A Carlota Botey
Por Sara Lovera
Tiempo de Crisis, Tiempo de Mujeres es el título de un libro que se hizo "para saldar los adeudos con las mujeres del campo, cuya historia todavía está en construcción y su reconocimiento aún sigue pendiente”, escribió el 3 de abril del 2000 la periodista Soledad Jarquín desde Oaxaca a propósito de su presentación. En el libro, Carlota Botey y Estepé hizo el recuento histórico más completo de lo que significó la lucha por mantener vigente el entramado jurídico del Artículo 27 Constitucional enlazado a la realidad de las mujeres del campo.
Sobre ese texto la antropóloga Paloma Bonfil, también autora, habría dicho aquel abril, de acuerdo con la crónica de Soledad Jarquín, "se trata de una historia de los procesos generados en muy distintas geografías (Oaxaca, Sonora e Hidalgo) donde ponen cara y voz las mujeres que a fuerza de trabajo, tesón, en todos los caminos del campo mexicano dejan día a día en jirones su vida.
Carlota Botey, una de las tres autoras del texto recogió magistralmente, cómo se fue desmantelando al campo y al campesinado; cómo se fue perdiendo la tenencia de la tierra comunal, esa de los originarios de México, por la voracidad de caciques, agroindustriales y depredadores, y explicó la forma en que la producción alimentaria fue controlada y monopolizada.
Su recuento riguroso advertía, ya entonces, lo que muy pronto fue una realidad: la privatización del ejido y la pérdida de los derechos agrarios que, hoy es claro, produjo la creciente migración de millones de hombres y mujeres hacia Estados Unidos.
Hoy la dependencia alimentaria y el uso de la tierra para producir estupefacientes, abre una nueva herida en nuestra tierra. Por sus consecuencias y significados, ello signó la vida de Carlota Botey, quien nos dejó este 24 de agosto, luego de una larga enfermedad.
A Carlota Botey decenas de luchadoras sociales le llaman “guerrera”, porque supo como doña Concha Michel, Benita Galeana, Macrina Rabadán y miles más, que este país fue forjado con la sangre de indígenas y campesinos, y que a más de 200 años, no existió régimen que les reivindicara sus esfuerzos.
Por la estela luminosa que dejó Carlota Botey, esta mujer incansable y ética, ya la empiezan los homenajes en el ciberespacio, las activistas que acudieron a despedirla en el velatorio le cantaron el himno de los y las zapatistas y la Internacional; cubrieron su féretro con las insignias, los colores de la izquierda, para que se nos quede como reto y esperanza. Pero no habrá homenaje que compense la riqueza que nos dejó.
Ella tuvo una preocupación central ¿Qué queda en el campo? ¿Qué detiene a la gente junto a los malos caminos, en los pueblos empobrecidos y sin servicios, en los campos yermos? Dijo aquel abril Paloma Bonfil y ¿qué esperanzas pueden edificarse sobre la más profunda tristeza que nos embarga por esa realidad y la alegría de los años que vivió Carlota Botey, fulgurante en su andar por la tierra arrebatada?
Se fue Carlota, "se nos fue de esta dimensión. Se fue igual que vivió: como guerrera. Amiga entrañable. Paradigma de fortaleza, integridad, congruencia, valentía, inquebrantable, de infinita tolerancia, incorruptible, honrada, brillante intelectual, contestataria, inconforme, siempre en pie de lucha. Jamás pisó, sin dejar huella”, escribió en el ciberespacio Martha Sánchez, dirigente indígena de Guerrero, tan guerrera como Carlota Botey.
No habrá homenaje, palabras y discursos suficientes para explicar quién fue en vida y cuánto nos dejó como legado. Lo mismo la funcionaria agraria de muchos años, que la luchadora social. Lo mismo la experta, que la afable dialogante con las indígenas en Chiapas, las alzadas contra la injusticia. Lo mismo la aguda crítica del sistema que lo pudre todo, que la militante solidaria de todas y cada una de nuestras causas, lo mismo la maestra y conductora de discusiones, que la exploradora buscando dónde y cómo se arrancaban las tierras a los comuneros.
La conocí de cerca, la traté y la escuché intermitentemente durante más de 40 años. Fue una digna integrante de una familia venida de España tras la derrota de la República que se adhirió a las mejores causas de la democracia cuando nos invadió el capitalismo salvaje.
Carlota Botey fue nuestra, militante en los últimos muchos meses de vida de las Feministas Socialistas, atenta a poner su solidaridad para que prospere el movimiento nacional de mujeres de izquierda ante la emergencia nacional. Adherida a la lucha obrera para detener el neoliberalismo que ha desmantelado el espíritu y la ansiada acción delineada en el Artículo 27 Constitucional y también el 123, defensora de los presos políticos, del estudiantado que fuimos en 1968, ella incorruptible, como dice Martha Sánchez.
Su ficha curricular es inmensa: Antropóloga Social, Directora General de Regularización Territorial del gobierno del DF (1998-2006). Diputada Federal en la LVI Legislatura de la H. Cámara de Diputados. Presidenta de la Comisión de Reforma Agraria. En la LV Legislatura, asesora de la Fracción Parlamentaria el PRD. Autora de Zapata de principio a fin, publicado por la Cámara de Diputados. Presidenta del Centro de Estudios Históricos de la Cuestión Agraria Mexicana, A.C. (1992-1994).
Directora General del Centro de Estudios Históricos del Agrarismo en México (1985–1992). Editora de más de 80 libros sobre la historia agraria de México, entre los que destaca la Historia de la cuestión agraria mexicana, de 11 tomos editados por Siglo XXI Editores-CEHCAM. Directora general de Promoción Agraria, SRA (1982–1985). Directora del Programa de Organización de Productores en el Estado de Tlaxcala, SARH (1979-1981).
Directora de Planeación y Directora del Programa Nacional de Mano de Obra Migratoria, SRA (1971–1976). Representante de la Secretaría de la Reforma Agraria en la Comisión Intersecretarial para el Estudio de los Problemas derivados de la Corriente Migratoria a los Estados Unidos y autora de los primeros trabajos sobre jornaleros agrícolas migratorios y la migración internacional a Estados Unidos.
Investigadora del Centro de Investigaciones Agrarias (1965–1969). Colaboradora en la investigación “Estructura agraria y desarrollo agrícola en México”, coordinada por el Dr. Rodolfo Stavenhagen. Auxiliar de investigación en el Instituto Nacional de Antropología e Historia (1963–1965).
Ponente en un sinfín de conferencias y congresos. Organizadora de foros, coloquios y seminarios; representante del gobierno federal en varias reuniones internacionales. Autora de artículos, fundamentales para entender las cuestiones agrarias y mujer campesina.
Amiga entrañable, cuyo rostro bellísimo y sonrisa seguirá creciendo, guiará el camino, de ese campo que hoy es la tierra de nadie, abandonada a su suerte, donde siguen sufriendo y penando las campesinas y las indígenas que perdieron esta interlocutora maravillosa.
El mejor homenaje a Carlota Botey, será leerla, conocerla, buscarla en los ojos de las campesinas y todas las mujeres hambrientas de justicia.
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