Por Alberto Híjar.
El que sean mujeres las cabezas decididas ha dejado de ser un obstáculo, aunque los delincuentes no dejan de insultarlas y amenazarlas cuando los enfrentan.
La vida del pacífico pueblo de Zacacuautla ha sido violentada desde que hace menos de tres años un talamontes arrasó con no menos de veinte añosos árboles y mantiene la amenaza de continuar la criminal devastación. Todas y todos conocen al culpable, Pedro Canales, por ser uno de los ricos capaces de comprar voluntades con regalos, compadrazgos y sobornos. El pueblo ha desarrollado desde entonces una asombrosa capacidad de movilización que ha ido venciendo la fatalidad ancestral de que así tienen que ser las cosas. En diciembre de 2007 esto concretó una asamblea donde por vez primera una mujer fue electa delegada ante la estupefacción del cacique y sus sicarios que forzaron la repetición de la votación hasta conseguir el triunfo con tres votos. La ganadora denegada probó entonces la fuerza ganada a base de ir y venir al Municipio de Acaxochitlán, Hidalgo, a las oficinas de Gobernación y SEMARNAT de Tulancingo y hasta a las del gobierno estatal de Pachuca. La cooperativa El Ocotenco en defensa del bosque ha caminado a la par de una cooperativa de ropa, bolsas y zapatos llamada Bordando entre nubes porque la neblina suele todavía, a pesar de la tala, bajar de la sierra al pueblo a temprana hora de la tarde. El que sean mujeres las cabezas decididas ha dejado de ser un obstáculo aunque los delincuentes no dejan de insultarlas y amenazarlas cuando los enfrentan. Los funcionarios dudan en seguir sirviendo a los Canales y a otras bandas cómplices como la de los Negros hasta poner en crisis, gracias a las mujeres ahora acompañadas por hombres, los usos y costumbres de darles protección a los machos para quienes no hay más ley que la de la máxima ganancia personal.
A raíz del nombramiento como delegada en febrero de 2009, cargo sin sueldo en el poder municipal, Filiberta Nevado no para. Sábados, domingos, días y noches recibe quejosos en su casa, abre la oficina, rinde cuentas de obras como el segundo piso donde será instalado un centro de cómputo o la organización de las fiestas con inmejorables resultados pese a la resistencia del cura amigo de los Canales. Hace unos meses y con un sistema de alerta tradicional que toca la campana de acuerdo con el sacristán, lograron sorprender a los talamontes con un gran árbol derribado y cortado a punto de ser subido a los camiones. Lo impidieron no sin enfrentar guardias armados y decomisaron los troncos aunque no pudieron acompañar a los talamontes con la policía que los soltó al fin. Es que los delincuentes cuentan con transportes, hombres armados, abogados tramposos, funcionarios complacientes y hasta curas que los bendicen para que los sumisos y los cobardes volteen la cara para otro lado. El cacicazgo en pleno conspira contra la defensa del patrimonio de la comunidad que es de la humanidad, insisten las compañeras y compañeros, como lo proclaman las cuartetas escritas por una respetada compañera maestra de la versificación popular.
La lucha legal ha sido efectiva porque se ha acompañado de movilizaciones y reportajes denunciantes. Nunca se había visto en Pachuca que una comunidad encabezada por su delegada instalara un plantón o que ésta llegara acompañada por una comisión a negociar en oficinas de Tulancingo y Acaxochitlán.
La velada vigilante de la primera semana de junio en medio del frío intenso del bosque, no es la primera que se organiza. Un mes antes habían sorprendido a un joven de Los Negros preparando el terreno para la tala y lo habían encarcelado para recibir toda clase de presiones y amenazas hasta que lo entregaron a la policía municipal que lo soltó. La venganza llegó como asalto a la humilde casa del comandante de la policía de la delegación comunitaria a quien robaron sus más caras pertenencias: un televisor y una motosierra. Las amenazas empezaban a hacerse efectivas y ahora concretaron el derribo de ocho árboles cerca del manantial en un terreno en disputa legal. Los defensores del bosque lograron otra vez impedir que sacaran la madera en medio de violentas amenazas y frente a la protección de la policía municipal a los delincuentes. Entonces atravesaron una patrulla en la carretera a Honey para llamar la atención y exigir la presencia del presidente municipal mientras el Secretario de Gobernación de Hidalgo declaraba que todo es un pleito entre particulares por lo que se lava las manos como Pilatos pese a que el artículo 65 inciso 2 de la Ley de Desarrollo Forestal suspende el aprovechamiento cuando hay un juicio de por medio, que en este caso está en la etapa de pruebas. Las violentas amenazas de Los Negros armados hasta los dientes no cuentan para las autoridades en el tiempo de elecciones y ante el posible escándalo necesario. Lo cierto es el derribo de ocho árboles añosos y la marca de 2 hectáreas del predio Las Delicias propiedad en realidad, de las hermanas Luz Estela y María Guadalupe Gómez García. Unos maestros universitarios y periodistas de Pachuca grabaron la reunión del lunes 8 de junio entre autoridades y 250 zacacuautleños, estos ostentan los derechos que han defendido intensamente en los años recientes y presentan documentos que les dan la razón, pero saben que en situaciones semejantes los defensores de los bosques y las aguas han terminado muertos o en la cárcel. Además del amparo, la comunidad de unos 5 mil habitantes está en alerta con la resistencia minoritaria del barrio Tecorral donde viven los talamontes. Ahora ya no es un pequeño grupo de mujeres desvalidas las que gestionan y discuten sino que las apoya el pueblo y quienes seguimos la lucha para impedir que la banda de Los Negros o cualquier otra haga de las suyas al servicio de Pedro Canales quien acusa a Fili de allanamiento. El México bronco con sus usos y costumbres de explotación al fin entra en crisis en Zacacuautla a dos horas de la capital en la frontera entre las sierras de Hidalgo y Puebla donde todavía pueden gozarse bosques y manantiales que son de todos.
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