueda de mejores condiciones de vida.
 Ante ello proponemos.
 1.     El cambio hacia una nueva arquitectura financiera donde las decisiones sean tomadas por el 99% de la población y no por el 1% como lo es actualmente.
2.     Políticas de desarrollo desde una perspectiva de género, con rostro humano,  que incluya el respeto a los derechos humanos de los pueblos.  Los gobiernos no pueden seguir tomando las decisiones a espaldas de los pueblos,  tienen que considerar los derechos de las comunidades.
3.     Un proyecto que tenga como eje la justicia social,  basada en los derechos económicos, sociales, ambientales y de equidad de género.   El derecho a la energía,  el agua,  la vivienda,  los servicios públicos y el derecho a la salud, entre otros.  Encaminada fundamentalmente al derecho al buen vivir.
4.     Ante el fortalecimiento de la extrema derecha y el avance contra los derechos de las mujeres como la prohibición al derecho al aborto,  las mujeres necesitamos salir unidas en la defensa de nuestros derechos integrales,  el derecho a decidir sobre nuestro cuerpo.   Exigimos alto a los feminicidios en México y a nivel mundial y el acceso a la justicia real para las mujeres.
5.     Crear mecanismos para que las mujeres ejerzan su plena ciudadanía,  el derecho a opinar,  al ejercicio real de sus derechos y acceso a la justicia.
6.     Reconocer la plurinacionalidad de nuestros pueblos e impulsar una democracia participativa que permita la construcción de un nuevo modelo económico y social, que surja desde los pueblos y desde los aportes de las mujeres.
7.     Reconocer el aporte del trabajo cotidiano no pagado de las mujeres.  Su aporte a la economía del cuidado en los hogares, el trabajo doméstico y el trabajo comunitario,  que contribuye a la generación de riqueza de los países en la economía global. 
8.     Exigimos  empleos estables y  salarios dignos  para las mujeres,  con acceso a la seguridad social y a los derechos humano-laborales que marca la ley.   Promover una ley laboral con transversalidad de género que elimine los obstáculos para la incorporación  de las mujeres al mundo del trabajo en condiciones de igualdad. Erradicar la eliminación de toda forma de discriminación y  violencia sexual y laboral hacia las mujeres.  Fortalecer la participación equilibrada de las mujeres y los hombres en la esfera de toma de decisiones. Establecer compromisos bilaterales que garanticen a las  mujeres acceder a la capacitación  y a mejores puestos. Promover acciones afirmativas que aseguren la conciliación de las responsabilidades familiares entre mujeres y hombres. Diseñar una política de empleo que contemple a la población de mujeres jóvenes.  Fortalecer el mercado interno y a la pequeña y mediana empresa,  a fin de modificar el modelo laboral que descansa en la informalidad y los micronegocios.
9.     Defender a los sindicatos como arma para las defensas de los derechos humanas y laborales de las y los trabajadores.
10.   Exigimos la promulgación de la Ley General de Victimas y la ley de protección a Defensores de Derechos Humanos.
11.   Rescate de las visiones que respetan a la madre naturaleza,  la vida,  la armonía y la equidad.
12.   Fortalecimiento del sector primario y sus trabajadores con una visión y conservación ecológica.
13.  Promover la economía solidaría que permita a las comunidades indígenas y a las mujeres vender sus productos artesanales, con una mirada de comercio justo,  que garanticen una economía sustentable que sea amigable con el medio ambiente.
 Las mujeres nos comprometemos a exigir que se cumplan nuestras demandas….. desde comunidades,  regiones, países, sindicatos. 

Demanda ONU fin de violencia extrema contra las mujeres


Comité de la CEDAW emite 27 recomendaciones a México

Por Gladis Torres Ruiz

México, DF, 30 jul 12 (CIMAC).- El Comité de Expertas de la Convención sobre la Eliminación de
Todas las Formas de Discriminación Contra la  Mujer (CEDAW, por sus siglas en inglés), exhortó
al Estado mexicano a poner fin a los altos niveles de inseguridad y violencia que afecta de
manera desproporcionada a niñas y mujeres.
Al finalizar el pasado 27 de julio en Nueva York el 52 periodo de sesiones del Comité, en el que
compareció México, las expertas presentaron un documento de 44 puntos con 27 recomendaciones
preliminares y especificas al Estado mexicano para que establezca medidas contra la discriminación hacia la población femenina, mostrando su mayor preocupación en la violencia que aqueja a las mujeres.
El pasado 17 de julio México fue evaluado en su cumplimiento de la CEDAW, aprobada en 1979 por la
ONU y ratificada por nuestro país en 1981. El examen fue sobre los reportes 7 y 8 entregados por el Estado mexicano al Comité en septiembre de 2010.
La delegación oficial argumentó esos informes, sin embargo en sus recomendaciones el Comité de
la CEDAW cuestionó al Estado mexicano sobre sus acciones contra la discriminación de género.
Le pidió revisar la estrategia de seguridad pública para combatir la delincuencia organizada  y poner fin a los altos niveles de inseguridad y violencia en el país, que afectan en mayor medida a niñas y mujeres.
En este sentido, las expertas llamaron a México a brindar formación sistemática en materia de Derechos Humanos (DH), en particular derechos de las mujeres, a todos los funcionarios, el Ejército, la Marina y las fuerzas involucradas en las operaciones de seguridad pública, y establecer y hacer cumplir un estricto código de conducta.
Cabe recordar que de manera paralela, el pasado 17 de julio 113 organizaciones defensoras de los DH en México presentaron 18 informes “sombra” o alternos ante el Comité de la CEDAW en los que acusan al Estado de “simular cumplir” con su obligación de respetar, garantizar, prevenir, investigar, sancionar y reparar cualquier manifestación de violencia y discriminación hacia las mujeres.
A través de una serie de acciones, las expertas de la CEDAW exigieron al Estado mexicano cumplir con su obligación de prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres, tales como la violencia doméstica, las desapariciones, torturas, asesinatos, y el feminicidio.
Convocaron a adoptar todas las medidas necesarias para establecer un sistema de recopilación de datos estadísticos sobre la violencia contra las mujeres, el cual deberá estar desglosado por tipo de violencia y las circunstancias en que se cometió.
México debe elaborar un diagnóstico del fenómenode la trata de mujeres y niñas, incluyendo las causas, consecuencias y fines, así como los posibles vínculos con las desapariciones de mujeres y niñas y las formas de explotación.
Las expertas manifestaron su “especial preocupación” ante la falta de datos oficiales sobre el número de enjuiciamientos, condenas y sentencias cometidas contra los perpetradores de violencia contra las  mujeres.
Igualmente la falta de mecanismos eficaces para aplicar y supervisar las leyes sobre el acceso de las mujeres a una vida libre de violencia, y a los servicios de salud y educación.
El Comité pidió que se armonicen las leyes que protegen los DH de las mujeres y que se deroguen las leyes discriminatorias, ya que  hay una contraposición de normas y sus diferentes definiciones  y  sanciones sobre violación, aborto, desapariciones forzadas, tráfico y homicidios, por mencionar algunas.
Además solicitó que se revisen los códigos penales locales a fin de tipificar la desaparición como un delito. Exhortó también al Estado para que todas las mujeres tengan acceso al aborto en todo el país.
De igual forma pidió mecanismos de seguimiento y sanciones a  funcionarios que se nieguen a aplicar las leyes que protejan a las mujeres y dar prioridad plena a la aplicación de la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, así como ejecutar de manera completa el Programa Nacional para Prevenir, Atender, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer.
En su documento preliminar, el Comité de la CEDAW hizo hincapié en recomendaciones hechas en 2006
al Estado mexicano, y en la aplicación plena y efectiva de la Convención.
Convocó al Estado mexicano a que incluya información de las organizaciones civiles en su próximo reporte periódico de 2016 o cuando el Comité se lo solicite.
Pidió a México presentar dentro de dos años una declaración sobre las medidas adoptadas, para aplicar las recomendaciones en materia de acceso al aborto y la tipificación del feminicidio.

