La acelerada y
contradictoria discusión sobre la Ley Laboral y sus implicaciones nos ha dejado
desamparadas. Tema fundamental es si en la nueva ley, que todavía será
discutida en el Senado de la República, se pueden o no proteger los derechos
fundamentales para las mujeres trabajadoras, que según la senadora Diva
Gastélum, son cerca del 50 por ciento de la fuerza laboral mexicana.
Contradicciones
que hay que analizar muy profundamente. El dictamen, que de aprobarse en el
Senado, deja de un lado la democracia sindical y el trabajo del hogar, el de la
limpieza y cuidado, del que hoy viven dos millones de personas, mayoría mujeres
y que podrá rediscutirse, por la urgencia de hacer congruentes los acuerdos
internacionales y lo saben bien las legisladoras, ha incluido no obstante algo
esotérico por poco conocido y valorado que se llama: igualdad sustantiva
¿Por qué es tan
importante? Porque una declaración de esa naturaleza, simplemente coincidente
con la Constitución, ampara la igualdad real, de facto, de resultados para
hombres y mujeres trabajadoras. Porque podrá utilizarse muy bien en las
demandas, los juicios, la contratación, el tema a discutir si es por horas o
no, el de la seguridad social y otras cuestiones que se dirimen
sistemáticamente en la vida laboral.
La inclusión del
párrafo de igualdad sustantiva es una iniciativa del Partido de la Revolución
Democrática (PRD) -en lo poquito que pudo influirse en las comisiones-,
fue redactada y promovida por la diputada Elena Tapia, quien hace mucho tiempo
está en la búsqueda de los derechos de las trabajadoras.
Hoy la discusión
del dictamen está en el Senado. Habrá que hilar fino. La unidad de las mujeres
diputadas empieza a dar pequeños frutos. En la tribuna se pudo ver a Teresa
Mújica defender el tema del hostigamiento sexual en el trabajo, que afecta a
miles de trabajadoras; también se arrancó, como si fuera guerra a sangre y
fuego, el derecho y obligación de los varones a tener cinco días pagados
por cuidados paternos, un tramo pequeño, pero urgente. Felipe Calderón propuso
10 días, los señores del PAN y PRI lo redujeron a 3, pero luego en
“negociaciones” los priistas lo fijaron en 5, la mitad. Pero esto de los
cuidados paternos apenas era una cláusula en algunos contratos de trabajo, como
en la UNAM o el diario La Jornada.
Lo de la igualdad
sustantiva no es cosa menor. Mi amiga Paz López, asesora brillante de ONU
Mujeres, lo explicaba muy bien días antes de la gran discusión durante un
foro realizado en la Cámara de Diutados sobre la Ley Laboral y las Mujeres,
precisamente en el que se analizó qué implicaciones afectarían a las mujeres
con la nueva ley laboral propuesta por Felipe Calderón, adicionada y
reorganizada por la Cámara de Diputados.
La igualdad
sustantiva es la igualdad de hecho o material por oposición a la igualdad de
derecho o formal. Supone la modificación de las circunstancias que impiden a
las personas el ejercicio pleno de los derechos y el acceso a las oportunidades
a través de medidas estructurales, legales o de política pública
El concepto de
igualdad de oportunidades alcanzó gran popularidad a finales de los 80 y en los
90. Supone la equiparación de las condiciones de partida para que cada persona
tenga la opción o posibilidad de acceder por sí misma a la garantía de los
derechos que establece la ley. En la actualidad se considera este concepto
insuficiente para garantizar la igualdad sustantiva, ya que la igualdad de
oportunidades no garantiza la igualdad de resultados y son éstos los que
importan.
Las desventajas
existentes para el logro de la igualdad en el disfrute de los derechos, exige
que las personas en desventaja reciban el trato que les pueda garantizar el
ejercicio de derechos de igual forma que las personas que no están en
desventaja. Así surge el concepto de igualdad de trato que incluye el
requerimiento de dar a las personas el trato equivalente, considerando las
diferencias y desigualdades que puedan presentar. Las medidas de acción
positiva o medidas afirmativas son algunos de los instrumentos que permiten dar
un trato diferencial, con el objetivo de eliminar las desventajas.
Como dije la
introducción de la igualdad sustantiva o de resultados fue la aportación de la
perredista Elena Tapia, fundadora del Sindicato de Costureras, de una
organización a favor de las trabajadoras y profesora de la Universidad
Pedagógica Nacional, quien sabe bien de qué se trata.
La sospecha con
la que me conduzco, de cara al compromiso de las nuevas diputadas, por lo
pronto me ha dado en la puerta. Me cuentan quienes saben que las diputadas
están muy activas.
No están varadas
las senadoras. Ya ahí se ha definido que la Comisión de Equidad y Género estará
a cargo de Diva Gastélum, que la presidió en la cámara de diputados hace dos
legislaturas y que fue capaz con perredistas y feministas de armar alianzas. En
el senado Angélica de la Peña, del PRD, quedó responsable de la Comisión de los
Derechos Humanos, con Diva fueron compañeras de legislatura, seguro defenderán
la igualdad sustantiva y verán otras partes ciegas de esta injusta ley laboral.
En la cámara de diputados aún no hay definición sobre las comisiones
legislativas. Ojalá se haga inteligentemente, para obtener resultados.
Democracia
Sindical
Me contaron que
en ese párrafo del artículo 2 se acordó poner una palabra clave: democracia
sindical, que luego fue borrada por algún fantasma, a pesar de grabaciones y
versiones estenográficas para las comisiones camarales. Veremos qué sucede
porque ya hay peticiones para que eso se incluya claramente.
Obvio que para el
PRI este es el gran problema. Cómo exigir democracia a sus aliados históricos,
los líderes del movimiento obrero, que ni es movimiento ni es obrero y, en
cambio, ha convertido la administración de la fuerza de trabajo en un botín.
Todo lo demás, lo
comenté abiertamente en el Foro de referencia, porque ya es una práctica
consuetudinaria: trabajo por horas, que necesitan las mujeres mientras los
hombres y el Estado no se hagan cargo en igualdad del cuidado del hogar,
de las personas enfermas, de la infancia y de la personas con discapacidad. Temas
del cuidado, que hoy los organismos internacionales han desmenuzado para
mostrar cómo las mujeres que realizan el trabajo en casa, contribuyen
hasta el 21 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), y hoy no pueden
en justicia hacerse cargo solas. Mientras las mujeres no dejen de hacer solas
el trabajo del cuidado no podrán acceder al trabajo formal y serán presas del
trabajo “flexible” en la informalidad, por horas y sin derechos. Veremos cómo
queda en la nueva ley.
Mientras tanto
hay que echar porras a las diputadas que como en otros sectores, no sólo echan
rollo sino que se plantan y no duermen en las discusiones para hacer,
simplemente su trabajo: legislar lo mejor posible.
Por la vida y
la libertad de las mujeres
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