miércoles, 13 de noviembre de 2013

El acceso de las mujeres a la justicia con perspectiva de género



Políticas Públicas
 
Julia Pérez Cervera*

 



No tiene mucho caso hacer toda una cronología de las fechas en que se aprobaron las leyes con las que hoy cuenta México y cada uno de sus estados para, supuestamente, garantizar los derechos de las mujeres.
Solo diré que a pesar de que cada estado de la federación tiene una Ley de Acceso de las Mujeres a una vida libre de Violencia, lejos de alcanzar sus objetivos, la violencia contra las mujeres ha aumentado.
En este aniversario de Cuadernos feministas habría que hacer diferentes recuentos. Por ejemplo: ¿cuántos años llevamos exigiendo a los diferentes gobiernos la paridad en los puestos de decisión?; ¿cuántos años llevamos las mujeres pidiendo políticas serias y contundentes para la erradicación de la violencia contra las mujeres?; ¿cuántos años llevamos exigiendo leyes que acaben con la discriminación, el acoso, el abuso de poder, de todos los poderes?; ¿cuántos años llevamos explicando las consecuencias de la inequidad de género? Y, ¿Dónde ESTAMOS?
Hace unos meses para la conmemoración del 8 de marzo me pidieron que escribiera sobre si era necesaria la incorporación de la perspectiva de género en la legislación mexicana.
Sinceramente quede sorprendida. Resulta que ahora se plantea ¿si es necesario? No daba crédito a la pregunta y otras compañeras quedaron igualmente sorprendidas. Se ha difundido y repetido hasta la saciedad "Las recomendaciones del Grupo de Alto Nivel del Secretario General de Naciones Unidas sobre la Equidad de Género", "Los análisis y recomendaciones de la división para el adelanto de la Mujer", "Los compromisos de las Conferencias mundiales sobre la mujer", Los Convenios y Tratados internacionales, la OCDE, la OEA, la OIT… ¿A qué viene ahora esa pregunta?
El problema, según yo lo veo es la gran ceguera existente y tal como plantea Saramago en su libro Ensayo sobre la ceguera, no reconocer o no querer reconocer, que es peor, la ceguera existente. Y, ya se sabe, no hay peor ciego que el que no quiere ver, ni peor sordo que el que no quiere oír. Ante esa realidad, qué sentido tiene señalar por donde sale el sol, o levantar la voz?
Aquí, hoy, creo que la alternativa que tenemos que trabajar las mujeres es la de elaborar nuevas estrategias entre, para y por nosotras, LAS MUJERES.
Diré por qué. Llevamos años intentando convencer con razones, datos estadísticos, argumentos, ejemplos, hechos… a los hombres que habitan el poder y los resultados obtenidos son nimios, queriendo ser optimista. Y creo sinceramente que no lo vamos a lograr.
“La envidia es la tristeza por el progreso y la alegría ajena. Es, por tanto, la resistencia al progreso social”. Ese es el estado en el que viven la mayoría de los hombres en relación a las mujeres.
A cuento de qué, entonces, seguir dando argumentos de si es necesaria la incorporación de la perspectiva de género en la legislación.
Para las mujeres, sí tiene sentido pues para nosotras la democracia va unida irremisiblemente al acceso a la justicia. Pero tenemos problemas para entender el significado de la palabra democracia y del sistema democrático porque desde el poder no se está entendiendo o no se acepta simplemente que vivir en democracia es vivir con las realidades de todas las personas que al mismo tiempo que yo vivo también viven; aceptar esas otras realidades nos cuesta porque las miradas ajenas cuestionan continuamente la propia libertad. Así que han reducido democracia a elecciones, a ocupar cargos de poder (públicos y privados) desde donde señalar a la gente que no nos gusta sin identificar claramente qué no nos gusta, porque cuando nos miramos con sus ojos tampoco nos gustamos.
Vivimos entonces con miedo, con prevención frente a lo ajeno. Muchas personas a las que el sistema les ha dado la atribución de decidir, en lugar de reconocer las diferentes realidades como parte de su realidad , las excluyen, las niegan, las condicionan y se olvidan que lo propio usurpa el centro de una realidad habitada por lo ajeno, donde lo mismo le ocurre a cualquier habitante de lo ajeno.