12/GTR/RMB

Honduras: Llamamiento feminista nuestroamericano



Honduras: Alerta por nuestras vidas, por nuestros cuerpos, por nuestra libertad, por nuestra felicidad, por Nuestra América  Entusiasta ante la posibilidad del cambio, y la esperanza asomada entre el enclave de dolor y explotación que ha marcado su historia, Honduras fue golpeada hace tres años  por la oligarquía con el apoyo de EE.UU, en aquel nefasto 28 de junio. Las feministas del continente salimos a las calles ni bien sonaron los primeros ruidos. Todo lo aprendido durante las dictaduras de los 70 y los 80 nos revolvió la sangre, toda la memoria de nuestras ancestras nos puso de pie y en marcha junto con el movimiento de Resistencia Hondureño, supimos que deberíamos luchar nuevamente para detener la represión contra el pueblo todo y alzar las voces juntas de nuestras rabias.
Han pasado tres años. Son muchos los muertos y las muertas que produce este golpe cada día, son  demasiados los cuerpos torturados, exiliados, desplazados de sus casas, de los brazos de sus afectos,
apresados en la cada vez más precaria condición material.
El pueblo se indigna cotidianamente frente a la pérdida de sus pocos derechos, la usurpación de sus tierras y bienes naturales, la militarización de sus territorios, la prepotencia gringa, la paramilitarización de la política, las agresiones de los guardias privados de los terratenientes, la impunidad de todos en contra de la vida y dignidad de Honduras. El pueblo no deja de movilizarse y actuar con una entereza y convicción que pretenden detener sólo con la represión.
La prensa digna es asesinada selectivamente, para que hable una sola voz: la del poder. Por decenas hemos conocido los funerales de sindicalistas, campesinos, jóvenes, mujeres; y hemos llorado con el
dolor de sus seres queridos.
Las organizaciones y personas que se nombran en Resistencia suman pérdidas de su gente, y sin embargo, siguen buscando caminos para denunciar el continuismo del sistema establecido con el gobierno de facto, que hace posible el crecimiento de la violencia generalizada con la  que se elevan escandalosamente los femicidios, y los crímenes dirigidos contra la comunidad LGBTTI. El patriarcado se cobra sus víctimas a la sombra del despotismo dictatorial.
Los acuerdos de Cartagena de Indias, y el cheque en blanco que le dieron los gobiernos de la mayoría de América Latina y del mundo al gobierno de Porfirio Lobo, no ha hecho más que agravar las condiciones
de vulnerabilidad de la Resistencia y muchos de esos gobiernos hoy callan ante quienes antes señalaron como golpistas. Hay que decirlo claro: con esa decisión se ha aislado a los sectores decididos a mantener en alto las banderas de la Resistencia. Fue un error gravísimo sobre el cual se ha lanzado el telón de la impunidad y el olvido.
Es por eso que hoy queremos llamar la atención nuevamente sobre el giro que está tomando esta política de muerte. Queremos denunciar que en estos momentos se están produciendo asesinatos selectivos de activistas fundamentales de la resistencia hondureña, especialmente los que tienen trayectoria de muchos años de lucha en Honduras  y forman parte de sus diversos proyectos políticos y sociales, con el objetivo claro de golpear a las organizaciones que sostienen posiciones comprometidas en las batallas contra las transnacionales, la oligarquía y el continuismo golpista.
Tememos por las vidas de nuestras compañeras y de nuestros compañeros y la de sus familias, por su seguridad, por la integridad de los cuerpos vueltos objetivos del exterminio. Queremos poner en evidencia que esta política de eliminación ya está puesta en marcha en Honduras y todos los días cumple su cometido macabro.
Como feministas queremos hacer un llamado colectivo a volver a mirar hacia Honduras. Nuestras voces no quieren ser complacientes ni pacientes: ¡¡es urgente levantar la solidaridad en todo el continente!! De otra manera resultaremos cómplices frente a las políticas norteamericanas que buscan hacer de Honduras una vez más su portaaviones para la remilitarización de Centro América.
Desde todos los rincones de Nuestra América, nos autoconvocamos para organizar movilizaciones y demandas con energía y fortaleza.
Para exigir a los gobiernos que votaron por el ingreso de Honduras a la OEA y a otras instancias internacionales, que ahora exijan el cumplimiento de los derechos humanos, que se detenga la represión, y que avance la justicia contra los responsables del golpe de estado y de cada uno de los crímenes contra el pueblo.
Para exigir que se detengan las operaciones militares en Honduras, y se retiren las bases yanquis  de este territorio nuestroamericano.
Para demandar que terminen los allanamientos, los desalojos, y la intervención militar de los asentamientos campesinos.
Para recordarles que nuestros cuerpos no son botín de sus guerras y que defenderemos el espacio del cuerpo como el territorio primero de nuestra rebeldía
Para denunciar que como en tantos lados de Nuestra América se persigue, asesina y desaloja a los pueblos indígenas y negros que se enfrentan directamente a los megaproyectos que financiaron el golpe y hoy se reparten el país y sus bienes. Para exigir justicia y alto a estas agresiones.
Para exigir que se detenga el saqueo cultural, territorial, la agresión a  nuestras soberanías  y  autonomías, la privatización de ríos y zonas boscosas, para exigir se ponga fin a la política de ocupación
e intervencionismo militar de Estados Unidos y la militarización  en todos los sentidos que se impone contra el pueblo hondureño. Para demandar que se declare inconstitucional la Ley que crea las Ciudades
Modelo, mediante la cual se entrega el territorio a los inversionistas extranjeros y se vulnera la soberanía del país.
Para reclamar que se termine con los femicidios, y con la violencia y muertes contra la comunidad LGTTBI. Que se investigue y enjuicie a los asesinos.
Nos autoconvocamos para decir que una vez más nos encontrarán en las calles y en las plazas de Nuestra América, para dibujar con nuestros cuerpos los contornos de la libertad deseada, para refundar
colectivamente el deseo de una vida que no multiplique dolores  sino pasiones, risas y placeres,  para hacer del buen vivir una conquista cotidiana, siempre.
Para acompañar a nuestra Honduras y abrazar con ella la fuerza de quienes luchan cada día, y con nuestros cuerpos enormes ante la historia, detener la infamia de la guerra contra un pueblo que ama la
vida.
Honduras
Miriam Miranda
Berta Cáceres
Eva Urbina
Lorena Zelaya
Bety Matamoros
Karla Lara
Alba Marcucci
Silvia Heredia
Melissa Cardoza

Argentina
Alcira Daroqui (Buenos Aires)
Alejandra Ciriza (Mendoza)
Analia Bruno (Buenos Aires)
Celina Ester Rodriguez Molina (La Plata)
Claudia Korol (Buenos Aires)
Dahiana Belfiori (Rafaela – Santa Fe)
Diana H. Maffía (Buenos Aires)
Graciela Alonso (Neuquen)
Liliana H. Daunes (Buenos Aires)
Natalia Di Marco (Córdoba)
Roxana Longo (Argentina)
Ruth Zurbriggen (Neuquen)
Yuderkys Espinosa (Buenos Aires)

Colombia
 Gloria Cuartas Montoya
Ochy Curiel
Piedad Córdoba Ruiz
Ana Milena Gonzáles

 México
Francesca Gargallo

El Salvador
Charo
Cristina Martínez
Mariella

Costa Rica
Larraitz  Lexartza Artza

Paraguay
Magui Balbuena Cardozo
melissa condesa

Nellys Palomo


Por Sara Lovera
Suavecita,
feminista, afroamericana, curadora, pensadora, manos para masajear, resolvía
conflictos, escritora, analítica, crítica, marxista, mística y mítica.
Nellys Palomo Sánchez cumplirá este 9 de junio tres años desde que se fue por
un absurdo accidente casero. Su obra florece y prospera.

Fue
en los tiempos recientes, en la época de transición la política, del
feminismo  y de la política oficial de género, sin duda, las más
importante promotora e impulsora de la organización de las  mujeres
indígenas del país y de  la región Latinoamericana, para hacer fuerza. Y
entre miles y miles, la que entendió el lenguaje del corazón de las mujeres de
Chiapas.

Invariablemente
"inyectaba  fortaleza, energía y ganas de vivir… sé que las
esperanzas de lo sembrado desde que nos conocimos ahora retan a los retos, a
seguir caminando, para seguir tejiendo los rostros y voces de mujeres indígenas
en todos los telares del mundo, desde las comunidades hasta el nivel
global",   escribió en 2009 Martha Sánchez  Néstor,
indígena amuzga, hoy Coordinadora de la Alianza de Mujeres Indígenas de
Centroamérica y México y asesora de ONU Mujeres, formada en el feminismo por
Nellys.Martha recién nombrada una de las 100 mujeres en el mundo galardonada con
el título de Las mujeres dan vida ( Women Deliver 100).

Militante
y  convencida Nellys nos dejó muchas lecciones, que en estas fechas habría
que recordar y considerar. En tiempos de confusión y de retos, en época de
elecciones y confrontaciones.

Ser
congruentes, analizar la realidad y tomar decisiones, rescatar la autonomía de
las  mujeres, comprometerse, ser solidarias racionales, no caer en la
tentación que encubre desvíos, reconocerse y reconocer a las mujeres en su
humanidad imperfecta, pero sobre todo no alterar ni alterar el entorno, si no
es necesario.

Ser
guerrera para lo que tiene sentido y transforma. No ser adocenada y sumisa
frente a los poderes o las dádivas. Razonar y tomarse el corazón al mismo
tiempo, sin tapujos. Esto es, Nellys que no sé cuanto tiempo estuvo en Chiapas
y editó conmigo libro Las Alzadas -sobre las mujeres zapatistas de Chiapas-, lo
que se metió en el cuerpo, lo que adquirió en la sangre fue ese carácter de las
indígenas calladas hasta que terminan con el silencio y saltan.

La
he querido recordar, sin hacer a un lado la historia y la lucha de las mujeres
indígenas del continente, sus avances y sus batallas, porque este tipo de
mujeres inquebrantables, como Nellys, que no se van atrás de todo lo que brilla
es oro y pueden con su fuerza espiritual e ideológica resistir la tentación y
oponerse a ser adocenadas, agachadas y débiles, son el tipo de mujeres que
necesitamos ser, en lo individual y en lo colectivo para enfrentar los tiempos
por venir. Nos hará falta.

¿Cómo
la recuerdo? Tenía como luces en los ojos. No podía ocultar lo que sentía y su
cuerpo chiquito y delgado, se movía en las marchas, en los auditorios, en los
bailes, se movía como una rama que retaba al viento. Y transmitía sosiego y
calma. Dos cosas que nos hacen tanta falta en tiempos tan violentos y
difíciles, en que cualquier cosa puede alzar una llamarada.

De
ella sabemos lo que sus herederas y colaboradoras han escrito para este tercer
aniversario luctuoso:

"Nellys
Palomo, feminista comprometida con la vida, con el mundo, las mujeres, con
una extraordinaria capacidad de dar, de comprometerse, de entregarse y de
reflexionar. De origen colombiano,  vivió siempre en la búsqueda de la
autonomía de las mujeres y de sus pueblos.

