sábado, 3 de junio de 2017

La revuelta mundial de las mujeres: un nuevo movimiento

Josefina Chávez Rodríguez*

“¡Lo hemos hecho! ¡We made it¡”
Kelementyna Suchanow, 9 de marzo 2017

El Paro Internacional de Mujeres (PIM) del 8 de marzo de 2017, una protesta masiva de mujeres en 57 países del mundo, ha sido una acción de la que no hay precedente en la historia de las luchas feministas.
Dos aspectos destacan que le imprimen un sello característico. En primer lugar, que se haya convocado a una huelga de labores en todas las actividades que las mujeres realizamos en el ámbito doméstico, familiar y de cuidados que recaen en las mujeres para cuidar de los otros. Labores que corresponden a una división sexual del trabajo que no tiene nada de “natural”, sino a un entramado estructural en donde el trabajo de las mujeres es fundamental para el sostenimiento de la sociedad capitalista.
Con una contundente protesta, cientos de miles de mujeres han visibilizado el papel que tienen en la reproducción de la vida y la sociedad. El llamado a la huelga ese 8 de marzo se conecta con la historia y recupera el verdadero sentido de esta fecha, sustentado en las luchas de las mujeres trabajadoras de inicios del siglo XX que defendían su derecho a sindicalizarse, para conseguir mejores condiciones laborales y salarios. “Si nuestras vidas no importan, produzcan sin nosotras” simboliza el llamado del 2017 y lo une con aquel hilo histórico.
Es una convocatoria inédita que estuvo precedida por masivas movilizaciones como la huelga de mujeres en Polonia por el derecho al aborto en octubre del año pasado, y a los actos en los Estados Unidos del día 21 de enero cuando las mujeres inauguraron la resistencia contra Trump y mucho antes, desde el 3 de junio de 2015, con lo hecho por las argentinas hoy conocido como el movimiento Ni Una Menos, retomado por las latinoamericanas que rebasó las fronteras continentales. La violencia machista contra las mujeres en sus múltiples expresiones y el feminicidio han sido los puntos centrales que confrontan a los gobiernos por su ineficacia para proteger a las mujeres, evidenciando que las políticas públicas están arraigadas en una estructura patriarcal.
Un segundo aspecto se inscribe, principalmente, en las nuevas alianzas de las mujeres de estos países para inspirarse, enlazarse e impulsar, dar pasos y estrategias más contundentes. A esto habría que agregar y destacar la construcción del proceso de huelga internacional convocado y difundido por las redes sociales utilizando las nuevas tecnologías de la comunicación. Los twitazos, los diversos sitios en Facebook, las reuniones y comunicaciones vía Skype, mensajes electrónicos y otros, puso en movimiento, por primera ocasión, desde el mes de octubre de 2016 este gran reto que tocó tierra el día 8 de marzo y que explotó en todo el mundo cuando mujeres en 57 países salieron a las calles. Esto es lo significativo y lo que permite hablar de un nuevo movimiento de mujeres: no se trata de una huelga y movilización en las redes sociales, sino de una huelga internacional y movilizaciones reales en las calles, todas al mismo tiempo.

¡Somos fuego!
No se podía creer lo que se estaba viviendo, el activismo se volvió febril en las redes. Conforme pasaban las semanas, la atención y la emoción se acrecentaba, gota a gota, mujeres de más países se fueron sumando, y la euforia de la huelga recorría las redes. El llamado llegó a miles de mujeres, con impactos particulares en cada país y se desplegó el proceso de organización a través de una diversidad de eventos, marchas, asambleas, reuniones, chateos informativos, la creatividad se desbordó. Enlaces de unas con otras, pasando la información, perfiló, poco a poco, lo que hoy es una nueva emergencia, una resistencia y un cuestionamiento al patriarcado y sus estructuras sociales y económicas de control que se sustentan en una cotidiana y sistemática violencia contra las mujeres. Se sabía, se sentía que algo muy importante se estaba viviendo. Como expresó el 8 de marzo la compañera polaca Klementina Suchanow en la página del Paro Internacional de Mujeres: ¡Lo hemos hecho!

