Por Sara Lovera y Lucrecia Maldonado
México, septiembre (Especial de SEMlac).- No habían transcurrido ni cinco días de la masacre contra 58 hombres y 14 mujeres en situación migratoria irregular en el estado de Tamaulipas, para que la Ciudad de México se pusiera a la vanguardia en eliminar las numerosas murallas discriminatorias que existen contra las y los migrantes y se comprometiera a promover la interculturalidad y asegurar el ejercicio de los derechos humanos de las personas que migran.
Una serie de acuerdos y propósitos se fueron construyendo en el marco del Foro Ciudades Interculturales y Movilidad Humana, organizado por la Secretaría de Desarrollo Rural y Equidad para las Comunidades (SEDEREC), cuya titular es María Rosa Márquez Cabrera, en coordinación con el Consejo de Europa.
Representantes de Ecuador, España, Argentina, Italia, Venezuela, Canadá, Alemania, Francia, Bolivia, Suiza, Polonia, Japón y Reino Unido; migrantes capitalinos radicados en Estados Unidos; investigadores y académicos; integrantes de pueblos indígenas y migrantes de la ciudad de México trabajaron, durante tres días, en el diseño de un modelo de integración intercultural.
Fueron debates críticos entre ciudades del mundo que comparten los mismos objetivos. La premisa que en todo momento estuvo presente fue: todas las personas somos iguales en dignidad y merecemos respeto; todas somos diferentes y únicas, con características específicas de género, etnia, orientación sexual, creencias políticas, religión y nacionalidad.
La Ciudad de México es la síntesis de múltiples culturas y dio cabida a la conformación de distintas comunidades étnicas derivadas del derecho de asilo, refugio y hospitalidad que caracteriza a la sociedad mexicana, puntualizó la titular de SEDEREC el día de la inauguración de los trabajos.
Y detalló que, desde épocas remotas, existen registros de desplazamientos de mujeres y hombres entre países o dentro de un mismo país por razones de persecuciones étnicas, religiosas, políticas, además de las económicas o de la simple búsqueda de un mejoramiento en la calidad de vida.
"La migración hoy no puede entenderse sin el lente de los procesos de globalización contemporáneos y una de las características más negativas es que las personas migrantes siguen teniendo un sesgo de criminalización que se refleja en actos de prejuicios y discriminatorios", reseñó.
"Al migrante se le ve como escoria de la sociedad, por eso es importante que las autoridades nos comprometamos a revertir ese proceso", indicó.
La migración aporta al desarrollo económico de las naciones como al enriquecimiento de las culturas; sin embargo, una visión parcial de las políticas de Estado y ciertos sectores de la población han tratado de criminalizar la movilidad humana, soslayando el impacto que representa tanto para el país de origen como de destino", anotó.
Cabe mencionar que en el mundo existen 214 millones de migrantes, de los cuales las mujeres representan el 48 por ciento, es decir, alrededor de 103 millones, equivalente al 15 por ciento de la población global, según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) 2006.
La principal razón por la que las mujeres abandonan sus hogares es porque buscan mejorar su situación económica, aunque muchas de ellas salen de sus países porque sufren violencia o en busca de mayor independencia, señaló en su presentación Nathalie Ljuslin, coordinadora de un Centro Intercultural para la mujer migrante en Suiza.
En el Distrito Federal, cada año, al menos 15.000 personas están emigrando y se calcula que 750.000 personas nacidas en la capital del país viven ahora en otras naciones, principalmente en Estados Unidos, revela la Encuesta Migración y Dinámica Poblacional 2008 elaborada por la SEDEREC.
Reconocimiento del Consejo de Europa
Gabriella Battani-Dragoni, coordinadora del Diálogo Intercultural del Consejo de Europa, fue la encargada de anunciar la incorporación de la Capital del país al programa europeo Ciudades Interculturales y Movilidades Humanas.
La representante europea señaló que se reconoce que el gobierno del Distrito Federal ha impulsado los derechos humanos de la población migrante, así como de los pueblos originarios y las comunidades étnicas en un contexto complejo.
Tras hacer referencia que en la década de los setenta se comenzaron a desarrollar, en algunos países, políticas públicas tendientes a garantizar el pluralismo cultural bajo dos principios de la democracia: la igualdad y no discriminación, y el respeto a la diferencia, dijo que el programa europeo está enfocado a construir comunidades locales exitosas y fuertes, tratando a la diversidad de su población como recurso y no como amenaza.