"Trabajó
durante años al interior del movimiento feminista y del movimiento amplio de
mujeres en México, luchando con la convicción de que la autonomía de las
mujeres y sus pueblos debe garantizar una nueva relación con el Estado,
estableciendo un verdadero Estado de derecho, basado en el pluralismo jurídico,
en donde los pueblos indígenas tengan derecho a defender sus intereses y
controlar sus vidas."

Y
todo ello, para también para recordar que el 30 de mayo, mujeres de seis o
siete países de América Latina, todas indígenas, se juntaron en la ciudad de
México, con sabiduría para recoger las experiencias de sus antecesoras. En un
ritual que dijeron les da fuerza para luego defender sus vidas de la violencia
en las comunidades.

Pero
también para custodiar a las comunidades de otras formas de violencia y
racismo, y salvaguardar la madre tierra, el agua y las plantas de la rapacidad
de empresas y gobiernos. Hoy también ese ritual les da fuerzas para exigir su
derecho a estar en la política real.

Martha
Sánchez como otras muchas, fue impugnada siete veces como líder nacional
indigenista por su propia organización. Recientemente fue rechazada por los
partidos de izquierda como candidata a una diputación y es controvertida y
luchona.

En
la  reunión se dijo que en Oaxaca, casi 40 por ciento de las presidentas
municipales  indígenas han sido obligadas a renunciar y hasta salir de la
comunidad.Y no obstante  con pisada fuerte: un paso para adelante y otro para no
caer.

Indígenas
y promotoras, valientes y decididas realizaron un foro internacional sobre
"Participación Política de Mujeres Indígenas de las Américas: retos y
lecciones aprendidas.

Tarcila
Rivero Zea, quechua del Perú, contó ahí como fue impedida para llegar al
congreso de su país; Mirna Cunninngham,  la primera misquita graduada como
médica y también lideresa en la revolución sandinista, nunca logró escalar a la
política real y lo contó y les dijo a las reunidas que no puede concebir el
poder para las mujeres  sin lograr transformaciones estructurales, en sus
comunidades, etnias y países.

Bueno
se alzaron las mujeres, están paradas, pero no es posible que pierdan su
memoria y la entereza, que como dijo la maya Manuela Alvarado López hay que
cuidarse de "repetir los antivalores políticos porque nos los impone el
poder, que es muy fuerte".

Y
este 9 de  junio en la organización Kinal Antzetik, en una zona llamada
Corazonar, en la ciudad de México, esa  última organización que impulsó
Nellys, sus herederas van a recordarla con un memorial en forma de mural, a
reafirmar las lecciones aprendidas, como diría Nellys sobre "lo que se
tenía que hacer y lo que no se tenía que hacer". ¿Qué diría Nellys Palomo
de estos tiempos y que recomendaría?
saralovera@yahoo.com.mx

¡Por la Vida y la Libertad de las Mujeres¡

Sara Lovera López
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Discursos y prácticas feministas en el movimiento 15-M: avances y asignaturas pendientes


