Por Gladis Torres Ruiz , para CIMAC, 26 de marzo de 2009.- En Chihuahua, con la creciente militarización, los asesinatos se multiplican, pero las autoridades, ante cada muerte, dicen “eran narcos”, aunque sean personas civiles y por eso las mujeres, las hermanas, las amas de casa, las primas, las novias, se están organizando para ir a denunciar y buscar a sus familiares, ya que los cuerpos del Estado no están dando respuesta, denunciaron integrantes del Grupo Promotor de los Derechos Políticos de las Ciudadanas de Chihuahua.
En entrevista con Cimacnoticias, Rosa María Castañeda Castillo, integrante del Grupo, afirma que “se sabe quién los está matando”, pero el Estado no hace nada, vemos que las denuncias no están dando resultados, por ello las mujeres estamos sensibilizando a la población en general sobre el problema, haciendo acciones y cruzadas para exigir al poder resultados a la Procuraduría del estado.
“Estas mujeres no son abogadas, pero se están asesorando. Están teniendo que aprender sobre derecho, dándole seguimiento a los casos, visibilizando a la militarización como un hecho que está dando en Chihuahua”.
Aseguró que militarizar el estado no está resolviendo el problema del narcotráfico, por el contrario, está generando más problemas en la sociedad civil, agudizando la violación de los derechos humanos de las mujeres y la población en general, por parte de los mismos cuerpos del Estado.
Es una situación desesperante, hay atropellos, extorsiones, chantajes, cateos, se meten sin orden a tu casa, detiene a las jovencitas en la calle y las “toquetean”.
Según información de la Procuraduría Estatal, en lo que va del año se han reportado muertas a 20 mujeres, “la mayoría de ellas a balazos como consecuencia de la lucha entre las bandas del crimen organizado”.
En contraste, Integrantes del Centro de Derechos Humanos para la Mujer y de la organización Justicia para Nuestras Hijas denunciaron, en enero pasado, ante el Congreso local que en los primeros 45 días del 2009, fueron asesinadas 21 mujeres en la entidad, solicitando que se emitiera la “alerta nacional de violencia de género”, como lo establece la Ley general de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia.
Castañeda Castillo, precisó que con la llegada de los militares al estado se están viviendo una serie de violaciones a los derechos humanos de las mujeres y la sociedad en general.
Los militares están por todos lados, la frontera ya esta, “súper militarizada”, el caso de los asesinatos de mujeres en Juárez es emblemático, sin embargo en esta época la violencia contra las mujeres sucede en todo el estado no solo en esa ciudad, en los lugares donde está patrullando el Ejército hay atropellos extorsiones, chantajes y cateos, se meten sin orden a tu casa la destruyen, mujeres jóvenes no pueden salir a divertirse.
En la organización, detalla Castañeda, tenemos el caso de una joven universitaria que fue detenida a la salida de un antro junto con otras y otros jóvenes --en Chihuahua se acostumbra que la juventud salga a bailar los jueves--, los soldados los bajaron del auto, “toquetearon a las mujeres, es decir las manosearon como quisieron, mientras que a los hombres les quitaron las carteras, amenizándolos con no denunciar, como traían sus identificaciones oficiales, tomaron nota de las direcciones”.
“Es desesperante, en Chihuahua hay que cuidarse tanto de la organización del narcotráfico, como de la organización policíaca y la organización militar”, enfatizó Castañeda Castillo.
Agregó: “nosotras, que estamos en la frontera, nos damos cuenta que hay una internacionalización del narcotráfico y los grupos internos en el estado finalmente son parte de redes internacionales, que se encuentran en Estados Unidos, el mayor consumidor. Y al ser Chihuahua el estado con la frontera más grande, pues pasan por aquí, “pero se sabe quien lo pasa”.
Al respecto, Angelina Yadira Aguirre Nájera, presidenta de la Barra Mexicana Colegio de Abogados de Chihuahua e integrante del Grupo, señaló a Cimacnoticias que el narcotráfico está integrado a la infraestructura económica del estado, de tal forma que tenemos al chofer de los narcos, la cocinera de los narcos, y demás, todo mundo está mezclado, y cuando te afecta económicamente es difícil que tomes cartas en el asunto.
“No nada más es acabar con al gente que se está dedicando al narcotráfico, sino con toda esta infraestructura económica que ya depende de él”, afirmó.
La situación es muy desesperada, sobre todo para la juventud, ya que no pueden salir a un antro ni con sus amigos. La gente ya ni siquiera denuncia porque no hay resultados y es pérdida de tiempo porque nadie les hace caso, al contrario terminan culpabilizándose por salir de casa, por ejemplo, y empiezas asumir culpas que no te corresponden.
“Es un estado de incertidumbre y de inseguridad tan terrible que en ocasiones no te atreves ni a salir a la calle y esos es muy grave ya que no podemos dejar de utilizar nuestros espacios públicos, a lo que tenemos derecho. Pero, ¿cómo recuperar las calles si están llenas de Ejército?”.
Castañeda Castillo se pregunta cómo hacerlo si tus vecinos te recomiendan: “si tienen hijas, díganles que no salgan”, lo que significa recluirte, lejos de decir este espacio es público es mío y lo tomo, no tengo por qué tener una respuesta individual a un problema que es de Estado y colectivo.
Por ello las mujeres de las Organizaciones de la Sociedad Civil (OSC) de Chihuahua buscan hacer visibles este tipo de problemas, ver cómo recuperar las calles, nuestros espacios públicos y lo más importante cómo “lidiar con esta política de Estado, que está resultando nefasta y que no está beneficiando a nadie. Es una militarización que está perdiendo la batalla”.
MILITARIZACIÓN CONTRA AUTONOMÍA - La militarización de una cultura obra contra la autonomía de las mujeres y la igualdad de género, pues ellas suelen transformarse en blancos, ya que su posición se percibe como “guardianas de la cultura”, señala el Fondo de Población de las Naciones Unidas (por sus siglas en inglés, UNFPA), en el Informe Sobre el Estado de la Población Mundial 2008: "Ámbitos de convergencia: cultura, género y derechos humanos".
El Informe señala que la violación sexual es un acto de violencia no sólo contra una mujer, sino también contra toda su cultura, pero en algunos casos las comunidades consideran que las mujeres víctimas de violación están mancilladas o desvalorizadas y como resultado sufren nuevos actos de violencia.
“Son pocas las comunidades que abordan abiertamente la violencia por motivos de género, y con frecuencia las mujeres no hablan al respecto”, indica el organismo internacional. Y la militarización de una cultura aumenta la probabilidad de que reine la violencia y la hace más aceptable, privando con ello a las mujeres de autonomía e igualdad. Cargándolas al mismo tiempo de más responsabilidades y costos adicionales.
El documento del UNFPA destaca que el desarrollo y la asistencia humanitaria deben ser sensibles al estrés que suscita el conflicto armado en las mujeres. “Quienes trabajan en estas cuestiones necesitan sensibilidad cultural cuando se ocupan con mujeres”.
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