Por Ángela Castellanos Aranguren
Bogotá, noviembre (Especial de SEMlac*).- El asesinato de mujeres por el hecho de ser mujeres, conocido como feminicidio, está en ascenso en México, Guatemala, El Salvador y República Dominicana, según revelaron representantes de estas naciones en el Encuentro Internacional de Mujeres Latinoamericanas y del Caribe sobre el Feminicidio, realizado en esta ciudad los días 23 y 24 de noviembre.
El evento fue convocado por el Servicio Internacional Cristiano de Solidaridad con los Pueblos de América Latina, Óscar Arnulfo Romero (SICSAL), y contó con la participación de delegadas de 12 países de esta red ecuménica, pertenecientes a las iglesias menonita, luterana, anglicana, presbiteriana, bautista, evangélica libre, católica y de la Hermandad de Cristo.
En México, además de los asesinatos de Ciudad Juárez, que dieron a conocer la práctica del feminicidio sistemático a nivel internacional, se registra un incremento de estas muertes en el centro de este país.
"La muerte de mujeres por razón de género es una práctica del sistema de dominio, recordemos que estamos de vuelta a un Estado totalitario en México que se traduce en eso: mucha violencia hacia los sectores vulnerables de la sociedad", afirmó a SEMlac Mariana Gómez, católica mexicana y participante de SICSAL.
"Las conquistas de las mujeres, como la interrupción voluntaria del embarazo en Ciudad de México y su participación en espacios públicos, producen una reacción muy conservadora", agregó.
Gómez comentó también que las mujeres de Ciudad Juárez sostienen una hipótesis sobre las causas del feminicidio allí, según la cual se trataría de un rito de iniciación de las redes del narcotráfico: para ser aceptado dentro de un cártel se debe asesinar a una mujer.
"El cuerpo de las mujeres es un territorio que hay que conquistar, que hay que presentarlo como un trofeo de caza", explicó a SEMlac la también católica mexicana Mari Carmen Montes.
"Ciudad Juárez es un lugar donde se cruzan muchos poderes, entonces en esa lucha de poderes, el símbolo que representa el control de la sociedad es el cuerpo de la mujer", puntualizó Gómez.
Las instancias internacionales de protección de los derechos humanos han promulgado 73 recomendaciones, pero los feminicidios continúan y la justicia no llega. "Es tal el nivel de impunidad que tienen los asesinatos de Ciudad Juárez que, como lo dice la investigadora Rita Laura Segato, es un crimen de segundo Estado, pues hay un alto nivel de colusión entre las mafias y el Estado", acotó Gómez.
Según Montes y Gómez, los medios de comunicación han bajado "un telón como si ya se hubiera solucionado", mientras que el gobierno no quiere que se hable más del feminicidio "pues desprestigia al país".
Igual en otros países -La situación tampoco mejora en Guatemala. Según Mónica Leonardo, de la Fundación Myrna Mack, el 98 por ciento de los asesinatos de mujeres en ese país están en la impunidad y los índices de su ocurrencia van en ascenso. El año pasado Guatemala terminó con 689 de estos crímenes.
Para conocer a fondo la situación de los procesos penales por muerte violenta de mujeres, dicha fundación realizó el estudio "Impunidad, estigma y género", el cual concluyó que hay un tratamiento deficiente de dichos procesos, en cuanto a la investigación criminal, al debate y la sentencia, que impide que se haga justicia.
"Estamos divulgándolo y vamos a hacer capacitación a fin de que los operadores de justicia trabajen en esas deficiencias y las puedan solventar", comentó Leonardo a SEMlac.
De acuerdo con la activista, "no hay mecanismos de respuesta para la conflictividad en el país y eso se traduce en el ascenso de la violencia".
Entre tanto, en El Salvador la situación también se está agravando. Según María Elena Sanabria, delegada de SICSAL, la muerte de mujeres por motivo de género se está incrementando, y en lo que va de año se han reportado 413 feminicidios.
En este país centroamericano se está impulsando una ley contra las violencias de género, así como la ratificación del protocolo facultativo de la Convención para la Eliminación de todas las formas de Discriminación contra las Mujeres.
La tendencia al aumento de feminicidios también se verifica en República Dominicana. De acuerdo con informes de SICSAL, en el año 2000 se reportaron 96 asesinatos y en el 2006 ascendieron a 182.
El Colombia, si bien no se han podido cuantificar estas muertes, una revisión de la prensa evidencia el aumento de asesinatos de colombianas a manos de sus exparejas y, en más de una ocasión, precedidos del secuestro de ésta como mecanismo para forzar que le concedan la custodia de un menor.
Este es el caso de Johana Esperanza, de 21 años y madre de una niña y un niño. Después de ser víctima de violencia por parte de su esposo, en varias ocasiones, , ella se separó legalmente y luego este la estranguló en 2007 delante del pequeño.
"Una se siente muy desolada. Yo estoy a cargo de mis nietos, pero nadie puede reemplazar a su mamá", afirmó Deisi Janeth Beltrán, madre de la joven asesinada, quien encontró ayuda legal en la Casa de Igualdad de Oportunidades de Bogotá para que el crimen de su hija no quede en la impunidad.
Pese a que el homicida aceptó el delito, el juzgado resolvió acusarlo como homicidio simple en lugar de homicidio agravado, lo cual representa una rebaja de 20 años de cárcel. La abogada de Deisi Janeth Beltrán pidió nulidad y en la actualidad el proceso está pendiente de juicio.
La apuesta de la letrada de la víctima es probar que la mujer fue asesinada por razón de género, circunstancia que agrava la pena, según la reciente ley de violencias contra la mujer, aprobada en 2008. Mientras que el argumento del defensor del homicida es que la joven divorciada mantenía un romance con otro hombre.
Sin embargo, como dijo a SEMlac Elizabeth Castillo, autora del libro Mujeres que mueren por Violencia Intrafamiliar en Colombia, "las normas solas no bastan si tenemos un operador de justicia que sigue viendo que hubo algo que justifica el asesinato de una mujer".
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