Sandra Ezquerra
Introducción
Desde el mes de mayo de 2011 el movimiento 15-M ha involucrado en la práctica política a una enorme cantidad y variedad de personas que hasta hace sólo unos meses habían observado los efectos de la crisis desde la distancia y la desafección. Su verdadera importancia yace, a día de hoy, en su inesperada gestación de una nueva generación de pensadores y pensadoras críticas y activistas mediante la reflexión, el debate y, lo que es más importante, mediante la praxis. El 15-M ha sido artífice en decenas de ciudades del estado español de los baños de masas más diversos, más festivos, más anónimos y más esperanzadores vistos en mucho tiempo. Ha contribuido a generalizar el “sí, se puede” y el “juntas podemos” y, en definitiva, ha ayudado a ampliar el desafío al hasta ahora imperturbable discurso de la inevitabilidad del sistema capitalista, sus recetas neoliberales y sus crisis.
Más allá de su evolución, de sus éxitos y de sus fracasos, no obstante, se realiza aquí una reflexión sobre la experiencia específica de las mujeres en el movimiento y sobre la medida en que éste ha incorporado el discurso y la práctica feminista. En primer lugar, se ubica la emergencia del movimiento en su contexto estructural y socio-histórico y se muestra cómo éste ha estado marcado por el género. En segundo lugar, se examina la medida en que el movimiento 15-M ha contribuido a la evolución de la lucha feminista, tanto el terreno discursivo como el de las prácticas, dinámicas y roles establecidos en su seno desde sus inicios.
Las reflexiones aquí incluidas provienen de la participación de la autora en el 15-M barcelonés pero también de las conversaciones con múltiples activistas feministas provenientes de toda la geografía española, así como de la lectura de relatos y crónicas, tanto individuales como colectivas, sobre su paso por el movimiento desde el 15 de mayo del 2011. De la misma manera que el 15-M ha estado caracterizado por una gran diversidad y heterogeneidad, también lo han estado los feminismos que han aterrizado (o se han desarrollado) en él. A pesar de que las experiencias feministas en el 15-M presentan una gran desigualdad geográfica e incluso temporal, en el presente texto se intentan sintetizar algunas de las que se consideran más relevantes con el objetivo de reflexionar tanto sobre sus dimensiones positivas como sobre las que no lo son tanto, y contribuir así a un aprendizaje colectivo que nos permita seguir caminando hacia una indignación verdaderamente feminista.
Mirando el momento desde el feminismo: ¿de qué crisis estamos hablando?
El lema de la manifestación convocada el domingo 15 de mayo, “No somos mercancías en manos de políticos y banqueros” tuvo el gran mérito de aglutinar en una sola frase los principales detonantes del movimiento 15-M: una merma importante de los derechos sociales y económicos de amplios sectores de la ciudadanía como resultado de la crisis, por un lado, y una creciente desconfianza respecto a una clase política percibida como corrupta e incapaz de sacar al país de la crisis por el otro.
A pesar de que los feminismos en el estado español han realizado una ingente labor durante los últimos años para visibilizar las formas específicas en que la crisis económica y las recientes (contra)reformas afectan a las mujeres[1], este elemento no estuvo inicialmente presente en las denuncias y reivindicaciones del movimiento. El 15-M no ha sido en ningún caso aislado ya que  desde que estalló la crisis numerosos movimientos sociales han pasado de puntillas sobre las dimensiones de género del actual contexto económico. Medios de comunicación de diversa índole han sugerido a su vez, a raíz de la vertiginosa aceleración que en los inicios de la crisis sufrieron las tasas de paro masculino, que una de las particularidades de la crisis es que promete con abolir las desigualdades entre hombres y mujeres en el mercado laboral[2].
Las mujeres, sin embargo, continuamos a día de hoy sufriendo una enorme vulnerabilidad tanto dentro del mercado laboral como fuera de él. Un análisis de la crisis desde una perspectiva de género muestra que, si bien el año 2008 se vio caracterizado por el estallido de la burbuja inmobiliaria y la crisis de la industria, ambos sectores profundamente masculinizados, meses más tarde la contracción de demanda de mano alcanzó también al sector servicios, donde actualmente se ocupa el 88,5% de las mujeres en el estado español. A día de hoy la tasa de paro femenino suma un 22,10% y el masculino un 21,04%. Si se desagregan los datos en términos de procedencia, se ve que los hombres autóctonos presentan la tasa más baja de todas con un 17,20% mientras que el desempleo femenino no comunitario es de un 27,15% y el masculino cercano al 34%. Si se toma en consideración que las mujeres de origen inmigrante se encuentran concentradas en la economía informal, es muy probable que la tasa de desocupación de éstas últimas resulte ser en realidad mucho mayor que la oficialmente registrada.
La aceleración del paro masculino ha provocado que haya más familias que dependan del salario de la mujer y que numerosas mujeres se hayan visto forzadas a incorporarse al mercado laboral. Mientras que la tasa de actividad femenina en el año 2007 era de 48,94%, a finales del 2011 se situaba en un 52,91%. Este incremento, no obstante, no se ha visto acompañado de una redistribución de las responsabilidades domésticas y de cuidado. Todo ello, sumado al aumento de la carga de trabajo doméstico sobre las mujeres como resultado de las estrategias familiares para reducir gastos, ha provocado un aumento de la carga global de trabajo de las mujeres y un reforzamiento de nuestra doble jornada.
Las desigualdades de género siguen siendo una realidad innegable también en el mercado laboral y se manifiestan en altas tasas de temporalidad y jornadas parciales entre las mujeres. También tenemos una mayor presencia que los hombres en la economía sumergida, somos el 57,3% de las personas receptoras de prestaciones no contributivas y únicamente el 37% de las contributivas. Nuestro salario medio es 22% inferior al de los hombres y, por otro lado, el 80% de las personas “inactivas” que no reciben ningún tipo de pensión son mujeres también.
La ausencia de una perspectiva de género ha sido también una constante en las respuestas del gobierno del PSOE a la crisis. La mayor parte de los 11.000 millones de euros inyectados durante el primer año de la crisis mediante el famoso Plan EEE se destinó al sector de la construcción que, en 2008, ocupaba al 16% de los hombres y únicamente al 1,9% de las mujeres. La financiación, además, no incluyó requisito alguno de presencia de mujeres en las contrataciones. Los recortes del gasto público social visibilizados en el famoso Tijeretazo en mayo de 2010, y actualizados constantemente por las políticas de austeridad impuestas desde entonces, están teniendo un gran impacto en las mujeres al estar nosotras concentradas en sectores públicos como la sanidad, la educación y los servicios sociales. Como consecuencia, somos nosotras las principales víctimas de la reducción de salarios y la eliminación de empleos públicos. La vulnerabilidad social y económica de las mujeres, a su vez, nos hace acusar con más fuerza la reducción de ayudas sociales y, ante la desaparición de éstas, somos nosotras las que mediante nuestro trabajo de cuidados no remunerado, las acabamos asumiendo. La Reforma Laboral ha reforzado la dualización de género del mercado de trabajo remunerado y previsiblemente la Reforma de las Pensiones, así como el reforzamiento de su lógica contributiva, afectará negativamente a las mujeres ya que, a raíz de nuestra concentración en la economía informal, jornadas parciales y bajos salarios, así como de la frecuente interrupción de nuestra vida laboral para cuidar de hijos y otras familiares, encontraremos más dificultades a la hora de sumar la cotización exigida para acceder a una pensión de jubilación que pueda considerarse digna. La creciente austeridad resultante de la crisis de la deuda ataca particularmente al estado de bienestar y los servicios públicos, y permite al estado transferir sus obligaciones de protección social de nuevo a las familias (léase mujeres).
Cuando el feminismo se indigna…
Todos los elementos expuestos apuntan a la persistencia, e incluso agudización, de la subordinación de las mujeres en el actual contexto. Esta subordinación, sin embargo, se ha visto silenciada en la mayoría de los relatos económicos sobre la crisis. El 15-M no ha sido una excepción y entre sus lemas no figuró inicialmente referencia alguna a las especificidades de género de la coyuntura económica. Durante las primeras semanas del movimiento conceptos como “feminismo”, “opresión” o “desigualdad de género” no consiguieron generar consenso en numerosas asambleas y se toparon con la resistencia resultante de un gran desconocimiento e incluso cierta aversión hacia el discurso feminista por parte de centenares de personas que lo identificaban con ideas y actitudes divisorias, excesivamente radicales y poco razonables.
En este escenario, ante lo que entendieron como un silenciamiento de las voces de las mujeres y a pesar de algunas acusaciones de separatismo, muchas de las activistas feministas presentes entonces en Plaça Catalunya (Barcelona) se buscaron para crear un espacio de discusión, debate y acción de mujeres, lesbianas y trans: la asamblea de Feministes Indignades. Ésta, lejos de atascarse en las tumultuosas discusiones que caracterizaron a otras comisiones, les permitió avanzar y visibilizar su trabajo y discurso en el resto del movimiento. Durante los primeros días de la acampada Feministes Indignades redactaron un manifiesto de exigencias que fue aclamado por unanimidad en una de las asambleas generales más multitudinarias que vivió el movimiento barcelonés. El manifiesto contenía exigencias feministas para una transformación radical de la sociedad y planteaba respuestas a la crisis desde una mirada inclusiva y consciente de la ubicación específica de las mujeres en el orden económico y social:
La sociedad capitalista y patriarcal nos oprime […]. Queremos una sociedad en la que el centro sean las personas y no los mercados. Queremos una transformación del modelo (capitalista) de desarrollo económico y social actual hacia uno que esté al servicio de las personas y del planeta. En esta transformación es imprescindible incorporar un enfoque feminista de cara a afrontar las crisis: ecológica, alimentaria, energética, económica, social y del trabajo de cuidado y apostar por procesos sociales de sostenibilidad de un nuevo modelo de ciudad y gestión del territorio […] Exigimos el reparto de los trabajos y la riqueza. Trabajar menos para trabajar todo el mundo. Condiciones laborales y profesionales dignas. Reparto igualitario del trabajo productivo y reproductivo, igual remuneración y reconocimiento por los trabajos entre mujeres y hombres. Y que la riqueza esté al servicio de las clases populares […] Exigimos el reconocimiento de las tareas de cuidado de las personas, los hogares, la vida y su socialización completa.[3]
El análisis y las propuestas no se realizaron exclusivamente en torno a la crisis sino que también se exigió la participación de las mujeres, lesbianas, transexuales y tránsgenero en la búsqueda de un sistema político participativo y verdaderamente democrático:
El sistema democrático actual es patriarcal y no nos representa. Queremos organizar la sociedad en espacios de decisión y gestión política horizontales.[4]
El establecimiento de Feministes Indignades como espacio autónomo cohesionado con una importante legitimidad y en interlocución directa con las asambleas generales ha contribuido a visibilizar y potenciar la perspectiva de género en los discursos y las movilizaciones del 15-M en Catalunya y a exigir el protagonismo de las mujeres en los debates y las acciones. Mientras que por un lado han hecho avanzar su propia agenda en forma de actividades, debates y acciones específicamente feministas, han estado presentes a su vez en los numerosos espacios de coordinación del movimiento haciendo oír su voz y contribuyendo con su experiencia en decisiones y movilizaciones unitarias. En todas estas citas la inconfundible huella del feminismo indignado se ha hecho patente mediante bloques y pancartas propias, acciones simbólicas contra la opresión heteropatriarcal o intervenciones denunciando los efectos perversos de la crisis económica y las políticas de austeridad sobre las mujeres.
… ¿se feminiza la indignación?
La consolidación de un espacio feminista y la visibilización de su trabajo, sin embargo, no han sido posibles en todas las ciudades y pueblos donde ha surgido el 15-M. En lugares como Bilbao, Elche o Burgos se ha llevado a cabo cierta actividad como la concienciación sobre la necesidad de un lenguaje no sexista o la organización de acciones feministas específicas, pero no ha habido una masa crítica importante de mujeres dispuestas a (o capaces de) exportar la mirada de género al conjunto del movimiento de manera sistemática ni de crear espacios de discusión y acción feministas. Un factor importante tras esta incapacidad ha sido, en ciudades como Vigo o Palma de Mallorca, el tratamiento del feminismo por parte de un número importante de sectores del movimiento como una cuestión de poca prioridad e incluso escasa relevancia. En Cádiz, por otro lado, cuando el grupo de trabajo de feminismos llevó a la asamblea general un manifiesto feminista inspirado en los de Madrid y Barcelona y resultado de un rico e interesante debate en su seno[5], tuvo que ver como el manifiesto era rechazado por una “falta de consenso” ante su supuesto carácter excluyente y divisorio. En otros lugares, la confusión, de la que todavía adolece el movimiento, entre consenso y unanimidad provocó que en asambleas de 300 o 400 personas un solo hombre pudiera bloquear la aprobación de propuestas feministas.[6]
