por Amy Goodman
Puerto Príncipe, Haití. Tè tremblé significa terremoto en creole, la lengua criolla de Haití. La traducción literal es: La tierra tembló. Tras el terremoto de enormes dimensiones que devastó Haití, el hedor a muerte está en todos lados. En el Hospital General, los cuerpos apilados cerca de la morgue forman una montaña de más de un metro de altura. En el hogar comunitario llamado Mateo 25, los médicos colocaron un mantel de plástico sobre una mesa de cocina para realizar una amputación con la ayuda de linternas para cabeza. El haitiano herido, un veinteañero, se podría considerar afortunado: se encontraba entre la minoría de heridos que lograron recibir atención médica. Y, a diferencia de muchas amputaciones realizadas en otras partes de Haití, los médicos que llegaron el lunes estaban utilizando la anestesia que habían traído consigo.
Mientras se estaba llevando a cabo esta terrible amputación, llegó un envío inesperado de ayuda alimentaria. El Hogar Mateo 25 generalmente alberga a 35 huéspedes. Ahora más de mil personas se encuentran allí, acampando en la cancha de fútbol contigua. La prensa ha difundido muchas noticias sobre la preocupación de posibles disturbios y la violencia que podría provocar la distribución de la ayuda. Fuimos testigos de lo opuesto, debido a que una organización comunitaria establecida tuvo la oportunidad de distribuir los alimentos. La gente hacía cola y obtenía sus provisiones, mientras la difícil cirugía que se estaba practicando dentro del albergue se desarrollaba sin inconvenientes. Escenas como ésta se repitieron una y otra vez a lo largo de nuestro viaje por la catástrofe: gente que se quedó sin nada –hambrienta, sedienta, buscando a sus seres queridos, enterrando a sus muertos, cuidando a los heridos– mostró fortaleza, amabilidad y compasión a pesar de su silenciosa desesperación.
En nuestro recorrido por la ciudad fuimos a la casa de Myriam Merlet, la jefa de gabinete del Ministerio de la Mujer haitiano y una destacada feminista que ayudó a llamar la atención internacional sobre el uso de la violación como arma política y trabajó con la dramaturga y activista Eve Ensler en el movimiento Día-V para ayudar a poner fin a la violencia contra la mujer. Hallamos su casa, y de hecho a todas las casas que la rodeaban, destruida. Acabamos de retirar su cuerpo, nos dijeron los familiares de Myriam el domingo, cinco días después del terremoto. No se sabe cuándo murió, ni si podría haber sido rescatada. Su hermana Eartha nos llevó a visitar su tumba.
Eve Ensler describe a Myriam Merlet: Myriam era una luz. Era la fuerza de Haití. Fue una de las más grandes feministas. Era una feminista radical. Bromeábamos a menudo acerca del hecho de que era loco que ella y Marie-Laurence, que es la ministra de la Mujer, estuvieran de hecho en el poder, que tuviéramos feministas radicales en el poder. Fue una mujer que dejó Haití en la década del 70 y luego regresó para luchar y defender y llevar el cambio social y el progreso y la lucha por las libertades y la igualdad racial y por la libertad e igualdad de género.
Y ésta es Miriam en sus propias palabras cuando habló en el décimo aniversario del Día-V en el estadio Superdome en Nueva Orleáns. “Es con gran emoción que estamos hoy aquí en Nueva Orleáns, cuando sabemos lo que Nueva Orleáns significa para la gente negra aquí y especialmente después del Katrina. Traemos toda nuestra hermandad y afecto a nuestras hermanas aquí en Nueva Orleáns”.
Luego, salimos de Puerto Príncipe para ir hasta al epicentro del terremoto. Pasamos por Carrefour para llegar hasta Léogâne. Una evaluación reciente de Naciones Unidas estableció el nivel de destrucción en Léogâne: entre 80 y 90 por ciento de las estructuras de la ciudad fueron destruidas. No queda ningún edificio gubernamental en pie. En el camino, un joven paró nuestro automóvil y nos dijo: Por favor, vemos algunos helicópteros sobrevolando, pero no paran aquí. No tenemos ayuda. No tenemos alimentos.
Un hombre cubierto de polvo estaba utilizando una maza para romper el cemento que había sepultado a su abuelo. Un padre acababa de desenterrar cerca de allí a su bebé de un año, muerto en su corralito. Según la agencia France Press, la ONU advirtió que no puede extender su operación de ayuda a las zonas periféricas hasta que se pueda confirmar que hay seguridad. En nuestro recorrido por Léogâne no sentimos amenazas; sólo vimos gente que necesita ayuda en forma desesperada. Mientras estábamos en Léogâne, un helicóptero misionero aterrizó, luego volvió a despegar en forma inexplicable, y la tripulación empezó a arrojar flautas de pan desde el aire. Un joven haitiano se enfureció. Otro lloraba, mientras rompía los bollos de pan y gritaba ¡No somos perros para que nos arrojen huesos!
Hablamos con el alcalde de Léogâne, Alexis Santos, que parecía prácticamente impotente ante la destrucción casi total que había a su alrededor. Le pregunté, en vista del frente unificado ofrecido por el gobierno de Estados Unidos, y de que el presidente Barack Obama nombró a los ex mandatarios Bill Clinton y George W. Bush para que encabezaran los esfuerzos de recaudación de fondos de Estados Unidos, qué pensaba sobre el ofrecimiento del ex gobernante haitiano derrocado y el primer presidente de Haití electo democráticamente, Jean-Bertrand Aristide, de regresar a Haití del exilio en Sudáfrica para formar junto al actual mandatario haitiano René Préval un frente unido para ayudar en la recuperación. Santos, que no es para nada partidario de Aristide, me dijo que pensaba que sería una buena idea.
De regreso en el Hogar Mateo 25 en Puerto Príncipe (cuyo nombre proviene del pasaje bíblico De cierto os digo que cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos pequeñitos, a mí lo hicisteis) hablé con uno de los cirujanos. La doctora Jennifer Bruny es la jefa de cirugía pediátrica que viajó con otros médicos del Hospital de Niños de Denver, y realizó la amputación, esa noche más temprano, en la mesa del comedor de Mateo 25. La naturaleza del desastre, con miles de heridas críticas y la falta de atención durante tanto tiempo hace que la amputación sea uno de los únicos medios disponibles ahora para salvar vidas. Esta amputación no debería haber sido necesaria, me dijo. Esto podría haber sido tratado fácilmente antes. Esta gente necesita recibir asistencia médica de manera urgente luego del terremoto.
Denis Moynihan colaboró en la producción periodística de esta columna.
© 2009 Amy Goodman.
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