Si no se reconoce la existencia de lo ajeno, ¿cómo establecer niveles de convivencia para el progreso social cuyo motor es la alegría empática, es decir, la alegría por la alegría ajena?
No estoy hablando, como se habrán dado cuenta, de tolerancia. La tolerancia no permite valorar la diferencia, no permite aprender, no permite crecer.
Tolerante es quien tiene poder para suprimir u obstaculizar lo que le resulta incómodo, contrario a sus creencias, intereses, etc.… lo cual significa que hay la valoración de alguien como inferior, en poder o en derecho sobre quien se pude actuar, a quien se puede reprimir.
Hoy día lo único que cabe con seguridad es la intolerancia ante la violencia, la tortura, la injusticia. Ahí si. Intolerancia total o dicho en términos bonitos: ante la injusticia, la inequidad, la tortura, la violencia…TOLERANCIA CERO y en ese lugar es en el que las mujeres debemos colocarnos para cambiar las raíces de la inequidad, la injusticia, la invisibilización que hoy, siglo XXI, siglo de las mujeres, seguimos viviendo.
La tolerancia representa sólo la dificultad de reconocerles a las demás personas los derechos que indudablemente nos autoreconocemos. Siendo tolerantes estamos sencillamente ignorando valores diferentes y resignándonos a su existencia, negando la posibilidad de conocer, de saber, de cuestionar. Descartando toda posibilidad de ser también susceptibles de cuestionamientos y, por tanto, eliminando la posibilidad de descubrir la verdad, más aún, la posibilidad de entenderla.
Decía Galileo que todas las verdades son entendibles, la cuestión es descubrirlas. Sin embargo, preferimos seguir argumentando con tradiciones y dando esas tradiciones por verdades; sin darnos cuenta de que la tradición persevera por tradición. La costumbre, cuando persevera, es por buena costumbre que ayuda a perseverar. La tradición más milenaria queda fulminada en un instante por una súbita comprensión de la verdad.
Cómo se relaciona esto con el acceso a la Justicia para las mujeres y la perspectiva de género?
Sencillo: mientras no se comprenda verdaderamente el significado de todo lo que implica tomar la perspectiva de género en serio para descubrir la realidad, la verdad, la situación en la que viven las mujeres, en la que se han desarrollado, la forma en que les han permitido construir su identidad, las oportunidades reales que tienen para sobrevivir por sí mismas, para diseñar sus vidas de forma autónoma; mientras no se acepten sus deseos e intereses como legítimos y se las siga viendo en las leyes y en la aplicación de las mismas como manda la tradición, el acceso de las mujeres a la justicia será un ideal que nunca podrán convertir en realidad.
En el foro que organizó la Comisión de Derechos Humanos de Senado, donde se presentaron los Resultados del Estudio Nacional sobre las fuentes, orígenes y factores que producen y reproducen la violencia contra las Mujeres, realizado el 13 febrero 2013, se dijo que la violencia contra las mujeres no sólo no había disminuido sino que en algunos casos había aumentado. Es decir, los derechos humanos de las mujeres siguen siendo violados sistemáticamente para la gran mayoría de éstas.
Ante la pregunta de ¿por qué sigue ocurriendo esto, a pesar de las leyes aprobadas, de los programas establecidos, de las políticas públicas específicas de los últimos años? Tengo una respuesta inicial: porque no se está tomando en cuenta la perspectiva de género, de forma seria, en las instancias públicas. Porque al poder, mayoritariamente masculino, ni lo quiere entender, ni le interesa ni quiere cambiar realmente nada de esta sociedad que les mueva de su precaria pero conocida sobrevivencia personal.
Más bien, en los últimos 7 u 8 años, se ha estado cuestionando, tergiversando, enmascarando, suavizando para no asustar a nadie (y decir nadie es decir mucho pero también es una manera de no decir), porque hay que ser políticamente correctas, no señalar, ser diplomáticas porque si no se nos van a venir abajo los avances logrados… Y así, suavizando, hablando con prevención, con miedo, con mesura, sin levantar la voz para que nadie se sienta agredido o amenazado… se han ido modificando conceptos fundamentales del planteamiento básico de la perspectiva de género: el Reconocimiento del Ser Mujer en su totalidad, Mujer con todos los derechos, con todas las posibilidades, con la autonomía total que se necesita para poder decirse en libertad y nombrarse Mujer Libre.