Ni siquiera en lugares como Barcelona, Madrid o Santiago de Compostela, donde las comisiones y grupos de trabajo feministas han tenido un peso y proyección importantes, puede afirmarse que éstos hayan conseguido impulsar con éxito una feministización o la transversalización de la perspectiva feminista en el movimiento. Dicha transversalización, de haberse dado, se habría traducido en la incorporación comprehensiva y sistemática por parte del 15-M de las reivindicaciones feministas en su esfera discursiva y en su práctica.
El feminismo en el discurso
Cabe reconocer en este sentido que la presencia del discurso feminista en el 15-M no ha estado exenta de retos. Tal y como las compañeras de Madrid relatan en un dossier que elaboraron,[7] algunos de los límites para la circulación de los feminismos en Sol se manifestaron en la perplejidad y falta de comprensión de muchas de las personas allí presentes, en los insultos cargados de machismo y homofobia e incluso en el hecho de que las primeras asambleas generales no recogieran ni asumieran ninguna cuestión o propuesta feminista. Para muchos y muchas participantes en el movimiento, el feminismo seguía siendo equivalente al machismo, pero al revés.
La (desigual) presencia del discurso de género en el 15-M no ha sido fruto tanto de un aumento significativo de conciencia en su seno como de la constante presencia de activistas enarbolando la bandera del feminismo, lo cual se ha traducido en un ritmo de trabajo insostenible y en una doble militancia por parte de muchas mujeres. Cuando ellas lo introducen parece ser bien recibido, pero si no lo hacen (apenas) nadie más toma la iniciativa. En cierta manera, la presencia discursiva del feminismo en el 15-M sigue dependiendo de la “omnipresencia” física de las militantes feministas para darle voz mediante críticas, acciones, documentos, talleres, intervenciones y elaboraciones específicas. Sin embargo, tal y como expresaban las compañeras de Sol, “queremos que se nos entienda, queremos contagiar”.[8] Una incorporación sostenida y perdurable del feminismo que consiga provocar una generalización de la conciencia de género o una transformación del marco colectivo de un movimiento debe provenir de una intervención sostenible y extendida. Y en el movimiento 15-M, hasta el momento, no ha sido así.
El feminismo en la práctica
Si al movimiento aún le queda un largo camino por recorrer en el terreno discursivo, la esfera de la práctica ha sido también escenario de numerosas dificultades. No hay más que recordar los abucheos de “¡fuera, fuera!” o “la revolución es de todos” lanzados contra las feministas cuando durante los primeros días de la acampada decidieron colgar en Madrid una pancarta en la que se podía leer, “la revolución será feminista o no será”[9]. Un “machoman”, como ellas mismas lo denominaron, mostró su rechazo a la pancarta arrancándola ante miles de personas[10]. Ese episodio dejaba patente que no existía consenso en que el 15-M fuera un punto de convergencia de TODAS, incluida la feminista, las luchas.
Durante los primeros meses de las protestas se realizaron en numerosas ciudades importantes avances en el campo de las prácticas como, por ejemplo, una creciente concienciación del sesgo androcéntrico inherente en el lenguaje. Mientras que por un lado muchas asambleas incorporaban comunicación no verbal para denunciar el uso de vocabulario y expresiones heterosexistas o discriminatorias, por el otro se pudo apreciar un creciente esfuerzo por evitar el uso recurrente del masculino en el lenguaje. Independientemente de las palabras utilizadas, sin embargo, mientras que los equipos de dinamización estaban mayoritariamente compuestos por mujeres que se encargaban de gestionar las metodologías, logísticas y dinámicas colectivas del debate, la mayoría de las intervenciones y propuestas políticas continuaron siendo realizadas por hombres. Éstos también siguieron realizando un uso expansivo del turno de palabra, obteniendo de manera automática la autoridad moral, intelectual o de experiencia y, entre otras cuestiones, mostrando escaso respeto hacia el turno de palabra de mujeres u hombres-no-machos-alfa.[11]
Así, quizás se realizaron avances respecto a algunas de las formas en que se manifiesta el sexismo pero no respecto al fondo. Cabe destacar además que, por ejemplo en Barcelona, nunca se llevó a cabo un debate en profundidad en aras de alcanzar acuerdos sobre un lenguaje no sexista. Esta superficialidad de los cambios se ha traducido, tal y como han expresado algunos hombres del 15-M desde entonces, en un miedo constante por parte de muchas personas a la “censura” por no “hablar políticamente correcto" y también en un gradual regreso al uso generalizado del masculino de manera paralela a la fragmentación y dispersión del movimiento y sus asambleas. Desde el momento en que ha dejado de haber un mínimo de masa crítica dispuesta a señalar el uso de expresiones sexistas y/u homófobas, las prácticas se han relajado de nuevo.
La ausencia de un debate comprehensivo sobre las dimensiones de género del lenguaje ha sido parte de una ausencia mayor en las dinámicas internas del movimiento: el género no ha sido una categoría de análisis central a la hora de distribuir tareas, gestionar relaciones y definir los espacios. Dicho de otro modo, a pesar de que el género es un principio organizador básico de la sociedad humana, así como de sus roles, relaciones y desigualdades, y a pesar de que la cotidianidad de los episodios y agresiones sexistas nos exige tener estrategias para abordarlos,[12] el movimiento 15-M en su conjunto no ha problematizado políticamente el género como eje de división y opresión en su seno. Ello se ha traducido, por ejemplo, en la inexistencia de un protocolo de actuación en situaciones de agresiones sexistas en toda su gama y variedad o en momentos de abuso de poder por parte de los hombres. Un episodio sintomático de ello, entre seguramente muchos otros, fue la incapacidad de un mediador miembro de la comisión de convivencia en Barcelona para reaccionar cuando una mujer componente del equipo de dinamización de asambleas le expresó que había sido víctima de una agresión física por parte de un hombre. Ante la incomodidad que sin lugar a dudas le provocó la situación, el mediador se aferró a la falsa equidistancia que pretende dar igual voz a agresor y agredida y, arguyendo que no podía estar seguro de quién decía la verdad y quién mentía, se lavó las manos y permaneció en silencio. Negaba de esta manera el poder de definición a aquélla y otras mujeres, el cual establece de manera inequívoca, y nada relativista, que existe una agresión desde el mismo momento en que una persona se siente agredida.
Otro episodio relacionado con las dinámicas de género en el movimiento tuvo lugar a inicios de junio cuando la comisión madrileña de feminismos anunció que sus componentes no iban a pernoctar más en Sol como consecuencia de las agresiones sexuales, sexistas y homófobas que habían presenciado y/o sufrido, además de por la invisibilización de estas agresiones y la ausencia de una voluntad colectiva para solucionarlas.[13] Mientras que por un lado numerosos medios de comunicación utilizaron la declaración de la comisión para desprestigiar al 15-M en un momento en que las acampadas entraban en un proceso de reflujo, los esfuerzos de la comisión legal y otras voces del movimiento para negar la existencia de agresiones en términos legales, y minimizar de esta manera las dimensiones de la problemática, mostraban, una vez más, las grandes dificultades de un sector para abordar políticamente la existencia de dinámicas agresivas y abusos de poder por parte de algunos hombres[14]: una problematización del género en ese contexto hubiera mostrado que lo verdaderamente importante no era si las agresiones eran legamente punibles o no, sino más bien el hecho de que había compañeras que afirmaban no sentirse seguras en un espacio supuestamente emancipatorio como era Sol. La incapacidad de abordar políticamente la situación, además, resultó en que, en lugar de proporcionar respuestas colectivas ante la existencia de agresiones sexistas, muchas mujeres tuvieran que optar por soluciones individuales. A efectos prácticos, en lugar de rechazar o expulsar las agresiones o a los agresores de la acampada (en el caso que fueran miembros de ella), lo que se hizo fue excluir a las personas agredidas de facto o en potencia. Curiosamente, por otro lado, mientras que el movimiento no ha dudado a menudo en señalar que “lo legal no es necesariamente justo”[15] como sus numerosas acciones de desobediencia civil demuestran, en el caso que nos ocupa, la noción de la justicia de género se ha visto subordinada al discurso de la legalidad y a la conservación de la imagen pública del  movimiento.
El 15-M no ha desarrollado, de esta manera, herramientas para reconocer la reproducción de la lógica patriarcal en su seno, reflexionar sobre sus manifestaciones concretas y gestionarlas desde una perspectiva feminista. El resultado ha sido que, en episodios como los relatados, la respuesta habitual ha consistido en la invisibilización de la violencia y el silenciamiento de las voces de las mujeres. En ambos casos se ha desaprovechado la oportunidad de realizar un aprendizaje colectivo con el objetivo de reparar daños y evitar que estas situaciones se repitan en el futuro. Tanto la corrección política como la negación se han visto acompañadas de una profunda preocupación, comprensible aunque injustificable, de que la publicitación de estos episodios pudiera estigmatizar al movimiento y debilitarlo. En tanto que espacio de lucha compuesto por mujeres y hombres, el 15-M ha reproducido el error de sus predecesores al temer que el feminismo lo dividiera al denunciar sus contradicciones internas en lugar de apostar por fortalecerse abordándolas y resolviéndolas. O como mínimo dando un paso en esa dirección.
Hacia una indignación verdaderamente feminista
Si bien el movimiento 15-M constituye uno de los fenómenos más inesperados y relevantes de los últimos años en el escenario político español, es importante destacar que se ha caracterizado por ser capaz de aglutinar de manera masiva un descontento hasta el momento subterráneo y no tanto por ofrecer alternativas necesariamente coherentes, comprehensivas y transformadoras al sistema social, político y económico actual. El 15-M no es tanto un movimiento compacto con un análisis definido de las desigualdades existentes y con propuestas concretas para su desaparición como un espacio más bien etéreo y sin fronteras establecidas cuya principal función ha sido hasta el momento proporcionar maneras de expresar y compartir un creciente y generalizado malestar social. Ello no quiere decir que en su seno no se hayan dado tensiones, debate e incluso pugnas para concretar y radicalizar sus discursos  y sus prácticas, pero en todo caso el resultado de todo ello depende de un proceso en el que el movimiento todavía se halla inmerso.
Tras las elecciones generales del 20 de noviembre el panorama político no se prevé nada halagüeño y ya estamos viviendo una profundización de los ataques contra los derechos sociales y los derechos de las mujeres. Habrá que ver cómo responde el movimiento pero, sin duda, después del vertiginoso ritmo de movilización de sus primeros meses de vida, tendrá tiempo de sobras para reflexionar sobre sus prioridades, su organización y su dirección. Mientras que en el texto se ha destacado tanto la gran valía, por un lado, como las innegables limitaciones, por el otro, que el análisis y la práctica feminista han tenido en el seno del 15-M hasta el momento, nada nos permite describir categóricamente el rumbo que éstas tomarán a partir de ahora. Esperemos que como mínimo sea hacia adelante.
No resulta tarea fácil, tal y como la resistencia histórica de numerosos movimientos sociales ilustra, visibilizar, cuestionar y transformar las relaciones de género que definen nuestras sociedades en espacios reivindicativos y de denuncia mixtos. A pesar de algunas agradables excepciones como el grupo de Indignados contra el Machismo de Sol, el feminismo y las feministas continúan encontrándose con enormes resistencias en la actualidad. Lejos de desanimarnos, no obstante, la constatación de las dificultades puede servirnos como recordatorio de que cualquier paso, por pequeño que sea, en la eliminación de las desigualdades que sufrimos es un paso bien dado. Nos puede servir también para recordar que si los millares de personas que acudieron a las plazas a mediados de mayo para hacer política por primera vez en sus vidas han sido capaces en tan poco tiempo de vencer sus miedos y apatía para debatir de manera incansable entre multitudes, impedir que decenas de familias perdieran sus casas, desafiar a numerosas instancias políticas, religiosas y judiciales y, entre otros retos, denunciar la violencia policial, un trabajo constante, crítico y pedagógico por parte de los feminismos puede conseguir que la indignación de toda esta nueva generación de políticos y políticas profanas acabe siendo feminista también. Puede conseguir, en definitiva, que, en lugar de conformarse con poner en evidencia los abusos e injusticias provenientes de las esferas de la economía, la política y las instituciones, los hombres y mujeres que salieron, salen y saldrán a las calles y las plazas, se atrevan a enfrentarse a los que reproducen, sufren e invisibilizan ellos y ellas, nosotros y nosotras, también.