De la Protesta Negra en Polonia al Ni Una Menos en Argentina
Lo acontecido el 8 de marzo requirió de un proceso inédito de alianzas entre mujeres diversas y de un espectro feminista muy amplio durante varios meses.
Quizá todo comenzó con la huelga de las mujeres polacas por el derecho al aborto el 3 de octubre de 2016 en respuesta a la decisión del Parlamento (la Cámara baja) de discutir una propuesta de ley profundamente conservadora que prohibía el aborto y permitía la criminalización con penalidad para las mujeres que interrumpieran su embarazo. Esto desató una airada respuesta y el llamado a una huelga nacional. El “Lunes negro” miles de mujeres polacas de todas las clases sociales y generaciones1 realizaron paros o redujeron sus actividades laborales en los centros de trabajo y en el ámbito doméstico, una movilización masiva con paraguas y vestidas de negro llenaron las calles de Polonia en 143 ciudades que sumaron aproximadamente 100 mil personas.2 Con repercusiones en otros países, la sorpresiva protesta logró que se retirara el apoyo al proyecto y evidenció un cambio en la sociedad polaca.
En Argentina el 19 de octubre de 2016, a raíz del cruel asesinato de Lucía Pérez de 16 años y de otros casos de feminicidio, el movimiento Ni Una Menos convocó a un paro nacional de una hora. En América Latina la mecha prendió y las mujeres se unieron solidariamente a esta protesta conocida como el “miércoles negro”. Ese mismo año en Chile, Brasil, Uruguay, Perú, también se llevaron a cabo protestas y marchas contra las violencias machistas, el feminicidio, la impunidad, la desigualdad estructural y la defensa de los derechos de las mujeres y el aborto en América Latina. En México nos hermanamos con la consigna “Ni una menos, vivas nos queremos”.
Desde el año anterior en Argentina, la primera convocatoria masiva del 3 de junio de 2015, contra los feminicidios, se logró un gran impacto mediático que contribuyó a la visibilización de todas las formas de violencia, en esa ocasión más de 200 mil personas llenaron la plaza del Congreso y un documento central fue leído por los artistas Maitena, Erica Rivas y Juan Minujin. Ese año también las mujeres de Uruguay y Chile se sumaron y salieron a las calles.3
En un contexto de represión a la marcha del Encuentro Nacional de Mujeres en Mar de Plata en octubre de 2015 y la detención de Milagro Sala dirigente de la asociación barrial Tupac Amaru, convocó a una marcha un año después: el 3 de junio de 2016.

México: de la Primavera Violeta al Paro Internacional de Mujeres
En México, un antecedente histórico fue el 24 de abril, convocadas por las redes sociales una ola de miles de mujeres participaron en la Marcha Contra las Violencias Machistas: el 24A Ni Una Menos. Durante las semanas previas los medios alternativos alimentaron con información sobre la violencia contra las mujeres por medio de las redes sociales. Las activistas feministas Estefanía Vela y Catalina Ruiz-Navarro, lanzaron el hashtag, #MiPrimerAcoso el cual se viralizó, convirtiéndose en un trending topic en twitter. Bajo este impacto muchas mujeres dijeron haber tomado conciencia de lo que en realidad fue su primer acoso y lo denunciaron, incluso en los lugares o frente a las personas que fueron responsables y denunciaron durante la marcha del 24A.
En la zona metropolitana, mujeres activistas del Estado de México –un lugar de alto riesgo para las mujeres–, y de la Ciudad de México se juntaron en el Palacio Municipal de Ecatepec, y en una acción simbólica recorrieron las zonas donde ocurren los acosos y abusos sexuales para después dirigirse a la Ciudad de México y caminar por las rutas de camiones y combis, donde también ocurren con frecuencia estas agresiones sexuales, inundaron el metro con tambores y consignas, hasta llegar al Monumento a la Revolución.
La llamada Primavera Violeta, estuvo presente en más de 30 ciudades de 25 estados: Guanajuato, Estado de México, Chihuahua, Jalisco, Veracruz (Orizaba, Xalapa y el puerto de Veracruz), Chiapas (Tuxpan, Pijijapan y San Cristóbal), Tlaxcala, Morelos, Nayarit, Baja California (Mexicali y Ensenada), San Luis Potosí, Quintana Roo, Yucatán, Coahuila, Michoacán, Puebla, Oaxaca, Guerrero, Zacatecas, Querétaro, Campeche, Sonora, Nuevo León, Ciudad de México y Tamaulipas, éste último cuenta con un alto número de mujeres desaparecidas en las ciudades de Nuevo Laredo, Reynosa, Matamoros y Ciudad Victoria.
Una nueva generación de mujeres jóvenes radicalizadas encabezaron esta iniciativa. A ellas les ha tocado crecer en un contexto de violencia agudizado en las dos últimas décadas, enfrentan el riesgo del feminicidio y viven día a día el acoso sexual. Una generación que nace en la era de las políticas neoliberales con pocas alternativas y un futuro incierto. El grito de las jóvenes convocó a toda la diversidad del movimiento feminista. Más allá de la lucha en contra del feminicidio y la Alerta de Violencia de Género, este movimiento colocó como punto central todas las violencias que permean y sostienen el entramado patriarcal, social, cultural, que las invisibiliza y naturaliza la violencia. El lema “Actuemos como manada”, es un llamado a la acción colectiva y solidaria, para remontar el miedo: “si nos tocan a una respondemos todas”.