Al mismo tiempo, otros invitados participantes en el Foro, como Ery Cámara, integrante de la Casa Refugio Hankili, África, y Wlodzmierz Wysocki, secretario de la Alcaldía de la ciudad de Lublin, Polonia, coincidieron en que la diversidad es un reto que enfrentan la mayoría de las sociedades y que la Ciudad de México está dando ejemplo a la totalidad de los países latinoamericanos.
En tal sentido, Porfirio Muñoz Ledo, presidente de la Comisión de Relaciones Internacionales de la Cámara de Diputados, dejó en claro que hay que evitar el levantamiento de murallas discriminatorias, evitar los acuerdos comerciales infames -como el Tratado de Libre Comercio- y caminar en armonía y equidad para construir una ciudad que se convierta en la avanzada de la integración y de la interculturalidad y del respeto al derecho y libertad de las personas.
Ciudad soñada
El Foro Ciudades Interculturales y Movilidad Humana fue, además, escenario para que la centena de especialistas en interculturalidad, migración, derechos humanos, antropología, tanto nacionales como extranjeros; legisladores, artistas y representantes de organizaciones de diversas ciudades del mundo pudieran reflexionar acerca de la iniciativa de Ley de Hospitalidad, Interculturalidad, Atención a Migrantes y Movilidad Humana que se presentará para su aprobación en el próximo periodo ordinario de sesiones en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal.
La diputada Aleida Alavez Ruiz, impulsora de este proyecto, señaló que existe un conjunto de instrumentos legales que dan marco al cumplimiento del derecho internacional de la movilidad humana, y de los tratados y/o convenios internacionales suscritos en relación con los derechos humanos de las mujeres, de los niños y niñas y de las personas en general, y que generan una serie de compromisos que deben ser asumidos y cumplidos a cabalidad.
Esta Ley no sólo representa la afirmación de un compromiso con la protección y salvaguarda de los derechos humanos de todas las personas, sino que propone a la Ciudad de México como la primera a nivel mundial en regular el alcance de la hospitalidad e interculturalidad reconocida por ley, agregó.
El criterio de hospitalidad, expresó, implica una consideración ética para proteger a personas en situación de vulnerabilidad social, económica y en condiciones de huída por violencia, opresión o catástrofes ambientales en sus lugares de origen, y constituye la base para pasar de ser una ciudad expulsora a una ciudad hospitalaria.
Se trata de un marco jurídico que propone otorgar a toda persona migrante, que provenga del interior de la República o de otras naciones, el reconocimiento de su calidad de "huésped", para garantizar sus derechos y el acceso al conjunto de servicios que brinda el gobierno del Distrito Federal, tales como alimentación, salud, empleo, atención y cuidado a adultos mayores, madres solteras y personas con capacidades diferentes.
La iniciativa de Ley hace también un reconocimiento al carácter pluriétnico de la capital del país, donde conviven los pueblos originarios y comunidades indígenas, los conglomerados sociales de distinto origen nacional que, siendo mexicanos y capitalinos, siguen con sus tradiciones y valores culturales.
La ciudad de México se caracteriza por ser un territorio de origen y de retorno de emigración, de tránsito y destino de migrantes, de inmigración y desplazamiento interno, así como de acogida a personas tanto nacionales como extranjeras desplazadas de manera forzada, debido a diferentes tipos de violencia.
Al finalizar las reuniones del Foro, derivado de las expresiones, debates y reflexiones vertidas durante los tres días de trabajo, los participantes de 18 países de cuatro continentes: Asia, África, Europa y América Latina, se pronunciaron por reconocer el derecho de toda persona a migrar; a propiciar que las políticas de interculturalidad mejoren la calidad de vida de las personas y la inclusión de éstas en las tomas de decisiones, e implantar acciones que eviten la emigración forzada, principalmente por razones económicas y políticas.
También pidieron un involucramiento de los medios de comunicación en la promoción de los procesos de interculturalidad y movilidad humana, ya que en el tercer día de trabajo se contó con un espacio para analizar el papel que deben jugar los medios para promover el diálogo intercultural.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario