Con el asesinato de Martina de Jesús Flores, indígena triqui, secuestrada el pasado miércoles, torturada y cuyo cuerpo fue hallado con un balazo en la cabeza el jueves 14 entre los límites de Tecomaxtlahuaca yJuxtlahuaca, suman 26 las mujeres asesinadas en Oaxaca en este 2009.
Una cifra escalofriante que se une a la violencia que ha envuelto a las mujeres de la etnia Triqui, donde no sólo las violan, desaparecen, torturan, despojan sino que también las asesinan, como sucedió esta semana.
Así, Florencia a quien se le liga como militante de la UBISORT, uno de los grupos políticos que existen en la zona y que se disputan, así, a muerte, con violencia, el poder político de una zona empobrecida por la violencia, pero sobre todo por el olvido de las instituciones gubernamentales de todos los niveles y órdenes.
El esposo de Florencia, Zeferino Hernández López, había sido asesinado en junio de 2008, tras 15 días desaparecido, su cuerpo fue hallado con claras muestras de tortura, como sucedió ahora a Florencia.
Las venganzas entre los grupos de poder Triquis siguen porque en la zona, como en Oaxaca, no hay autoridad que detenga la impunidad en la que se desarrollan los hechos. El 7 de mayo se cumplieron 13 meses de dos asesinatos no esclarecidos en manos de la Procuraduría General de la República, se trata de Felícitas Martínez y Teresa Bautista, ambas locutoras de la radio comunitaria “La voz que rompe el silencio”. Ambas, trabajaban en el llamado municipio autónomo de San Juan Copala.
Falta muy poco tiempo para que se cumplan dos años de la desaparición de Daniela y Virginia Ramírez Ortiz. También triquis de cuyo destino nada se supo. Estas dos jóvenes de 14 y 20 años de edad, pertenecían al MULT.
Frente a la falta de operatividad de la Procuraduría General de Justicia del Estado no es casual que estos lamentables hechos ocurran, pues el elefante blanco conocido como Procuraduría General de Justicia del Estado, hasta hoy dirigida por Evencio Nicolás Martínez Ramírez, de quien dicen tiene los días contados en ese lugar, provoca eso y más.
Los robos, despojos, venganzas entre grupos, violaciones sexuales contra mujeres, asesinatos, emboscadas y todo cuanto ocurre en la zona triqui es resultado de la impunidad con la que actúan pistoleros, caciques, dirigentes y autoridades, solapados por la falta de respuesta de los cuerpos de seguridad pública y la aplicación de la justicia. Con sarcasmo, Evencio Nicolás Martínez Ramírez, responde a las organizaciones sociales, con cinismo las autoridades dan promesas falsas a las familias.
Por otro lado, la Secretaría General de Gobierno, con el ahora candidato a diputado federal del PRI, Manuel García Corpus y el nuevo titular Jorge Toledo, han sido otros actores inoperantes en el caso de las comunidades triquis. Comisiones de paz, delegaciones de diálogo y todo cuanto se les pueda ocurrir, siempre y cuando puedan gastar dinero, el caso es darle larga al asunto, proteger a los asesinos, pero nunca, ni por equivocación dar algún viso de solución a un problema antiguo y lamentable.
Otra dependencia elefante blanco, en el caso de la comunidad triqui, es la flamante Secretaría de Asuntos Indígenas, donde sus titulares en este sexenio, Elizabeth Hernández y Lilia Mendoza, han sido invitadas a colaborar pero sin presupuesto, sin derecho a voz y sin ideas, que es, en el último de los casos, lo peor. ¿Acaso las y los triquis no son indígenas?
Y no se trata de reprimir sino de cambiar la condición social y con ella la situación política de la población Triqui, pero eso sucederá cuando las y los funcionarios entiendan que están ahí para trabajar no para mover el rabo o andar de lambiscones, como se dice de muchos funcionarios públicos.
Educación, otro capítulo perdido
Ocultado por todos los nubarrones lo más importante pasa a un tercer término. La educación es de esos temas importantes y mayo nos recuerda desde hace 25 años que ni los gobiernos ni el sindicato magisterial tienen la menor intención de destrabar el entuerto. Así han pasado 25 largos años de educación básica y el cálculo de los daños ha sido vertido en 25 generaciones de niños y niñas de Oaxaca que salen de la escuela leyendo y escribiendo pero no pueden comprender lo que leen. Sólo por citar uno de los daños.