El contagio llegó a México
La marcha de las mujeres del 21 de enero en Estados Unidos contó con la solidaridad de las mujeres alrededor del mundo, tuvo replicas en nuestro país en varios estados donde hay consulados norteamericanos con acciones convocadas por la comunidad norteamericana residente en el país y mexicanas que se sumaron a esta protesta. Todo ello en un contexto nacional con un fuerte impacto por las políticas antimigratorias de Trump, la construcción del muro de la ignominia en la frontera y las acciones de resistencia nacional que iniciaron el 1 de enero contra “el gasolinazo”, que canalizó el malestar social a lo largo y ancho del país durante semanas.
Y las mexicanas se sumaron al Paro Internacional de Mujeres en 20 estados: Baja California, Baja California Sur, Chiapas, Chihuahua, Estado de México, Hidalgo, Jalisco, Puebla, Sonora, Tamaulipas, Yucatán, Guerrero, Veracruz, Colima, Sinaloa, Ciudad de México, Michoacán, Oaxaca, Nuevo León y Morelos. Se realizaron marchas, mítines, plantones, foros, obras de teatro, performances y una gran diversidad de actividades culturales. Las manifestaciones más numerosas fueron en Guadalajara, Monterrey, San Cristóbal de las Casas, Chiapas. En la Ciudad de México, se movilizaron aproximadamente 10 mil personas, en una jornada de todo el día.
En la Ángela de la Independencia, Ciudad de México, coordinado por el agrupamiento de Académicas Criticas, desde muy temprano se empezaron a concentrar mujeres para elaborar pancartas, hacer teatro, grupos de debate, intercambio de libros. Desde el micrófono leyeron el texto que mujeres intelectuales en Estados Unidos publicaron sumándose y llamando a participar en el Paro Internacional de Mujeres. Las organizaciones no gubernamentales feministas y diversas redes feministas y sindicalistas organizaron una valla alrededor del monumento y un acto. La Asamblea Metropolitana coordinó las acciones de metro popular en varias estaciones. La marcha por la tarde fue encabezada por las madres de los 43 normalistas desaparecidos de la Normal de Ayotzinapa y Norma Andrade e Irinea Buendía madres de mujeres víctimas de feminicidio, ambas que también fueron oradoras centrales en el mitin en donde se leyó el pronunciamiento, como en todo el mundo, del Paro Internacional de Mujeres.
En la marcha (originalmente aprobada en el Congreso de la Nueva Central de Trabajadores por la iniciativa del Colectivo de Igualdad de Género (CIGO) de esa central), participaron Colectivas feministas, expresiones diversas del movimiento lésbico, lesbofeministas, transfeministas autónomas y feministas de diversas redes feministas locales y nacionales, mujeres que se sumaron en lo individual de distintos orígenes, contingentes estudiantiles, sindicalistas, movimientos sociales como la ANUI, organizaciones de mujeres y de partidos y de la izquierda socialista y anticapitalista.
La demanda más sentida a nivel nacional, sin lugar a dudas, fue el grito al unísono por la erradicación del feminicido que lacera a este país desde hace más de 23 años. Miles de pancartas incorporaron, con distintos matices y énfasis, los diferentes casos de feminicidio y se pronunciaron contra el acoso y abuso sexual, también había críticas a la ineficacia del sistema de justicia, contra la desigualdad y violencia estructural, por la legalización del aborto a nivel nacional, por el desmantelamiento de las redes de trata, por el rescate de las mujeres que están desaparecidas, por el respeto al estado laico, por estrategias y acciones urgente y eficaces en donde esta la Alerta de Violencia de Género y por mecanismos de seguimiento y de vigilancia; así como visibilizar la inequidad laboral en el trabajo y en el salario; por el respeto a los derechos políticos y contra la violencia política, contra el proyecto neoliberal y empobrecimiento, por la autodefensa feminista y contra la alianza criminal del patriarcado y el capital.