[1] Ezquerra, S. “29S: a les dones també ens sobren els motius”. Públic. 16/9/2010, pág. 5; Ezquerra, S. “Crisis e igualdad”. Público, 19/11/2010, pág. 9; Ezquerra, S. “Rostros ocultos de las pensiones”. Público. 7/2/2011, pág. 5; Gálvez, L. & Torres, J. (2010) Desiguales. Hombres y mujeres en la crisis financiera. Barcelona: Icaria; Harcourt, W. (2009) “El impacto de la crisis en las mujeres de Europa Occidental”. http://www.awid.org/eng/About-AWID/AWID-News/Briefs-The-Impact-of-the-crisis-on-Women; Larrañaga, M. (2009) “Mujeres, tiempos, crisis: Combinaciones variadas”. Revista de Economía Crítica, 8; Otxoa, I. (2009) “Anticapitalismo: algunas razones desde el feminismo”. Viento Sur. 104; Pérez Orozco, A. (2009) “Feminismo anticapitalista, esa Escandalosa Cosa y otros palabros”. Artículo del libro Jornadas Feministas: Granada aquí y ahora. Editado por “Coordinadora estatal de organizaciones feministas”, Madrid, 2010; Sales, L. (2009) Informe de Recerca. Dones en crisi. Barcelona: Institut Català de les Dones.
[2] Se pueden encontrar este tipo de afirmaciones, entre numerosas noticias, en los siguientes artículos de prensa: “Medidas especiales para los parados. El Gobierno llevará propuestas nuevas al diálogo social” (Diario Público, 25/10/2008); Hidalgo, S. & Valmorisco, C. “Los mileuristas son ahora los cabezas de familia” (Diario Público, 27/4/2009); Peirón, F. “Los empleos son para las mujeres” (Diario La Vanguardia, 12/9/2009); Escur, N. “¿Sabe la crisis de sexos?” (Diario La Vanguardia, 12/9/2009); Moreno, J. “El paro sube en 98.906 personas en octubre” (Diario  Público, 3/11/2009); Moreno, J. “El paro sube otro escalón: marzo deja 25.988 desempleados más” (Diario Público, 6/4/2010). El Español no ha sido una excepción y durante los últimos años los medios de comunicación de otros países han afirmado que la recesión económica afecta a las mujeres menos que a los hombres en el mercado laboral (Daily Mail, mayo 2009) y han proclamado no sólo la “Muerte del Macho” (Foreign Policy, septiembre 2009) sino también el “Fin de los Hombres” (The Atlantic, Agosto 2010).
[3] Blog de Feministes Indignades. http://feministesindignades.blogspot.com
[4] Blog de Feministes Indignades. http://feministesindignades.blogspot.com
[5] Wiki del Grupo de Trabajo Feminismos Cádiz 15M. http://comisionfeministacadiz15m.wikispaces.com/
[6] Web de FeminismoSol. http://feminismosol.net
[7] Web de FeminismoSol. http://feminismosol.net
[8] Web de FeminismoSol. http://feminismosol.net
[9] Web de FeminismoSol. http://feminismosol.net; Cervantes, Ll. “¿Y las indignadas? (Libertad de palabra, 22/11/2011)
[10] Web de FeminismoSol. http://feminismosol.net
[11] Web de FeminismoSol. http://feminismosol.net
[12] Fanzine “Torres más grandes hemos visto caer”, p. 17 http://es.scribd.com/doc/44147443/torresmasgrandeshemosvistocaer
[13] En su comunicado explicaron que entendían por agresiones “intimidaciones sexuales, tocamientos, miradas, gestos, desautorización y abusos de poder, insultos y agresiones físicas, contactos sexuales -y no sexuales- no consentidos, actitudes paternalistas”. Web de FeminismoSol. http://feminismosol.net
[14] Europa Press, “Los acampados de Sol aclaran que legalmente no hubo agresión sexual” (La Vanguardia, 3/6/2011)
[15] Éste fue uno de los principales argumentos esgrimidos por el movimiento en Barcelona al anunciar su intención de paralizar el debate presupuestario que se iniciaba el 15 de junio en el Parlament.

