por Soledad Jarquín Edgar desde Letras Violetas
Esta semana arrancará en Oaxaca el proceso electoral para renovar los poderes Ejecutivo, Legislativo y los municipios y valdría la pena que las instituciones políticas o los órganos estatales y federales electorales, revisaran qué pasará con las mujeres, más de la mitad de la población, más de la mitad de las votantes, las que llenan los actos de campaña, las que convencen, las que votan, las que cuidan las casillas y las que cuentan los votos, pero las menos para ser electas.
Hace 56 años que las mujeres votamos pero es el mismo tiempo en que las mujeres hemos estado pugnando para que haya la famosa paridad y cada vez más mujeres ocupen cargos de elección popular, el añadido sería que ellas que alcanzan el poder tengan una visión real de la construcción social que provoca desigualdades al nacer mujer o al nacer hombre.
La vorágine de los tiempos electorales traerá algo que ya es conocido por la ciudadanía. Por un lado los medios disminuirán las notas informativas para incluir la propaganda política. Pasarán a segundo plano todas las crisis financieras, se olvidará la pobreza y vendrán los nuevos redentores. Nadie hará caso de lo que pasa en el país. Hoy mismo, el espacio como el Legislativo federal es la madre de todas las batallas y componendas políticas.
En Oaxaca se habla de una posible alianza entre las fuerzas opositoras al PRI. El reto principal será el acuerdo, el punto en común: sacar al PRI del gobierno. Además, de encontrar cómo resolver el celo político, eliminar viejos resabios y sobre todo qué hacer para que la población entienda si es o no posible una alianza entre políticas, ideologías y orígenes diferentes, como podrían ser el PAN y el PRD, los cuales en el ámbito federal viven una irreconciliable realidad. Si alcanzaran los acuerdos necesarios y hubiese una alianza opositora, será fundamental aclarar este punto, pues será el antídoto a un veneno que podrían utilizar quienes no estén de acuerdo.
Lo cierto es que todo se puede, tanto que hoy mismo, el PRI es el principal aliado del PAN o viceversa. Prueba de ello, es lo que se ha hecho con las leyes que violando la Constitución federal y acuerdos internacionales prohíben el aborto en 16 entidades del país, incluyendo Oaxaca. En el ámbito federal, el ejemplo es el reciente aumento de impuestos, también acuerdo del PRIAN.
Sin duda, el proceso electoral 2010 en Oaxaca seráuna guerra mediática, de ahíque los medios no tendrían que perder de vista su cometido social y su tarea principal: investigar e informar a la ciudadanía para que con libertad determine a quién quiere gobernando en Oaxaca.
Este domingo hubo un acto político en la Alameda de León. Ahí, estuvieron políticos del PRD, del PAN, Convergencia y del Consejo Democrático, una asociación civil que esa misma mañana decidió mediante el voto si buscará ir al proceso electoral junto con un instituto político que no sea el PRI o no participarán.
Una situación fundamental es que estos políticos –dirigentes de partidos, regidoras y diputados, entre otros-, tienen claro que deben ir en una alianza multipartidista o no podrán hacer gran cosas en Oaxaca 2010.
Un segundo punto que reconocieron fue la gran cantidad de asistentes mujeres al mitin, por lo que cada uno de los cinco oradores hombres y tres mujeres tuvo palabras para ellas y cuando digo ellas se debe incluir a las tres integrantes del Frente Opositor de Regidoras, Bárbara García Chávez, Margarita García y Leslie Jiménez, de quienes se dijo había que seguir el ejemplo de trabajo digno en el municipio de Oaxaca de Juárez.
Efectivamente, algunas mujeres que están en política dan muestra de hacer las cosas de manera distinta. No es que sean más o menos honestas, más o menos sensibles, más o menos trasparentes, como se dice luego de las mujeres con respecto a los hombres, que frente a todo este cúmulo tendrían que ser súper mujeres para no equivocarse, para no robarse un peso o para no defraudar a nadie.
Las mujeres hacen política igual que los hombres, pero cuando estás mujeres han sido “vacunadas” para ver desde otra perspectiva el cómo las desigualdades provocan daños serios a las sociedades, estas mujeres generan que la pesada maquinaria de las instituciones se mueve un poco. Por eso se necesita que muchas mujeres “vacunadas” puedan acceder a los puestos de elección popular y esa es sólo decisión de los partidos políticos que tendrían que explorar esa veta si en verdad buscan el cambio.
De ahíque me llamó la atención cuando Jorge Círigo Vásquez, presidente del Consejo Democrático pidió a quienes lo habían antecedido en el uso de la palabra que ojalá en los partidos abran más espacios para que los puestos de elección popular ellas no como suplentes sino como propietarias, para que esa pesada maquinaria se mueva un poco más rápido.
El proceso electoral está en marcha en Oaxaca y se abren las resistencias, algunas mediáticas, otras reales. La oposición al PRI que gobierna esta entidad tiene que ofrecer pronto una respuesta lo que pone a prueba todo, desde la calidad humana de quienes dirigen los partidos políticos hasta sus intereses personales.
El PRI ha definido, tiene seis posibles candidatos al gobierno, ninguno de ellos mujer. Han acordado que elegirán al bueno mediante una convención, mismo proceso para la elección de los 25 candidatos a la diputación estatal y será libre la elección de 152 aspirantes del tricolor a igual número de alcaldías. También buscarán a otros partidos políticos para hacer alianza, léase Partido Verde Ecologista de México y alguno otro de la chiquillada sin arraigo en la “izquierda” local.
Esto huele a un año difícil pasado por propaganda, donde lo que más abunde serán las promesas de cambio, las deslealtades, los rompimientos, muchas mentiras y pocas verdades y donde la ciudadanía tendráque asumir el costo del divertimiento político rumbo al 4 de julio de 2010.
Al menos sabemos que ni la posible alianza de izquierda ni el PRI tendrán una candidata mujer. Las mujeres que militan en los partidos tendrán que despertar y subirse al tren de la democracia partidista o aliancista, que dicen es la que menos posibilidades dan a las mujeres.
En fin, lo cierto es que si algo se quiere cambiar en la historia local se tendrá que pensar en ellas.
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