Los reclamos de mujeres indígenas
Mujeres indígenas de diversos estados también se sumaron al Paro. El Centro para los Derechos de la Mujer Nääxwiin realizó el V Encuentro Regional de Mujeres Indígenas de la región del Istmo, como parte del Paro Internacional de Mujeres, en Bocal del Monte, Guichicovi, Oaxaca. En el evento convocado como un diálogo de mujeres sobre la participación comunitaria, estuvieron presentes mujeres mixes, mixtecas, ikoots y otras. 110 mujeres de 22 comunidades se unieron al Paro para que no haya una muerta más, para que se tomen medidas eficaces más allá de los discursos oficiales, para decir que los servicios de salud siguen siendo insuficientes y de mala calidad; para manifestarse en contra de la violencia política que obstaculiza el ejercicio del derecho a la participación de las mujeres en las comunidades, municipios y en partidos políticos; para denunciar y decir basta a las descalificaciones y agresiones por parte de los hombres que se ven amenazados con la participación de las mujeres que han sido electas para servir a su comunidad, como legisladoras o como activas en las organizaciones de mujeres.

“Paramos para decir que la defensa de la Madre Tierra y de nuestros territorios indígenas es parte de nuestros derechos colectivos y como mujeres indígenas, por lo que nos solidarizamos con las mujeres que se encuentran defendiendo sus territorios de la ambición de las empresas y estaremos atentas a lo que suceda en nuestra región”.4

Y lo logramos…
El Paro indudablemente ha sido un éxito a nivel internacional con algunos incidentes de represión policial como en Rusia y en Argentina, días antes de la marcha seis mujeres fueron detenidas por realizar pintas y el 8 de marzo, 20 mujeres fueron criminalizadas y reprimidas en Buenos Aires. En la Ciudad de México la violencia de género se expresó en un repudiable e indignante hecho: un camión del Frente Popular Francisco Villa, quienes no eran convocantes de la marcha, intentaron avanzar hacia el zócalo, algunas compañeras les manifestaron contundentemente que no podían pasar y que respetaran el contingente, los hombres del camión reaccionaron violentamente.
Ésta experiencia muestra la necesidad de promover el respeto a los contingentes sólo de mujeres en movilizaciones de carácter mixto. Accionar en la diversidad con movimientos sociales requiere de empatía, sensibilidad y respeto. En Cabo San Lucas, Baja California fueron hostilizadas mujeres que se vistieron con burkas negras para la protesta. El nuevo movimiento internacional reaccionó frente a la muerte cruel de las niñas quemadas en Guatemala ocurrida precisamente el 8 de marzo, teniendo la responsabilidad directa de esta masacre el Estado guatemalteco. ¡Fue el Estado!
Los retos son múltiples en un proceso de auto organización de las mujeres como el que estamos viviendo, que nos estimula y nos apasiona, nos llena de energía y requiere de estrategias de largo alcance. Somos una presencia poderosa, podemos cambiar el mundo. Como escribió la compañera polaca: ¿descansaron después del paro?, tenemos que hacer nuevos planes, ¿listas?

* Feminista, investigadora y directora de Cuadernos Feministas.

Notas
1. Información tomada de: https://mg.mail.yahoo.com/neo/launch?.rand= 37formh4cgopkg
2. Ibid.
3. Ibid.

4. Información tomada del boletín de prensa del Centro para los Derechos de la Mujer Naaxwiin A.C.

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