Feminist practice in the 15-M movement: progress and outstanding issues



Sandra Ezquerra [1] , 12 July 2012
As a protest space created by men and women, 15-M has not developed tools for recognising the patriarchal logic to be found at its heart, and transforming them from a feminist perspective. The result has been to render violence invisible and to silence women’s voices. 
Since May 2011, the 15-M movement has gathered together a huge and varied group of people who, until just a few months previously, had only observed the crisis from a disaffected distance, and engaged them actively in politics. Its real importance today lies in its unexpected creation of a new generation of critical, activist thinkers by way of reflection, debate and - most importantly - action. In dozens of Spanish cities, 15-M has sparked some of the most diverse, festive, leaderless and hopeful demonstrations seen in a long time. It has contributed to the spread of a feeling that, “Yes, we can” and “United we stand”; and has helped to spread irreversibly a mistrust of the heretofore unimpeachable discourse of capitalist inevitability, its neoliberal formulas and its continuous crises.
Rather than its evolution, successes and failures, the following is a reflection on the specific experience of women in the movement, and on how far the movement has been able to incorporate feminist practice and discourse. I will first situate the movement in its socio-historical context and show how that context has been informed by gender. Secondly, I will ask to what extent the 15-M movement has contributed to the evolution of the feminist struggle, in the realm of discourse as well as that of the practices, dynamics and roles established at the heart of the movement from its inception.
This analysis is rooted in the author’s participation in the 15-M movement of Barcelona, but also in conversations with numerous feminist activists from all over the Spanish state, and in the reading of reports and accounts, both individual and collective, of the movement’s progress since 15 May 2011. Just as 15-M is characterised by a great diversity and heterogeneousness, so are the feminisms that have landed up(or been developed) within it. Although the various feminist experiences of 15-M ranged greatly geographically and even temporally, this survey is an attempt to synthesise the most relevant experiences, in the hope of reflecting as much on their positive dimensions as on their less positive ones, and thus contributing to a path of collective learning that will allow us to keep moving towards a genuinely feminist indignation.[1]
The present through a feminist lens: what crisis are we talking about?
The slogan of the protest that met up on Sunday 15 May 2011, “We are not commodities in the hands of politicians and bankers”, had the great advantage of condensing into a single sentence the main triggers of the 15-M movement: on the one hand, a significant decrease in the social and economic rights of large swathes of the population as a result of the crisis; and a growing mistrust of a political class seen as corrupt and incapable of lifting the country out of crisis on the other.
Despite the fact that feminist movements in the Spanish state have done a huge amount of work in recent years to foreground the various ways in which the economic crisis and recent (austerity) reforms have affected women[2], this was not an original element of the denunciations and demands made by the movement. 15-M has by no means been alone in this: since the crisis hit, many movements have tiptoed around the gender implications of the current economic situation. In the face of the dizzying increase in male unemployment rates in the early stages of the crisis, media outlets of different persuasions have all suggested that one of the peculiarities of the crisis is that it promises to end gender inequality in the labour market.[3]

