Buenos Aires, diciembre (SEMlac) - Mirar todo lo que se hizo y mirar todo lo que queda por realizar, fue la reflexión de todas las personalidades que protagonizaron la apertura del la celebración de los 30 años de la CEDAW en América Latina y el Caribe, que se realizò en la Ciudad de Buenos Aires-
La actividad se realizó en el emblemático Palacio San Martín y contó con la presencia de las miembras y ex miembras del Comité. Lo importante: es que no sólo estaban las expertas y expertos invitados, sino también un nutrido puñado de mujeres el movimiento feminista argentino que desde diferentes ONGs y desde el Concejo Consultivo de la Sociedad Civil, hicieron posible la aprobación en Argentina del Protocolo Facultativo de CEDAW en 2006
Las palabras iniciales estuvieron a cargo de Magdalena Faillace, Representante Especial para temas de mujer en el ámbito internacional de la Cancillería Argentina que remarcó la importancia de estos 30 años de la Convención y recalcó que se trata de una herramienta importante para el diseño de las políticas de estado.
Aunque luego reflexionó que “las mujeres necesitamos que se nos reconozcan como diferentes”, ya que con ese reconocimiento, “serà la única forma “de obtener la verdadera igualdad”
Posteriormente el Ministro de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto de la Jorge Enrique Taiana se refirió que a pesar de todos los esfuerzos y progresos que han surgido luego de la aprobación de la Cedaw, “la tarea está muy lejos de ser cumplida, respecto la igualdad ente los géneros.
Es que “las mujeres -expresó el Canciller- siguen en estado de subordinación, lo que es más visible en los sectores populares, y esa subordinación también es palpable “ en la discriminación salarial y en el ejercicio de la violencia”,.
Por eso , “los treinta años no debe pensarse en todo lo que se ha avanzado, sino que se debe reconocer todo lo que debe recorrer para conseguir un sociedad libre. Y una sociedad libre, debe tener mujeres libres”, concluyó Taiana.
En tanto que Gladys Acosta Vargas, jefa de UNIFEM para América Latina y el Caribe se refirió a la importancia de la CEDAW como instrumento que garantiza la igualdad entre hombres y mujeres.
Pero manifestó que esa igualdad debe cristalizase en hechos. Porque la “igualdad es un concepto real y concreto, es un derecho. Y las mujeres del mundo no pueden esperar más”
“Ese derecho (a la igualdad) es una deuda pendiente, que ya no tiene moratoria”, concluyó Gladys Acosta Vargas”
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