viernes, 5 de junio de 2009

Oaxaca: Paros magisteriales abonan a la pobreza


por Soledad Jarquin Edgar

Esta semana suman 29 las mujeres asesinadas, pero el procurador general de Justicia de Oaxaca, sigue diciendo que aquí no hay feminicidio

Oaxaca tierra de nadie, los integrantes del magisterio han pasado por encima de todo con la complacencia de las autoridades. Por un lado hay una total cerrazón y por la otra falta de oficio político. El resultado una sociedad oaxaqueña lesionada en sus más elementales derechos con una nueva acción que abona el daño severo que sufre la educación.
Quienes dirigen la Sección 22 - el profesorado mejor pagado que los maestros del D.F., pero con resultados inferiores a los que dan en todo el país- no lastiman al gobierno con sus actos, lo que hacen es herir a la población, la hunden en lo que ellos tanto reclaman y reprochan: la pobreza.
Al incumplir con su trabajo, los maestros no sólo clavan a la infancia en la pobreza, también la condenan a un futuro incierto, en un mundo en crisis. Y por ese sólo hecho deja de ser válido cualquier motivo sobre la llamada “lucha magisterial”. ¿A qué intereses responden los líderes magisteriales cuando cierran los centros comerciales, pero omiten hacer lo mismo con una cadena de tiendas, cuya propiedad se atribuye al ex gobernador de Oaxaca? ¿Por qué cierran los bancos, entre ellos el único banco mexicano?
Hasta cuándo la “base” de la Sección 22 seguirá aguantando este tipo de decisiones de sus líderes sindicales, cuando hay el sentir de cansancio de un importante número de trabajadores a no permitir más este tipo de acciones. Pero no pueden hacer nada, porque si se niegan a participar en las marchas, plantones y los actos arbitrarios que realizan difícilmente pueden tener acceso a los beneficios y prestaciones como a vivienda y préstamos. Sin duda, los dirigentes del magisterio oaxaqueño desprestigian al sindicalismo mexicano, pues mientras actúan como caciques de principios del siglo XX, hundiendo en la pobreza a la mayoría, ellos se enriquecen, son parte de la corrupción, que dicen aborrecer.
La ciudadanía también se cansa. Ya una vez el magisterio recibió el respaldo de la población tras el desalojo que los policías realizaron con lujo de violencia en 2006. Sin embargo, hoy las circunstancias son distintas. También la sociedad está cansada.
Este tipo de actos no deja ver la realidad de la educación, donde el profesorado tiene una enorme responsabilidad, aunque no es el único. Pero resultados como el hecho de que el 60 por ciento del alumnado que concluye secundaria no saben leer ni escribir, eso sí, 96 por ciento de los recursos para educación en el país, más de 560 mil millones de pesos, se destinan al pago de salarios de los maestros.
La realidad en la educación –la reitero- es cruel y las cifras no mienten: 45 por ciento de los adolescentes entre 16 y 18 años que deberían cursar el bachillerato no asiste a la escuela; 61% de los que si van concluyen y sólo 22 por ciento ingresa a la universidad, la mitad se sale durante el primer año de estudios.
De la población total mexicana, 103 millones, 35 millones no tienen educación básica concluida y 8 millones no saben leer ni escribir, 70 por ciento de los analfabetas son mujeres.
Una población sin educación es una población condenada la pobreza, sin habilidades técnicas o profesionales, habrá cada vez menos posibilidad de obtener un buen ingreso. La misma Secretaría de Educación Pública reconoce que la diferencia de sueldo entre una persona con educación primaria y una con educación superior, es de 101 por ciento.
Por eso, al dejar de impartir clases, los maestros condenan a la infancia de hoy a vivir en la pobreza eterna. La inconsistencia en la impartición de clases provoca una mayor reprobación y deserción escolar. Y lo más grave es que le hacen el caldo gordo a los más negros intereses de “otros poderes”, los poderes ocultos que operan en este país.

Van 29
Esta semana suman 29 las mujeres asesinadas, pero el procurador general de Justicia de Oaxaca, sigue diciendo que aquí no hay feminicidio, su declaración dicho –incluso- dentro de algunos círculos al interior del gobierno estatal, resulta irresponsable e imprudente. Lo peor que pasa es que las funcionarias que han dicho esto se niegan a hacer pública su declaración para no contradecir al “buen amigo”.
Por otro lado, preocupa que volvieron a surgir pequeños grupos de jóvenes que por la noche salen a cometer actos de vandalismo, en carros de lujo y, peor aún, acompañados de una patrulla de la policía municipal ¿sabrá de esto el presidente José Antonio Hernández Fraguas? Hay testigos de estos hechos.

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