Wikimedia Commons [9]/Emmeline Pankhurst being arrested after protesting near Buckingham Palace
in London on May 22, 1914
However, women today remain in an extremely vulnerable position both in the labour market and outside it. An analysis of the crisis from a gender perspective shows that, if 2008 was the year that saw the burst of the real estate bubble and a crisis in industry - both predominantly male sectors - it was only months later that the contraction in demand for labour also reached the service industry, a sector that is currently 88.5% female in Spain. Today female unemployment is at 24.86% and male unemployment at 24.09%.  If we split the figures according to provenance, we see that native Spanish men present the ‘lowest’ rate of all, with 21,54%, while unemployment among foreign women is at 35.06% and foreign men at 41.72%! Considering that immigrant women are concentrated in the informal economy, it is highly probable that their true unemployment figure is much higher than the official one.
The steep rise in male unemployment has meant that more families depend on the woman’s salary and that many women have been obliged to join the labour market. And so while the proportion of women in paid work in 2007 was 48.94%, this had risen to 52.91% by the end of 2011. That increase has however not been accompanied by a redistribution of care and domestic resonsibilities. All of this, combined with the increased burden of domestic work women have taken on as part of family strategies to reduce costs, has caused an increase in women’s overall workload and a reinforcement of our double-length working day.
Gender inequality also continues to be an undeniable reality in the labour market, as manifested in high rates of temporary work and short working days for women. We are also more highly represented than men in the underground economy: we make up 57.3% of people receiving non-contribution-based benefits, and only 37% of those that receive contibution-based benefits. Our average salary is 22% lower than that of men, while 80% of ‘economically inactive’ people receiving no pension are women.
The absence of a gender perspective on the crisis has also been a constant in the PSOE and PP governments responses to it. Most of the 11 billion euros injected into the system in the first year of the crisis via the famous ‘Plan EEE’ went to the construction sector which, in 2008, employed 16% of men and only 1.9% of women. And the bailout deal contained no requirement for the hiring of women in the resulting contracts. The cuts in public spending brought to the fore by the famous Tijeretazo (“Chop”) of 2010 and constantly updated by the severe austerity policies being instated since then, are having a huge impact on women, as we are concentrated in public sectors like health, education and social services. As a result, it is women who are the main victims of pay cuts and the disappearance of public sector jobs. Our social and economic vulnerability, in turn, makes us feel all the more keenly the reductions in social welfare programmes and, as these disappear, it is women, with our unpaid care work, who make up for the lost public support and services. 
The Labour Reforms imposed by the Troika and implemented by both the PSOE and the PP governments between Summer 2010 and Spring 2012 respectively have reinforced the gender dualities of the paid labour market, and the first Pensions Reform, with its increasing emphasis on the ‘contributive principle’, will have a negative impact on women: given our high representations in the informal economy, short days and low pay, as well as the frequent interruption of our working lives for looking after children and other family members, it will be more difficult for us to reach the required contribution levels to earn a dignified pension by retirement age. The growing austerity stemming from the debt crisis has a particular impact on the welfare state and public services, and allows the state to transfer its obligations of social protection back to families (read: women).           
When feminism gets indignant...
All the aspects I have laid out so far point to the persistence, and even worsening, of the subordination of women in the current climate. That subordination has, however, been silenced in most of the economic accounts of the crisis. The 15-M movement is guilty of this too, and initially its slogans featured no acknowledgement of the gender specificities of the economic situation. In the first weeks that the movement existed, concepts such as “feminism”, “oppression” and “gender inequality” struggled to gain any consensus in many meetings, and met resistance grounded in a lack of knowledge of, and even a certain aversion to, feminist discourse, on the part of hundreds of people who associated it with unreasonable, excessively radical or divisive ideas.          
In this context, faced with what they perceived as a silencing of women’s voices and despite some accusations of separatism, many of the feminist activists meeting at the Plaça Catalunya in Barcelona sought each other out to create a space for discussion, debate and action among women, lesbians and transsexuals: an assembly of Feministes Indignades. That group, far from getting bogged down in the noisy arguments that characterised other committees, allowed its members to advance their work and their discourse, making both accessible for the rest of the movement. In the first few days of the movement occupation of the squares, Feministes Indignades wrote a manifesto of demands that was approved unanimously in one of the largest general assemblies that the Barcelona movement has seen. The manifesto contained feminist demands for a radical transformation of society and established responses to the crisis from an inclusive point of view that took account of the specific condition of women in the social and economic order:           
“We are oppressed by a capitalist, patriarchal society. […] We want a society with people at its centre, not markets. We want a transformation of the current (capitalist) model of economic and social development towards one that works in the service of people and the planet. It is essential to incorporate a feminist focus into this transformation in order to properly confront the various crises we face — crises of the environment, of food, of energy, of the economy, of society and of care work — and to invest in sustainable social processes for a new model of the city and land management. […] We demand the redistribution of jobs and wealth. To work less so that all of us can work. Dignified professional and labour conditions. Equal redistribution of paid and unpaid work, equal remuneration and recognition of work between men and women. And wealth in the hands of the people. […] We demand the recognition of the tasks of caring for people and homes, and its total socialisation.[4]
The analysis and proposals were designed not just with reference to the crisis but also called for the participation of women, lesbians, transsexuals and transgenders in the search for a participatory and truly democratic system:
“The current democratic system is patriarchal, and does not represent us. We want to organise society along horizontal lines of decision-making and political action.[5]
The establishment of Feministes Indignades as a cohesive, autonomous space, with a universally recognized legitimacy in dealing with general assemblies, helped to promote and make visible the gender perspective in the discourses and mobilisations of the 15-M movement in Catalonia, and to demand a central role for women in debates and actions. And while they have advanced their own agenda with specifically feminist workshops, debates and actions, they have also been present in the numerous spaces that the movement has coordinated, making their voices heard and contributing with their experience to more united decisions and mobilisations. At all these events, the mark of feminism has been clearly visible in the form of blocs with their own placards, symbolic actions against heteropatriarchal oppression, or interventions denouncing the perverse effects that the economic and political crises of austerity are having on women. 
… is indignation feminised? 
The consolidation of a feminist space, and the task of making its work visible, nevertheless, has not been possible in all of the towns and cities where 15-M has risen up. In places like Bilbao, Elche or Burgos, there has been a certain amount of activity, such as rising awareness of the need for a non-sexist language or the organisation of specifically feminist actions, but there has not been a critical mass of women ready (or able) to export the feminist perspective to the overall group in any systematic way, or to create spaces for feminist action and discussion. An important factor in this lack of progress, in cities like Vigo or Palma de Mallorca, has been the view of feminism in certain sectors as a question of low priority, even as irrelevant. In Cádiz, meanwhile, when the feminism work group went to the general assembly with a feminist manifesto inspired in Madrid and Barcelona as a result of a rich and interesting debate at the heart of the movement[6], the group had to watch as their manifesto was rejected for a “lack of consensus” because of its supposedly exclusive and divisive nature. Elsewhere the confusion between consensus and unanimity, from which the movement still suffers, has meant that at meetings of 300 or 400 people, a single man can block feminist proposals.[7]
Even in places like Barcelona, Madrid or Santiago, where feminist committees and working groups have had important influence and presence, it cannot quite be claimed that those groups have successfully driven the cross-fertilisation of a feminist perspective across the movement. That transfer, had it been achieved, would have meant the comprehensive and systematic incorporation of the feminist agenda in the discursive and practical spheres of 15-M
Feminist discourse 
As feminist campaigners in Madrid explain in one dossier[8], some of the obstacles placed on the circulation of feminist ideas in the Puerta del Sol manifested themselves from many protesters in machismo- and homophobia-charged insults, and even in the total refusal to admit any feminist question or proposal in the first general assemblies. For many of the movement’s participants, feminism would continue to be an equivalent of machismo, only in reverse. In other cases, such as in Santiago de Compostela, when the feminist group raised in the general assemblies debates on the gendered effects of European neoliberal policies, they had to hear from fellow campaigners that “we can´t debate these really minor issues” [9]
The (unequal) presence of a gender discourse in 15-M has not so much been the fruit of a significant increase in awareness at the heart of the movement as of the constant presence of activists raising the flag of feminism, something that has resulted in an unsustainable work rhythm and a redoubled militancy on the part of many women. When they have introduced these ideas it often seems that they have been accepted, but if they didn’t do this, hardly anyone else will take the initiative, since, as the Feminist Grup in Sevilla, Las Setas Feministas, argued, “our fellow-revolutionists only saw half of the injustices: those which affect them directly” [10] In a sense, the presence of a feminist discourse in 15-M continues to depend on the physical “omnipresence” of feminist militants to give the discourse its voice, through criticism, actions, documents, workshops, interventions and by following up on specific developments. However, as the campaigners of Sol put it, “we want to be understood, we want to be infectious”.[11] A sustained, lasting incorporation of feminism that can provoke a generalisation of gender-consciousness, or the transformation of the collective framework of a movement, needs to come from a sustainable and extensive intervention. And in the 15-M movement, up to now, this has not taken place. 
Feminist practice
If the movement still has some way to go in the area of discourse, the practical sphere has also been the site of numerous difficulties. We only need to recall the jeers of “Out, out!” or “The revolution belongs to all of us!” shouted at feminists when, during the first few days of the occupation in Madrid, they hung up a banner that read, “This revolution will either be feminist, or no revolution at all”.[12] A “macho-man”, as they dubbed him, showed his contempt for the message by tearing it down in front of thousands of people. A similar event took place in Acampada Obradoiro, in Santiago de Compostela, when a banner claiming “The Revolution will either be feminist or will not be” was provocatively torn down. [13] Such episodes made it abundantly clear that there was no consensus around 15-M being a meeting point of all struggles, including the feminist one.
During the first few months of protests, important advances were made in the practical sphere, such as a growing awareness of the inherent androcentric slant of our language. While many groups introduced non-verbal communication to denounce the use of certain aspects of vocabulary and heterosexist or discriminatory terms, there were also increased efforts to avoid the recurrent use of the masculine linguistic forms. Independently of the words used, however, while the motivation of the general assemblies was mostly driven by women, who worked on the collective methods, logistics and dynamics of the debate, it was men who continued to make most of the interventions and political proposals. Those men also took the floor and dominated the platform of speech, automatically being accorded the moral or intellectual authority, or the authority of experience, and showing little respect for, among other things, the right to that same platform of speech for women or non-alpha-males [14]. In clear contrast, women, particularly young women, often had a hard time talking in front of massive audiences about issues that “they knew were usually not warmly welcomed or where they were expecting to be discounted merely because they are women” [15]
And so while there may have been positive steps taken with regard to some of the forms in which sexism manifests itself, the background to that sexism was hardly tackled. The absence, for example, of a comprehensive debate around the gender dimensions of language was part of a greater absence in the internal dynamics of the movement: gender was not a central category of analysis at the point of distributing tasks, managing relations or defining spaces. To put it another way, despite gender being the basic organising principle of human societies, as well as of roles, relations and inequalities within them, and despite the fact that the day-to-day reality of sexist episodes and aggression demands a strategy for confronting this [16], the 15-M movement at large has not politically problematised gender as an axis of division and oppression at its heart. This resulted in the lack of proper protocol for incidents of sexist aggression in whatever form, or for the abuse of power by men. As women in Obradoiro put it, “the presence of invisible behaviors and attitudes of sexist violence and domination has been a constant reality in various realms of everyday life in #AcampadaObradoiro” [17]. One symptomatic episode of this among many, arose when a (male) mediator in a committee in Barcelona heard a complaint from a woman about being the victim of physical aggression by a man. Faced with the awkwardness of the situation as he no doubt experienced it, the mediator took refuge in the false equanimity that claims to give equal voice to the aggressor and the victim and, arguing that he couldn’t be sure who was telling the truth and who was lying, washed his hands of the matter and remained silent. By doing this he denied her, and other women, the power of definition that states unequivocally, and with no relativism at all, that an incident of aggression exists from the moment a person feels threatened.
Another episode revealing the gender dynamics of the movement took place at the beginning of June when the Madrid committee for feminisms announced that its members were going to stop spending the night in the Puerta del Sol because of the sexual, sexist and homophobic aggression that they were experiencing or that they had witnessed, as well as the silencing of these incidents and the absence of a collective will to address them[18]. While many media outlets used the declaration to discredit 15-M at a moment when the occupations were going through a moment of delicate redefinition, the efforts of the legal committee and other voices in the movement to deny the existence of the incidents in legal terms, and thus to minimise the dimensions of the problem, showed once again the great political challenges that face the movement in knowing how to approach the existence of aggressive dynamics and abuses of power by some men[19] A problematisation of gender in this context would have shown that the important question is not whether the incidents were legally punishable or not, but rather that there were women campers who attested to not feeling safe in a supposedly emancipatory space like the Puerta del Sol. The absence of a political approach to the situation also meant that instead of developing collective responses to the existence of sexist aggression, many women had to opt for individual solutions. And so in practice, instead of throwing out or rejecting the aggression or the aggressors of the camp (when they were members of the camp), the victims were theoretically or even practically excluded. Curiously, while the movement has never hesitated to state that “what is legal is not necessarily right”[20] (as its numerous actions of civil disobedience demonstrate), in the present case, the notion of gender justice was subordinated to a discourse of legality and the conservation of the public image of the movement.
15-M has not developed tools for recognising the patriarchal logic to be found at its heart, reflecting on its effects and overhauling them from a feminist perspective. The result has been to render violence invisible and to silence women’s voices. In both cases an opportunity has been missed for collective learning, damage limitation, reparation and ensuring that these situations are not repeated in the future. Political correctness and denial have been accompanied by an understandable but unjustifiable concern that the publicising of these incidents could stigmatise and weaken the movement. As a protest space created by men and women, 15-M has repeated the mistake of its predecessors in fearing that feminism would divide the movement by denouncing its internal contradictions, instead of hoping to be strengthened by approaching and resolving these issues. 
Towards a truly feminist indignation
While 15-M represents one of the most unexpected and significant phenomena in the Spanish political arena in recent decades, we must bear in mind that it was characterised by its consolidation of discontent on a huge scale rather than by proposals for coherent, comprehensive and transformative alternatives to the incumbent social, political and economic systems. 15-M is not a compact movement with a defined analysis of existing inequalities and with concrete proposals for their resolution so much as an ethereal space without established borders, whose main function up to now has been to provide ways to express and share a generalised and growing social unease. This does not mean that there have not been tensions, debates and even fights at the movement’s heart to try and concretise and radicalise its discourses and practices, but the result of all this depends on a process which is still under way in the movement.
Attacks on social rights and women’s rights have grown exponentially since the birth of the movement and, particularly, since the electoral victory of right wing Partido Popular in Novembre 2011. After the dizzying speed of mobilisation in the first months of the movement, the movement has had time to reflect on its priorities, its organisation and its direction.  While this text has underscored the great value of feminist analysis and practice for the 15-M movement, on the one hand, and its undeniable limitations on the other, it is impossible to say categorically what steps will be taken from here. We can only hope that they will be positive ones.
The course of many social movements throughout history shows that it is no easy task to prioritise, question and transform the gender relations that define our societies in mixed-gender spaces of protest and dissent. Despite some welcomed exceptions, like the group ‘Indignados Against Puerta-del-Sol Machismo’ (Indignados Contra el Machismo de Sol), feminism and feminists continue to meet great resistance in the present climate. Rather than become despondent, though, we can use the expression of these difficulties as a reminder that any step we take towards eliminating the inequalities we suffer, however small, is a positive step.
If the thousands of people who turned out in our city squares in May last year to engage in politics for the first time in their lives have so quickly conquered their fears and apathy in order to take part in mass debates; to stop dozens of families losing their homes; express skepticism about numerous political, religious and judicial decisions; and, among other challenges, to denounce police violence, this might also remind us that the tireless, critical and pedagogical work of feminist groups can ensure that the indignation of the whole of this new, politicised, irreverent generation turns out to be a feminist indignation too. 
Ultimately, it can mean that instead of being content to just point out the injustices and abuses coming out of the economy, the world of politics and institutions, the men and women who have gone, who go and who will continue to go out into the streets and squares will also dare to confront these abuses and injustices that they, we, all reproduce, suffer and help to render invisible.
This article was translated into English by Ollie Brock. 
References
1 The first original Spanish version of this article was published on-line by Fundacion Betiko here [10]
2. Ezquerra, S. “29S: a les dones també ens sobren els motius”. Públic. 16/9/2010, p. 5; Ezquerra, S. “Crisis e igualdad”. Público, 19/11/2010, p. 9; Ezquerra, S. “Rostros ocultos de las pensiones”. Público. 7/2/2011, p. 5; Gálvez, L. & Torres, J. (2010) Desiguales. Hombres y mujeres en la crisis financiera. Barcelona: Icaria; Harcourt, W. (2009) “El impacto de la crisis en las mujeres de Europa Occidental [11]”. Larrañaga, M. (2009) “Mujeres, tiempos, crisis: Combinaciones variadas”. Revista de Economía Crítica, 8; Otxoa, I. (2009) “Anticapitalismo: algunas razones desde el feminismo”. Viento Sur. 104; Pérez Orozco, A. (2009) “Feminismo anticapitalista, esa Escandalosa Cosa y otros palabros”. Article taken from the book Jornadas Feministas: Granada aquí y ahora. Ed. “Coordinadora estatal de organizaciones feministas”, Madrid, 2010; Sales, L. (2009) Informe de Recerca. Dones en crisi. Barcelona: Institut Català de les Dones.
3.  This sort of claim can be found, among other news, in the following press articles: “Medidas especiales para los parados. El Gobierno llevará propuestas nuevas al diálogo social” (Diario Público, 25/10/2008); Hidalgo, S. & Valmorisco, C. “Los mileuristas son ahora los cabezas de familia” (Diario Público, 27/4/2009); Peirón, F. “Los empleos son para las mujeres” (Diario La Vanguardia, 12/9/2009); Escur, N. “Sabe la crisis de sexos?” (Diario La Vanguardia, 12/9/2009); Moreno, J. “El paro sube en 98.906 personas en octubre” (Diario  Público, 3/11/2009); Moreno, J. “El paro sube otro escalón: marzo deja 25.988 desempleados más” (DiarioPúblico, 6/4/2010). Spain has not escaped this phenomenon, and media in other countries have also asserted that the econmoic recession affects women less than men in the labour market (see Daily Mail, May 2009) as well as “The Death of Macho” (Foreign Policy, September 2009) and “The End of Men” (The Atlantic, Agosto 2010).
5. Feministes Indignades blog.
8. FeminismoSol website.
9. VVAA (2012) R-Evolucionando. Feminismos en el 15-M. Barcelona: Icaria, p.53
10. VVAA (2012) R-Evolucionando. Feminismos en el 15-M. Barcelona: Icaria, p.27
20. FeminismoSol website; Cervantes, Ll. “Y las indignadas? (Libertad de palabra, 22/11/2011)
13. VVAA (2012) R-Evolucionando. Feminismos en el 15-M. Barcelona: Icaria, p.51
<14. FeminismoSol website.
15. R-Evolucionando. Feminismos en el 15-M. Barcelona: Icaria, p.53
16. Fanzine “Torres más grandes hemos visto caer [16]”, p. 17
17. R-Evolucionando. Feminismos en el 15-M. Barcelona: Icaria, 49
18. They explained in their communiqué that they understood this aggression as “sexual intimidation, touching, looks, gestures; denial and abuse of power; physical insults and aggression; non-consensual sexual or non-sexual contact; paternalistic attitudes.” FeminismoSol website [15].
19. Europa Press, “Los acampados de Sol aclaran que legalmente no hubo agresión sexual” (La Vanguardia, 3/6/2011)
20. This was one of the principal arguments put forward by the movement in Barcelona as they announced their intention to block the debate scheduled for 15 June 2011 in the Parliament.
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Links:
[1] http://www.opendemocracy.net/author/sandra-ezquerra
[2] http://www.opendemocracy.net/freeform-tags/reinventing-democracy-in-europe
[3] http://www.opendemocracy.net/freeform-tags/can-europe-make-it
[4] http://www.opendemocracy.net/5050/pathways-of-womens-empowerment
[5] http://www.opendemocracy.net/5050/religion-gender-politics
[6] http://www.opendemocracy.net/subterranean-europe/occupy-europe
[7] http://www.facebook.com/sharer.php
[8] http://twitter.com/share?text=Feminist practice in the 15-M movement: progress and outstanding issues
[9] http://commons.wikimedia.org/wiki/File:Emmeline_Pankhurst_Arrested_1907-1914.jpg
[10] http://fundacionbetiko.org/index.php/es/anos/2011/448-discursos-y-praciticas-feministas-en-el-15m
[11] http://www.awid.org/eng/About-AWID/AWID-News/Briefs-The-Impact-of-the-crisis-on-Women
[12] http://feministesindignades.blogspot.com
[13] http://comisionfeministacadiz15m.wikispaces.com/
[14] file://localhost/.%20http/::feminismosol.net
[15] http://feminismosol.net
[16] http://es.scribd.com/doc/44147443/torresmasgrandeshemosvistocaer
[17] http://opendemocracy.disqus.com/?url=http%3A%2F%2Fwww.opendemocracy.net%2Fsandra-ezquerra%2Ffeminist-practice-in-15-m
[18] http://creativecommons.org/licenses/by-nc/3.0/
[19] http://www.opendemocracy.net/contact