El problema que se genera desde el diseño de los programas y el destino de los recursos –insuficientes siempre- ha creado un país de analfabetas funcionales. En México, según dato de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) se destinan 2 mil 405 dólares por estudiantes, mientras que Estados Unidos de Norteamérica o Suiza invierten más de 12 mil dólares.
En cuanto a la terminación de estudios de secundaria (educación básica), en nuestro país 42 por ciento de los alumnos que inician termina y habría que agregar que de acuerdo con la Subsecretaría de Educación Media Superior la mitad de las y los jóvenes que deberían estar en el bachillerato (más de tres millones) simplemente no están en la escuela. Además el 20 por ciento de la población mexicana tiene estudios universitarios.
Sin embargo, explica la OCDE, no existe relación sencilla entre lo que se gasta en educación y el nivel de aprovechamiento. Más claro ni el agua, dice el popular refrán. No habrá buenos resultados si consideramos que de los 400 mil millones de pesos (7 por ciento del Producto Interno Bruto) que se destinan al sector educativo el 96 por ciento son para gasto corriente. Esto se puede traducir en un magisterio bien pagado pero sólo eso.
Como tampoco existe claridad entre lo que se propone hacer y lo que se alcanza hacer en educación, debido sin lugar a equívoco, al entuerto-corrupto que existe entre los gobiernos y el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, léase Elba Esther Gordillo y su ventrílocuo Felipe Calderón, y que en Oaxaca se llama dirigente de la Sección 22 y el ventrílocuo la base “trabajadora”.
Los resultados están a la vista, durante 25 años un conflicto político-sindical ha dado al traste con la educación básica y todo lo que de esta tendría que derivar para generar el cambio que este país requiere, con personas preparadas para emprender proyectos, establecer mecanismos productivos y sobre todo comprender lo que se escucha o lee. Eso sería suficiente.
La maestra Gloria Zafra, investigadora y directora del IISUABJO indagó sobre la situación de la educación en Oaxaca, a raíz de lo ocurrido en 2006. Lo que encontró no es un halago ni para el gobierno y menos para el magisterio.
Entre los datos que revela el estudio de Zafra destaca el hecho de que el profesorado oaxaqueño es mejor pagado que los trabajadores de la educación que residen en el Distrito Federal. Sin embargo, los resultados lastimosamente no son los esperados: Oaxaca ocupa los primeros lugares en reprobación situándose muy por arriba del promedio nacional. La reprobación en primaria es de 10% y de secundaria es de 14%.
Oaxaca es ubicada como una de las entidades que presenta los más bajos desempeños en comprensión lectora, cuando la media nacional había sido de 21.6% el promedio estatal fue de 12.6%., añade la investigadora quien presentó estos resultados recientemente en la Reunión de Periodistas Primera Plana para la Educación aquí en Oaxaca.
Hay más información: en primaria la tasa promedio de deserción es de 2%; en la secundaria de 7%, ocupando con ello los primeros lugares a nivel nacional. En aprovechamiento sólo 21% se considera alto, 38.9% están en muy bajo y 19.6% en medio.
También hay que conocer que desde hace casi 20 años el presupuesto que la Federación destina a Oaxaca se ha incrementado sustancialmente, pero esto ha sido como pretender llenar un barril sin fondo, considerando que el 97 por ciento de ese dinero se va a salarios y prestaciones y tres por ciento a gastos de operación. No le extrañe entonces que los niños y niñas asistan a escuelas sin instalaciones adecuadas ya no digamos dignas para el ejercicio de la enseñanza aprendizaje.
Y si a eso le agregamos que la Alianza por la Calidad Educativa –anunciado hace un año con bombo y platillos por Felipe Calderón, su ventrílocuo Elba Esther y la invitada de entonces Josefina Vásquez Mota- es un programa lleno de promesas incumplidas, que en Oaxaca ni siquiera lo tomaron en cuenta. Ni duda cabe, que no tiene la culpa el personaje sino el que lo hace compadre y que en este barco no hay capitán y si marineros que ordenan y mandan. Por eso estamos como estamos y en tanto no cambie la educación seguiremos siendo rehenes de nuestros propios pecados, porque es pecado dejar que estas cosas pasen.
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