A sólo ocho meses, ya ha habido miles de despidos y, por las últimas noticias, vendrán otros miles más, justificados con la existencia de una “crisis económica”. Sin embargo, dicha crisis no ha afectado a todo el mundo, sino a algunas personas y a algunas familias, particularmente a las de sectores asalariados.
Interesante por demás, pues quienes están en el poder han planteado grandes preocupaciones por “la gran familia puertorriqueña”, como si existiese un sólo modelo de familia. Como si las mujeres jefas de familia, los hombres jefes de familia, las abuelas criando nietos y las parejas del mismo sexo con hijos e hijas fueran todos “menos” familia. Ello quedó demostrado cuando Thomas Rivera Schatz llamó torcidas a las familias no tradicionales y cuando Evelyn Vázquez expresó que ella representaba a las mujeres de "verdad".
Además, algunos de los que están en el poder han expresado "preocupaciones" por "la familia", y han rechazado medidas como el Proyecto de la Cámara 1725, que prohibiría el discrimen por orientación sexual. Esta medida beneficiaría a muchas familias diversas, principalmente del sector asalariado, que todavía no están protegidas del patrono al ser discriminadas por "percibidas" orientaciones sexuales. Además, pretenden aprobar un proyecto de ley de adopción que será discriminatorio hacia las parejas del mismo sexo. Esto a pesar de que varias asociaciones profesionales han destacado que los niños y niñas cuidado por parejas del mismo son tan emocional y físicamente estables como los criados por las parejas heterosexuales.
La gran contradicción de preocuparse por "la familia" se reflejó cuando a estos mismos sectores en el poder parece importarles poco continuar lanzando numerosas familias a la calle a sumarse a las ya exorbitantes cifras del desempleo. También, cuando atropellaron brutalmente a las familias de Villas del Sol y cuando ignoran el grave problema de vivienda en el País. Evidentemente, con los despidos, han dejado y dejarán empobrecidas a muchas familias. Lamentablemente, parece importarles poco marcar más aún las ya existentes desigualdades socioeconómicas de esas familias.
La sociedad puertorriqueña del siglo XXI está compuesta por numerosas y diversas familias que son tan legítimas como la ficticia familia funcional y tradicional. Sin embargo, han dominado violentamente los fundamentalismos, religiosos y económicos, de unos pocos sobre otros. Afortunadamente, no todos los religiosos se identifican con estas posturas.
Cabe señalar que las grandes contradicciones de algunos de los que están en el poder no sólo son perjudiciales, sino que además son nocivas y venenosas para nuestra sociedad. Si tantas familias quedan fuera de la protección de este gobierno, entonces, ¿a cuáles familias defienden quienes gobiernan? Ellos mismos han colocado su doble vara sobre la mesa: defienden a las heteronormativas y económicamente privilegiadas; mientras que atropellan a las diversas, pobres y asalariadas.
http://galindomalave.com
* Nahomi Galindo-Malavé, Estudiante de Programa Graduada
Departamento de Historia, Universidad de Puerto Rico
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