Cuando la realidad se desdibuja, se dice a medias, se toma por partes… no hay posibilidad de crear una ley, un programa, un sistema político que tenga como resultado el total acceso a la justicia y, menos, que las personas obtengan justicia.
Sinceramente creo que para poder establecer un sistema de justicia es necesario legislar e impartir justicia, no desde los idealismos, menos si éstos van acompañados de moralidad individual o valores particulares, sino desde la realidad. La realidad que es la existencia de lo propio con lo ajeno y donde lo ajeno se comprende como una verdad tan cierta como mi propia existencia.
Ese ha sido y es el papel de la perspectiva de género. Poner en la mesa de la convivencia democrática la realidad de las mujeres, no la idea tradicional y ajena a las mujeres de las mujeres.
La perspectiva de género nos permite acercarnos a la verdad cotidiana de cada persona, de cada grupo, de cada particularidad personal, étnica, cultural… porque desde ahí se accede a los sentimientos, a las penas, a los deseos y necesidades concretas de las personas, a sus frustraciones, a sus verdaderas capacidades y a sus derechos humanos. Sin embargo, según las últimas encuestas realizadas por ONU-MUJER la equidad, la perspectiva de género, no sólo no se ha transversalizado sino que se está dejando de lado y cada vez parece que cuenta menos.
Un ejemplo: Cruzada Nacional contra el Hambre
¿Se está tomando en cuenta que el hambre tiene un factor importante en la pobreza que padecen las mujeres? ¿Se está tomando en consideración que son las mujeres las que hasta el día de hoy se responsabilizan de la alimentación familiar? ¿Se ha hecho algún planteamiento sobre la necesidad de que las mujeres accedan a recursos económicos para poder hacer frente a la salud de sus hijas e hijos?, pues no basta con que exista un Seguro Popular, se necesita dinero para el transporte, para los medicamentos, para poder cocinar, para tener agua… PARECE QUE NO. Que todo se reduce a que la ciudadanía sea más solidaria y dé limosna a los pobres!!!!!
La perspectiva de género sirve para reconocer las inequidades, las necesidades, para definir entonces el significado de la palabra “Justicia”, para entender porque hay hambre y porqué a pesar de estar trabajando 8 ó 10 horas las mujeres de este país no alcanzan a cubrir las necesidades de las que el Estado las ha hecho responsables. Sirve para entender el origen de la pobreza, las causas de la pobreza y sirve para evaluar si los programas que se pretenden aplicar resuelven realmente, no puntual o ficticiamente el problema.
Hay una gran diferencia entre comprender y creer que se está comprendiendo, pero no la hay entre tener y no tener hambre.
Invito, por tanto, desde este espacio feminista, a conocer y conocer a fondo y sin miedo la perspectiva de género y a evaluar desde ella los programas, propuestas y proyectos de gobierno. Entendiendo que la crítica es cualquier intento de conocer y reconocer errores. La manera, aunque no muy bien vista y poco aceptada, de ser, no más, sino mejores personas.
Y esta invitación es especialmente para las mujeres. Si algún hombre le interesa de verdad una situación social mejor y quiere estudiar puede hacerlo, siempre han tenido el privilegio del acceso a la formación y la información, nadie nunca les prohibió ir a la escuela o a la universidad. Pero creo que a quien más le interesa construir una mejor vida, donde la garantía del acceso a la Justicia y la justicia misma nos esté garantizada porque está garantizada para cada persona, es a las mujeres, por eso, desde aquí felicito a aquellas que siguen en el empeño sin dejarse abatir por la sin razón de quienes controlan la vida, les ofrezco mi actuar desde el afidamento y mi compromiso de no ceder mis convicciones por bienes dinerarios o posiciones privilegiadas.
¡Ah!, y expresamente mi felicitación para quienes mantienen Cuadernos feministas.

* Abogada, feminista, fundadora de Ciudadanas en Movimiento por la Democracia y Vereda Themis, S. C.

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